five . resistance

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Capítulo cinco
Resistencia

- Oh, santo guacamole (holy guacamole, suena mejor en inglés sorry) - dije al notar a los tipos mafiosos, con unas armas parecidas a las de el robo de banco. Como la que hice explotar accidentalmente.

Al parecer estaban vendiendolas, y estaban dándole al comprador algún tipo de muestra en público. Y según uno de los tantos vendedores, no podían estar haciendo eso en un lugar tan público.

Eso me interesó mas de lo que debía.

-Hola Ice - por primera vez, Spiderman me llamaba como mi nombre de superhéroe.

-Mmm... hola Spiderman - ambos nos quedamos en silencio para seguir viendo el espectaculo desde una parte del puente muy escondida, en donde apenas se veían nuestras cabezas.

El show no estaba muy simple, los vendedores tenían armas y el que quería comprar no traía nada con él. Se veía un poco asustado de los tipos. Y al querer rechazar el comprador la arma, los tipos se empezaron a poner rudos.

Uno sacó su pistola, decidido a dispararle, pero entonces Spidey y yo aparecimos en escena.

- Si vas a dispararle a alguien, disparame a mi.

-A nosotros - me tomé el tiempo para corregirlo. Me volteó a ver como sí fuera alguien más, no Ice, o al menos esos supuse cuando inclinó su cabeza hacía atrás como si estuviera sorprendido. Ja, maldito idiota, no cree que pueda ser tan buena como él.

-Prefiero dispararle a la chica, pero como quieran - el tipo me apunto, pero de un rápido movimiento, Spidey le quitó la pistola.

Agradecí mentalmente que no me había herido, pero para cuando ya estaba preparada para enfrentarlos, ellos ya se estaban montando en su camioneta blanca, completamente vieja.

-Maldita sea Ice, despierta - me dijo mi amigo araña. Asentí un poco confundida, y empecé a levitar, furiosa por el cambio de humor tan repentino de mi compañero de peleas. Bufé, y me lancé hacia adelante, chocando mi puño contra la camioneta, que trataba de escapar con sus armas super desarrolladas.

El auto pareció tomar más vuelo, y aceleró más fuerte de lo que ya estaba marchando. Suspiré de decepción, y miré a mi amigo arácnido, que iba saltando de casa para alcanzar a los tipos malos.

-Así me gusta - dijo Spiderman. Lo miré mal, y levité hacía él, para pedirle una explicación de por qué me llamaba así. Fruncí el ceño, y le lancé un rayo de hielo, dispuesta a que resbalara y cayera, pero en vez de eso lo esquivo.

-No soy una perra para que me hables como tal - le dije indignada. Él rió, y siguió brincando, aumentando su velocidad y dejándome atrás.

Bufé, y empecé a corretear a la camioneta con la velocidad más rápida que pude, pero de una manera u otra, los tipos lograban esquivarme.

Soplé de manera fuerte a las llantas, y estas se congelaron, haciendo que la camioneta resbalara en el pavimento. Me alarme, pues lo último que quería era que los tipos chocarán al camioneta, o la metieran a una casa de una familia normal, y luego nos echarán la culpa a nosotros, los superhéroes.

Y decía nosotros, porque Spiderman estaba corriendo a mi lado.

-Mierda, mierda, mierda - exclamé, al ver que ya se iba a estrellar con un poste -, ¡mierda!

alteregos - spiderman: homecomingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora