Adaptación a una nueva vida

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Una semana llevaba al cuidado de su padre adoptivo y su maestro...Las clases terminarían pronto en la academia.

Cuando Zero regresó del hospital le había pedido a Kaien la oportunidad de al menos escuchar lo que se daban en la clase diurna; antes habria odiado asistir y la mayor parte de las clases siempre terminaba por escabullirse, pero esta vez era diferente, no queria sentirse inutil asi que después de tanta insistencia le dio aquel derecho de asistir.

Yori, la castaña que era la amiga de su antigua hermana adoptiva lo había ayudado, incluso lo pasaba a buscar a la casa del director y se iban juntos a las clases.

A pesar de que no quería ser una carga, según Zero. Esta se había empeñado en llevarlo que no le quedó de otra mas que aceptar.

Tuvo demasiada ayuda de parte de todos sus compañeros, a pesar de que en un pasado los trataba mal, ahora esos chicos le apoyaban.


Aunque ya no pudiera ver aquél mundo lleno de vida que siempre vió y nunca apreció, ya se había acostumbrado a estar en esa abrumadora oscuridad, en aquella capa negra; había desarrollado todos sus demás sentidos en poco tiempo, al menos para poder defenderse en ese mundo de tinieblas en el que se encontraba sumergido, incluso comenzo a confiar aun mas en sus instintos.

El nuevo cambio le había sentado bien, segun Yori, Yagari y Kaien.

Aunque dependía de otros para algunas cosas, como para que lo guíen, o vistan, o lo llevaran a pasear por la academia, él mismo podía desenvolverse por si solo. Hace apenas unos días.

Aunque siempre ocurre alguna tragedia cuando menos te lo esperas.
Cross le había obsequiado un perrito, era de raza siberiana, según le había dicho el rubio. Y la razón fue que...Lily, la salvaje yegua de Zero había muerto. Había sido un golpe bajo, algo que hizo que lo poco que Zero estaba logrando comenzará a decaer nuevamente.

Aun recordaba las palabras de Cross ese día en que su nuevo amigo llegó a su hogar:

"No lo tomes como si quisiera reemplazar a Lily, Zero...Pero hoy cuando fui a la ciudad vi en una tienda a un lindo perrito. Me recordó mucho a ti... Espero puedas abrir tu corazón a este cachorro, al igual que tu...no todo fue fácil desde su nacimiento por la razón que nació último en la camada y además...sus ojos son cafés. ¿Podrías aceptarlo?...El te necesita y se que tu también."

Zero habia estado dudoso sobre tener una mascota pero decir que no le habia sido de ayuda ese pequeño cachorro, estaria mintiendo.

Ahora, gracias a ese perrito podia desemvolverse con mayor facilidad ante su entorno, se la pasaba en el jardín de su padre adoptivo junto con Kiku-chan, nombre que el mismo le había puesto a su peludo amigo.

No hacía mucho comenzó a cuidar las plantas que Cross había descuidado, era un pasatiempo que servía de mucho, ya que ejercitaba sus sentidos y daba relajación y concentración, incluso, a tener mejor percepción de los objetos.

Finalmente, las clases llegaron a su fin, todos se iban a pasar las vacaciones de verano con su familias.

-Cuidate, Yori-san-se despedía Zero.

-Tu también...Volveré en cuanto las vacaciones acaben-contestó esta, ambos amigos se despidieron.


Todo lo que Zero vivió desde que la clase nocturna se fue, la batalla contra Rido dejó una parte de la academia devastada, Pero fue reconstruida y las clases se volvieron a dar, Ichiru murió en aquella pelea. Una semana después de que su rival Kaname y Yuuki se fueran, perdió sus ojos en una misión que no recordaba casi nada, y por su estado de inutilidad y dependencia ya no era más un cazador ,no servía en ese estado. Y como si aún no fuera suficiente su
amada yegua murió.

Lo único bueno en su vida después de caer en la oscuridad fue que ahora podía tratar de vivir su vida normal, dejar su pasado bien enterrado y dejarlo allí en el olvido...Ahora podía vivir su vida con las personas que quería y lo querían, con su nueva familia: Kaien y Yagari.

.........................

-nii-san una dulce e infantil voz se escuchó.

Se podía apreciar un enorme salón de grises paredes desgastadas. Todo estaba en penumbras a excepción de la poca luz que entraba de un lugar de la pared que estaba rota.

-sólo...aguarda un poco Shin...ya casi acabo- contestó  otra voz. Esta sonaba un poco  mas grave a la del primero.

De las sombras de aquel cuarto  se pudo ver a un chico de rojos cabellos y ojos heterocromaticos. A pasos lentos se acercó al otro. Quien estaba sentado en el piso con varios instrumentos tirados.

En sus pálidas manos se podía apreciar una muñeca articulada de porcelana. El cabello  platino ya estaba insertado en su cabeza. Y los rasgos de su rostro muy bien definidos. De largas pestañas negras. Solo se podía ver el cuenco hueco  en donde tendrían que estar sus ojos.

El menor que lo observaba sin perder detalle hizo una pequeña mueca de tristeza. Se  sentó al lado del otro chico y no dijo más Hasta que vió que en sus manos tenía unos ojos de orbes amatistas. Colocó  los ojos con sumo cuidado a la muñeca.

Una vez el trabajo finalizado sonrió.

-sólo falta vestirlo...puedes jugar con el si gustas Shin - dijo con una tierna sonrisa hacia el chico que estaba a su lado.

- yo lo vestiré nii-san  dijo sonriendo tiernamente.

El mayor no dijo nada solo se acercó al rostro de su gemelo y besó fugazmente sus labios.

-sólo resiste un poco más, Shin...-

Continuará...

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