Sasha

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-ah! ah! ah!....Kana...ah! me...ha ve...mas ah...despacio...ah...-En el dormitorio de la luna, mas preciso en el cuarto de Kaname solo se escuchaban gemidos que inundaban cada rincón de la habitación.

Kaname penetraba de manera rápida y profunda a Zero, haciendo que el peliplata se retorciera por el placer que sentía.

-Ze..ro...-jadeaba el castaño, al poco tiempo ambos se corrieron, el peliplata en el abdomen de ambos y el de ojos borgoñas dentro de Zero.

-Te amo-dijo el sangrepura quien sonrió, aunque Zero no lo pudiera ver lo hizo, el peliplata palpó delicadamente el rostro de su esposo delineando las facciones, a través de su tacto pudo apreciar aquella sonrisa que le regalaba el mayor.

-yo también...Te amo, Kaname-dijo imitando el gesto de su esposo. Kaname lo observaba maravillado, se veía realmente hermoso y tierno, acortó la distancia entre ambos rostros y besó dulcemente sus labios en un casto y corto beso. Se recostó al lado del peliplata apegándolo a él.

Pasaron largos minutos abrazados.

Zero podía oír entre la oscuridad que lo rodeaba la respiración tranquila de su esposo. Señal de  que  este dormía.

Iba a hacer lo mismo, pero cuando cerró sus ojos sintió unos pasos acercarse a él.

-Zero.. prometo que  todo... estará bien -

Un suave susurro, esa dulce voz..

No la comprendió muy bien lo dicho pero supo a quien le pertenecía esa voz.

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La luna brillaba en un tono naranja, la noche era algo fría.

El sonido sordo  de sus pies al aplastar el césped era opacado por el sonido de las hojas ser movidas por el viento.

Sus rojos cabellos se mecian y sentía en su cuerpo la sensación  de nervios. No tenía tanto tiempo o Will descubriría su ausencia.

No debía estar allí...pero aun así se arriesgó.

Siguió  caminando.

Ahora sus pasos hacían eco sobre el piso.

Se adentro en dominios "enemigos". Pero no le importó en absoluto.

Se apresuró, recorrió cada parte de aquellas instalaciones hasta topar con lo que buscaba.

Un hombre rubio trataba inútilmente de leer unos documentos manchados  de sangre.

-"los... documentos..."-pensó, sonrió de medio lado.

Usa...la luz de la luna...

Su susurro llegó a  los oídos de Kaien, quien se volteó rápidamente a su dirección... pero no había nada ni nadie.

"La luz de la luna... ella hará que  tus ojos vean como los de mi clan... "

Aunque  buscara con la mirada no podía hallar a quien le estaba hablando. Daba miedo y sentía escalofríos en su cuerpo.

Pero al final solo ignoró la posibilidad  de  que alguien estuviera allí. Y obedeciendo se acercó a la ventana y levantó  el papel haciendo que  la luna lo alumbrara.

Sus ojos se  abrieron de  par en par al ver como la escritura era revelada.


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Ya eran las 17:00 pm y pronto el purasangre entraría a sus clases.

-Kaname despierta...-decía un peliplata que era abrazado como un oso de peluche por su esposo.

SERÉ TUS OJOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora