desaparición

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Era raro, demasiado raro...ya pronto comenzarían las clases nocturnas, pero ¿y Yuuki?, aun no se había levantado, si era alho holgazana pero aun asi cumplia con sus obligaciones.

Ahora misml estaban en los grandes portones, desde su lugar los vampiros escuchaban los escandolosos gritos de las chicas de la clase diurna.

Las puertas se abrieron de par en par, los vampiros comenzaron a avanzar siendo  encabezados por su líder. Pudieron ver como aquellas chicas eran retenidas por Kaito y Sayori, quienes ahora eran los prefectos. Ambos hacían muy bien su trabajo, solo se escuchaban gritos pero ninguna se atrevía siquiera a cruzar la línea impuesta por aquellos prefectos.

Caminaron hasta el salón de clases, el único que daba cuerda al asunto era Aidou, quien como siempre alborotaba aun mas las hormonas de las muchachas, el resto solo avanzó en total silencio...No entendían el por qué, pero sentían un mal presentimiento, algo malo había pasado y ellos no se habian dado enterado.

Las clases como siempre resultaron ser aburridas, pasar horas y horas escuchando palabras que ya sabían, pero aun asi prestaban atención para dar al menos la portada de alumnos ejemplares.

Kaname se encontraba algo inquieto, pero como ya era costumbre sabia disimular muy bien, ¿Por qué su hermana no asistió?, era muy extraño ¿se habrá enfermado?, eso era imposible, después de todo era una sangrepura, eran inmune a las enfermedades al ser ahora un vampiro. ¿entonces cual era la razón?, ¿estaba triste por su matrimonio con Zero?, no y eso ya lo comprobó, cuando el anunció la noticia ella estaba realmente feliz, él  la conocía perfectamente, sabia cuando fingía o no detrás de aquella imborrable sonrisa. No entendía la razón, ninguna opción cabía en su cabeza...Luego iría a ver el por qué de no asistir a sus clases, y pensar que ayer estaba perfectamente bien.

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Las tortuosas clases habían terminado, con pasos elegantes como ya era propio en él, se dirigió a la habitación de su hermana, al pararse en la puerta se extrañó, no sentía su presencia...abrió la puerta de golpe y se adentró...No había nada, la cama estaba con la frazada hecha aún lado, pero no había nadie, tal vez Yuuki ya se había levantado...o eso penso hasta que algo llamó su atención, en el cuarto había un aroma raro, no le pertenecía al de su hermana...¿un extraño?...Le restó importancia y buscó en otros lugares, pero ni rastros de ella, no había nada, era como si la tierra se la hubiera tragado, incluso les ordenó a su séquito el buscarla, pero nada, ni rastros ni pistas siquiera...Yuuki había desaparecido.

Se dirigió rápidamente a su cuarto, el que ahora compartía con su tierno esposo, no fuera a que algo malo le hubiera pasado a su adorado peliplata.

Suspiró aliviado al verlo allí sentado, pero su rostro era el de preocupación y miedo, se acercó al menor y lo abrazó.

-¿Zero?-Llamó el castaño a su amante el cual solo rompió en llanto.

-se...se la han llevado...s-siento su presencia...Yuuki...Yuuki, e-ella...se la han llevado-sollozaba Zero mientras buscaba consuelo en los fuertes brazos de Kaname.

Kaname confirmó lo que se temía, su hermana, esa imperactiva niña, había corrido aquella suerte, tal vez no todo estaba perdido, Kaname debía mantenerse fuerte para Zero, no debía flaquear por por la perdida de su único familiar, ahora sabía que debía proteger a Zero con todas sus fuerzas, costara lo que costara...No permitiría que algo malo le ocurriera a su esposo también. Lo estrechó aun mas fuerte entre sus brazos haciéndolo sentir mas seguro, y al mismo tiempo sentir que todo iba a estar bien...ambos necesitaban tener la esperanza de que Yuuki aun seguía con vida, que aun estaba con ellos y que aun quedara la minima esperanza de que podían salvarle.

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Un pelirrojo niño de ojos bicolor salía deprisa de aquellas ruinas, su hermano no estaban, ya que se había ido a buscar las llamadas rosas pirañas, rosas negras conocidas por su clan.

Shin aprovechando aquella oportunidad se escabulló...se colocó  una capucha negra y  se escapó de allí, debía darse prisa o su estrategia fracasaría.

Tardaría demasiado en su estado, su cuerpo dolía cada vez que daba un paso hacía adelante, pero debía continuar, por Zero, Yuuki, y por su propio hermano, Will debía hacerlo reaccionar de su deseo de querer estar eternamente a su lado, era imposible, el ya estaba roto como aquella muñeca que luvia igual a el, aunque se la reparara aun mostraría las marcas de las grietas, su pureza se había  desvanecido hace mucho, ya no era aquel niño que nació para ser el Ángela.

Él era el único que conocía como detener ese caos...eliminar el Sasha...

-Kaname-san...perdóname por lo que voy a hacer-dijo en un susurro.

Había llegado...ya a la madrugada del siguiente día...no había marcha atrás, debía comenzar con su plan...y el único medio para eliminar al Sasha era por medio de Zero.

Observó la luna, esta resplandecía en una reluciente luna azúl, era el momento, darle "eso" a Zero.

CONTINUARÁ...

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