[2] "Solo bastaba con verla sonreir".

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Realmente estando con aquella pelirroja podía actuar cómo un adulto, no me malinterpreten, me encantaba cada segundo con ella tanto su forma de transformar una situación seria a una rara. Me encantaba.

En pasado, claro.

Ella obtenía una sonrisa risueña en ocasiones y esa forma de sonreír me enamoraba un poquito más, dejaba de lado sus escenas de celos por una sonrisa cómo esa. Definitivamente lo habría hecho.
Candelaria tenía él poder de hacerte sonreír aunque no lo creáis, ella en ese entonces obtenía lo mejor de mi.

Pero repito.

Ninguno de los dos imagino que yo amaría ver otra sonrisa.

Al día siguiente me había levantado temprano a regañadientes porque tenía que ir a presentarme en los estudios de grabación para empezar a rodar cuanto antes.
Cuando ya estaba recién duchado y vestido había ido a la cocina qué para mi sorpresa estaba Candelaria sentada en la mesa con una taza de café y su mirada profunda observando a la nada. Por ese instante me preocupé y pensé en las millones de razones por las cuales mi pobre pelirroja se encontraba tan ausente, decidí acercarme y tomar una taza y servirme café para acompañarla en la mesa.

Me miro.

Y su mirada sólo mostraba tristeza.

- Cande - suspire, sentía que me asfixiaba su mirada triste por alguna extraña razón, podía sentir su misma tristeza.

- Rugge - sus ojos se humedecieron -. Ambos sabemos que tendrás una compañera mientras dure el contrato de Disney - de pronto su voz se quebró y allí reaccioné, la miré con una sonrisa divertida pero en mi interior sabía que todo iba a cambiar.

- ¿Eso que quiere decir? - la miré fijamente tratando de que cada parte de su rostro jamás se fuera de mi cabeza -. Tú eres mi novia y no hace falta decirte que te amo pero, de verdad, te amo.

- Sabes que eso no significa nada - abrí mis ojos muy exageradamente, mis oídos no podían creer lo que estaban escuchando -. Cuando llegaste de Italia, tenías novia y eso no te impidió responderme cada uno de mis coqueteos... - en ése momento, lo único que podía sentir era indignación porque se sentía una reclamación por algo que había sido culpa de ambos pero claro, la culpa siempre la tiene el Italiano -. No lo tomes a mal, solo tengo miedo - confesó con vergüenza.

Ella a veces, muchas veces, sentía yo era mucho para ella.

La fans o los haters, dejaron bien en claro eso en su cabeza. Admito que la culpa me envolvía en muchas ocasiones.

La tomé de las manos delicadamente y le hablé con el corazón - Candelaria Molfese todo lo que tuvimos que pasar no puede quedar aquí, te amo y la historia no se volverá a repetir. A esa chica le haré saber que éste chico ya tiene el corazón y el alma a la merced de una pelirroja que le quitó más de quinientos suspiros cada día y noche por solo pensar en la manera que ella le dedicaba una sonrisa - suspiro - ¿Podés creerlo? - la miré divertido y ella río ligeramente mientras sus lágrimas contenidas estaban rodando por sus mejillas.

En ése entonces, lo único que me preocupaba era ella y sus constantes inseguridades. Nadie podía entender cuanto daño le hacían con sus teorías, sus historias en las que ella o yo terminábamos como los malos, los cobardes y los inseguros.
Podía comprender que parte de mis acciones, tratos, palabras, incluso miradas, les daba para alimentar; amor por lo imposible, ése shipp que tanto anhelaban, ése juego de miradas cómplices.

1 | Perfect ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora