Epílogo parte 3 | "Tal vez, algún día".

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Los diálogos que están escritos con prenta cursiva es cuando están hablando en el idioma natal de Ruggero o de James Arthur que es en inglés.

Disfrutenlo.

1:47 p.m

Escucho golpes en mi puerta por lo que me levanto con flojera de la cama y aún un poco dormido pero bruscamente me espabilo cuando abro la puerta y observo primero esos ojos marrones que heredé de ella junto a sus rulos alborotados, un calor se extiende por todo mi pecho haciendo que una corriente eléctrica me estremezca frente a ella y sonrío con lágrimas contenidas. Hoy es un día a flor de piel pero el hecho de que Antonella Pasquarelli esté ahí frente a mi y sonriendo con orgullo hace que todo tenga más significado.

Más peso.

Más amor.

Me abraza con fuerza y le devuelvo el abrazo escondiendo mi rostro empañando de lágrimas en su cabello ruloso — Amore mío, ¿come stai?

Río un poco alejándome de ella y viendo como mi padre se acercaba hacia nosotros — Sono un po 'nervoso, mamma. Lei?

Acaricia mi mejilla con ternura mirándome a los ojos — Molto bello vedere il mio bambino.

Frunce sus labios reprimiendo una sonrisa pero mi padre me abraza interrumpiendo la charla — Ciao, Ruggero.

Ciao, papá.

Nos adentramos a mi habitación mientras me hablaban de su vuelo y yo iba hacia al baño a cepillarme los dientes y arreglarme un poco, esa sonrisa amplía no se iba de mi rostro en ningún momento y realmente están aquí, están aquí para verme en un escenario otra vez y ése hecho me hace estremecerme nuevamente.

Todo saldrá muy bien, Ruggero.

Luego de salir del baño un poco más presentable me siento en la cama junto a ellos hasta que escucho otro golpecito en la puerta y me levanto como un resorte, sé quién es y me muero de emoción. Ansiedad, inquietud.
   Cuando abro la puerta es Leonardo junto a Samantha riéndose de algún chiste pero todo lo que hago es abalanzarme sobre mi hermano menor y darle un gran abrazo; le doy besos en sus mejillas mientras él se ríe a carcajada limpia y Samantha suelta alguna que otra lágrima.

¡Quanto amore! — suelta Sammy en italiano al rato después de darle un saludo a ella igual que a mi hermano pero es más un agradecimiento en vez de un saludo.

Río a carcajadas y me siento nuevamente junto a mis padres en la cama — Pensé que llegaban a las cuatro, Sam.

Me guiña un ojo coqueta y luego se sienta en mi escritorio — Quería darte una sorpresa, estabas tan cansado e inquieto que pensé darte ésta sorpresa a ver sí te relajabas un poco.

Mi madre la mira con una ternura infinita — Eres un amor, Sammy y gracias por cuidar de mi bebé — me mira fijamente y luego besa mi mejilla, me sonrojo un poco y suelto una risita.

Sigo siendo el niño de mami.

Leonardo resopla con diversión — Certo, si, mamma. Il tuo bambino.

Mamá lo mira con una sonrisa amplía — Leo, tu sei il mio altro bambino. Non fare un dramma.

Reímos con ganas, ellos han aprendido aún más el español para introducir a Samantha en las conversaciones pero ella también ha aprendido por su cuenta el idioma y debo decir que algunas ocasiones hablamos en mi idioma natal. Apartando todo eso admito que realmente necesitaba tanto estar con ellos luego de haber hecho la gira que las videollamadas no me llenaban, quería más y nunca me bastará la vida para agradecerle a Sammy todo lo que ha hecho por mi. Papá y mamá se siguen mirando con un amor infinito, a veces le pregunto a papá como le hace para no aburrirse de lo mismo. De la rutina y no por mamá, solo por curiosidad.

1 | Perfect ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora