Era el primer día de verano, cuando estaba de camino a la casa del lago, la cual visitábamos todos y cada uno de los años en ésta época del año.
No penséis que cuando digo casa del lago, me refiero a una pequeña cabaña, porque no es así. Es una gran calle llena de casi mansiones, enormes para mi gusto. Mis padre el abogado, y mi madre empresaria, lo que facilita poder mantener una casa de tales dimensiones al lado del Lago Tukmashi. No me preguntéis la razón de un nombre tan extraño, a mí siempre me pareció chino, japonés o algo por el estilo.
Cuando llegamos, Nana trasladó la ropa hacia cada una de nuestras habitaciones, insistí en ayudarla pero mi madre odiaba que hiciera eso, siempre dice 'si tú haces su trabajo ¿Para qué la pagamos?'. Entonces, decidí ir a dar una vuelta por la playa del lago. Me costó lo suyo convencer a mis padres, pero lo conseguí. Cogí una tumbona, y en una habitación de la casa me puse el traje de baño con un vestido corto.
-Hija, ¿dónde crees que vas con esas pintas? Vete a cambiarte ahora mismo. -Me riñó mi madre.
-Mamá, es un vestido, ¿cómo quieres que vaya a la playa? ¿Con un abrigo de piel?
-A mi no me repliques así. Sube ahora mismo a cambiarte o te quedas sin ir.
-Pero...
-Ni pero, ni nada. O eso o nada.
Rodé los ojos, y subí a ponerme un pantalón corto. Bueno, 'corto', casi llegaba a las rodillas, y eso a mi madre le parecía demasiado corto. A veces me estresaba un poco, pero era lo que había. Pero, antes de salir del cuatro decidí coger el vestido, y meterlo en la bolsa de la playa. Ya me cambiaría al salir de casa, no había problema.
-Así está mejor, pero aún así me parece algo provocativo. Algún día mandaré a Trudi quemar tu ropa a ver si escarmientas.
-Nana no me haría eso.
-Porque tú lo digas...
-Bueno, marcho que si no se hará tarde. Hasta la noche.
-¿La noche? A las ocho estarás aquí. Ni minuto más, ni minuto menos.
-¡Per...!
-Ni minuto más, ni minuto menos he dicho.
Decidí irme antes de que me castigara y me quedara en casa toda la tarde. Crucé una carretera, y ya estaba en la playa, no merecía la pena ponerme el vestido, pero para la hora de volver o si me apetecía acercarme a la ciudad más cercana que tan solo estaba a unos metros, me lo pondría. Coloqué la tumbona al sol, saque mi toalla y la puse por encima de ésta. Saqué unas gafas de sol junto una pamela, me eché y mas puse para que no me diera el sol en la cara, ya que estaba boca arriba. Cogí mi móvil y unos pequeños cascos, y tomé el sol mientras escuchaba algo de música, cosa que me encantaba. No sé cuánto tiempo estuve así, pero llegué a caer dormida.
Me despertó un balonazo con un balón hinchable, de playa. Yo me quité la pamela, y el sol me deslumbró. Cuando pude ver, había tres chicos mirándome.
-¡Dormilona! ¿Podrías pasarnos el balón? -me gritó un chico rubio. Rodé los ojos y se lo pasé, no me hizo mucha gracia que me llamara dormilona a decir verdad.
Miré mi móvil, y marcaban las seis de la tarde. Había estado más de una hora allí durmiendo, menos mal que me había echado crema solar de sobra, si no ahora estaría como un cangrejo. Me puse más crema, y decidí darme media vuelta, para que la espalda también cogiera color y no ponerme solo morena de un lado, obviamente.
Me desaté la parte de arriba del traje de baño para que no dejara marca, y volví a escuchar la música. Estuve así mucho rato, casi me vuelvo a dormir pero esta vez lo evité.
Cuando dieron las seis y media, volvieron a darme con el balón. Yo enfadada me volví a atar el traje de baño, me levanté y se lo pasé con cara de pocos amigos, por así decirlo.
-Tranquila fiera. -Dijo uno de los chicos. Yo no le hice caso y me senté esta vez, y quité la música. Cogí un libro que había traído, me quedaban pocas páginas para terminarlo, y como no tenía nada que hacer, pues comencé a leerlo. Hasta que volvió a caer la pelota, esta vez en la cabeza. La cogí muy, pero muy enfadada. Me acerqué a ellos.
-¿Pero a vosotros que os ocurre? Ya lo hacéis a posta, ¿o qué?
-Tranquila hombre, fue sin querer. -Dijo uno de ellos.
-¿Las tres veces? - rechisté enfurecida. Ellos comenzaron a reírse. Yo, me crucé de brazos y sujeté con un pie el balón mientras me apoyaba en éste.
-No se lo tengas en cuenta. -Dijo una chica acercándose a nosotros. -Son tontos, no tienes que hacerles caso.
-¡Que estamos aquí! -gritó el rubio indignado, eso sí que me hizo gracia, y sonreí negando la cabeza.
-¿Te apetece dar un paseo? -me preguntó la chica ignorándole.
-Vale. -Total, no tenía nada mejor que hacer. Les devolví el balón a esos tres bobos. Ella empezó a caminar hacia la orilla, así que la seguí. Allí ella empezó a preguntarme.
-¿Y cómo te llamas? Yo soy Lauren.
-Encantada Lauren, me llamo _____.
-Nunca te he visto por aquí, ¿verdad?
-Bueno, suelo venir todos los veranos, tengo una casa aquí.
-Claro, eso lo explica todo. Yo vivía al otro lado del lago, y claro no me sonaba verte por ninguna clase, y al no venir aquí no te conocía. Este año me mude a una casa de por aquí. ¿Tienes amigos?
-Que va, mi madre nunca me dejaba salir sola, milagro que este año comprende que ya soy bastante mayor.
-Si quieres puedes venir hoy de noche a una fiesta que hay en la parte Este del lago, dicen que estará muy buena. Irán los tres idiotas esos que hay ahí, pero no te preocupes. Les encanta fastidiar pero lo hacen solo o porque te tienen cariño, o eres guapa y quieren llamar la atención.
-Entonces me lo tomaré como un cumplido el pelotazo en la cabeza. -Dije riendo y ella hizo lo mismo.
-¿Entonces vendrás?
-Pues... -Seguro que mi madre no me dejaría, daba gracias que podía venir a la playa sola, y era porque la casa nuestra estaba en frente y podían verme, que si no tampoco. Pero, tenía unas ganas tremendas de ir a esa fiesta, y no por el hecho de que fuera aquí o por la gente que iba, si no porque nunca había ido a ninguna. Parece mentira a mi edad, pero era así. -De acuerdo, nos vemos aquí, ¿a qué hora?
-¿A las diez te parece bien?
-Perfecto.
Seguimos dando el paseo, hasta que nos cansamos de hablar, no nos quedaban temas de conversación. Decidí marchar entonces a casa, me puse pantalón 'súper corto' según mi madre, y la camiseta, para evitar riñas, y volví a casa a cenar.Continuará...
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Good Girl «h.s.»
Fanfiction''-No te acerques a él, todos dicen que solo trae problémas. -Me da igual lo que digan los demás, quiero conocerle.'' ¿Te atreves a leerla?