Capítulo 33

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Después se separó a penas ¿un centímetro? y volvió a dedicarme una sonrisa. Hice lo mismo, y Louis me dio un beso en la mejilla. Miró su muñeca;

-Va siendo hora de que marche. -Dijo tras haber visto marcada las nueve en su reloj dorado, o de oro.

-Vale, nos vemos pronto. -Él se levantó. -La salida está bajando las escaleras. Espera, te acompaño.

Bajamos y le llevé hasta la puerta. Allí nos despedimos con un beso en la mejilla, y cerré la puerta cuando él se alejó unos metros de la entrada. Iba a volver a mi habitación, pero en el salón me encontré con Harry. Éste no me dejó ir a mi cuarto.

-_______, quiero hablar contigo. -Me dijo con una voz ronca tranquila. Normal en él. <<Ignórale, no puedes decirle nada>> - ¿Podrías contestarme por lo menos? -Seguí rumbo a mi cuarto, pero él me cogió del brazo provocando una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

-No me apetece hablar ahora mismo. -Dije sin mirarle ni una sola vez, sabía que si lo hacía me vendría abajo. Me solté y fui hasta mi cuarto, pero él me siguió. Cerró la puerta tras pasar él, y yo no sabía qué hacer. Tan solo me quedé de pie al lado de la cama, mientras él estaba delante de la puerta cerrada mirándome fijamente. Yo, esquivaba sus miradas.

-Tan solo quiero saber por qué no me hablas. -Dijo él, algo apenado. Lo supe por su voz más ronca de lo habitual.

-Harry... Yo... -No sabía que decirle, no tenía salidas. Vi sus ojos verdes, y en un instante se conectaron con los míos. No podía, no podía. Verle así, a unos dos o tres metros de mí, me daban ganas de correr a abrazarle. Pero no podía hacerlo; me calló una lágrima por la mejilla.

-No llores. -Dijo él acercándose a mí. Me puso una de sus grandes manos en la mejilla por la que había caído la lágrima. Yo bajaba la vista, pero él con la misma mano hizo que le mirara a los ojos. Era inevitable estar bien mirándole a los ojos. - Solo quiero que me digas la razón. -Hubo unos segundos de silencio, mientras él tragó notablemente saliva. -Por favor. -Puse encima de su mano la mía. Miré hacia abajo, pero alcé de nuevo la vista voluntariamente.

-No puedo. -Dije con dificultad. Verle así hacía que mis defensas y mi confianza de no hablarle se vinieran abajo.

-¿Qué te he hecho? -preguntó preocupado. Su mirada taladraba mis ojos sin piedad. Cerré los ojos unos instantes pensando, y juraría que al abrirlos es se había acercado unos centímetros más a mi rostro.

-No me hiciste nada. Simplemente no puedo, compréndelo.

-No me puedes pedir que comprenda algo que no me quieres explicar. -En cierta parte tenía razón.

-Harry, si pudiera te lo contaría.

-Pero, ¿por qué no puedes? Si no hice nada, ¿qué está mal? -preguntó desesperado. No sé si por las cientas de preguntas que me hacía y yo no respondía, o por la simple razón de que quería volver a tener mis labios atrapados en los suyos. O ambas. He de admitir, que yo también lo estaba por esta última. <<No debo>>Me repetía a mí misma. Negué con la cabeza, oprimía las lágrimas que tenía retenidas en los ojos.

-Lo siento. -Le quité la mano de mi mejilla, y señalé a la puerta de la habitación indicando que la abandonara ahora mismo. Él se negó. -Harry por favor vete.

Al final cedió. Yo quedé en el sitio viéndolo salir. Le observé salir por la puerta, y como antes de cerrarla me miró, con ojos un tanto rojos. Llorando. La cerró, y yo me tiré de rodillas en el suelo. Me tapé la cara con ambas manos y lloré lo que no hice delante de Harry. ¿Por qué? Mi madre debería comprenderme, pedirme que me alejara de él hacía que un tormento me persiguiera constantemente. Él, era... ¿él? No sabría explicarlo. ¿Cómo haría? No podía vivir bajo el mismo techo que él y evitarle constantemente sin atormentarme a mi misma con la imagen suya deprimido. ¿Estaría él tan destrozado como yo?

Continuará...

Good Girl «h.s.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora