Los días siguientes fueron todos por el estilo. Salía, me encontraba con Harry, hablábamos, caminábamos por la playa, y cosas por el estilo. Había transcurrido más o menos una semana y algunos pocos días desde entonces, y hoy estuve por la tarde en casa. Simplemente no me apetecía salir... ¿Qué estoy diciendo? Me moría de ganas de pisar la calle, pero como siempre... No me dejaban. La verdad es que ya había salido muchos días seguidos, y era raro que no me dijeran nada.
Eran las nueve de la tarde, o de la noche, como queráis llamarlo. Bajé a cenar pero no comí mucho, no tenía demasiada hambre. Así que en cuanto terminé, mis padres terminaron, y Nana recogió todo, subí a mi cuarto, ya que en cualquier momento seguro que mis padres comenzarían a discutir. Siempre, después de cada comida lo hacían.
Me senté en la cama mirando al techo. Pensé, en si mañana por fin podría salir. Tenía unas ganas tremendas. De repente, escuché un ruido proveniente del exterior. 'No será nada' pensé. Pero en cuestión de segundos escuché ese ruido, como alguien susurrando mi nombre. Volví a pensar que no era nada, puede que mi sistema nervioso me estuviera jugando una mala pasada. Decidí volver a ignorarle, hasta que volví a escuchar mi nombre, detrás de un 'sorda'. Vale, ya valía. Abrí la ventana, y me asomé. Abrí los ojos como platos al ver a Harry en el jardín de mi casa.
-Harry. -Dije en voz baja, ya que si mis padres lo vieran, probablemente estaría castigada hasta los setenta y siete. -¿Qué haces aquí?
-Me apetecía hablar. -Anda, eso nunca me lo podría haber esperado saliendo de la boca de ese chico.
-¿Y no podías hacer una simple llamada? Como te vean mis padres me matan.
-Necesitaba decirlo en persona. Y si no quieres que te pillen, ven de una vez.
-¿Y cómo salgo? Ahora están mis padres como siempre discutiendo en el salón, me verían.
-Por la ventana.
Bufé. Ya sería la segunda vez que bajaba por la ventana. Y no sé porqué presentía que no sería la última a decir verdad. Me cambié de ropa, a una decente, y me senté en el marco de la ventana. Después fui bajando con ayuda de los ladrillos, con cuidado.
-Vale, ahora salgamos de aquí antes de que me vean. -Susurré.
Saltamos el muro del jardín. Harry quiso dar un paseo por la playa, a estas horas estaba vacía y tranquila. Hacía un tanto de frío, y tiritaba un poco. Nos acercamos hacia la arena, y nos sentamos allí. Me entró un escalofrío que provocó que mi piel se erizase.
-¿Tienes frío? -me preguntó.
-Si... -No me extrañaba. Por mucho verano que fuera, las noches allí eran bastante frías, y solo a mí se me ocurría ir con una básica de tirantes. Él se quitó su sudadera, quedando en camiseta corta. Me la dio.
-Toma, ponla.
-Harry, vas a coger frío. -Él insistió en que la pusiera, y acabé haciéndolo. Esa sudadera olía a él, a Harry. ¿De qué querías hablar?
-Pues, bueno. Es algo bastante serio. -Me miró, mientras se humedecía los labios. - Es que, hace mucho que no hablo con nadie que no sea alguno de esos imbéciles, y si lo hacía era como siempre para discutir.... Y bueno ahora te veo a ti, y espero escoger la opción correcta de confiar a ti para lo que te voy a contar. -Yo era toda oídos. Asentí con la cabeza, y él continuó. - Tengo miedo.
-¿Miedo? -repetí. ¿Harry tenía miedo? ¿A qué? Dudo mucho que fuera a esos tres deficientes.
-Sí. Hoy por la tarde me encontré con Tom, y los demás. Me dijeron que tuvieras precaución. Ellos quieren contigo, porque estás conmigo. La historia se repite. Siguen queriendo todo cuanto poseo. Y claro, ahora ellos no se quitan de la cabeza que tú estás conmigo.
-Pero, ¿qué más da? No me acercaré allí y punto.
-Más quisieras que con no acercarte a esa zona fuera suficiente. Seguro que en cuestión de tiempo acaban acercándose a tu casa, o algo por el estilo. Saben dónde vives.
-Pero están mis padres, y Nana, y la policía. No creo que se atrevan.
-¿En serio crees que eso les detendrá? -Encogí los hombros al ya no encontrar más respuestas. Harry bajó su mirada y hubo un pequeño silencio. Él estaba pensativo, mientras que yo le observaba. -Creo, que será mejor que no nos veamos más.
-¡Harry! No digas eso. No voy a dejar de verte.
-Pues lo haré yo. No quiero ponerte en peligro. -El silencio invadió el ambiente, no sabía que decirle. No quería quitarlo de mi vida así de repente. Siempre era todo igual, no tenía amigos, ni gente de verdad en mi familia salvo Nana. A veces solía pensar que era la única en este mundo que me quería. Pero ahora había llegado Harry. Que desde el primer instante me pareció misterioso, y quise acercarme a él. Me atraía.
Le miré y él me miró. Nos conocíamos a penas medio mes, pero, no sé. No quería dejarle. Principalmente porque en la situación sentimental, familiar y económica en la que se encontraba, no podía hacer tal crueldad.
Me levanté y él me miró extrañado. No emitió sonido, y yo tampoco. Él también se levantó, y abrí los brazos, quería darle un abrazo. Lo necesitaba él, lo necesitaba yo. Lo necesitábamos. Él se acercó y me lo dio, mientras yo entrelacé mis brazos por su nuca y apoyé, poniéndome de puntillas, mi barbilla en su hombro derecho.
-Puedes decir lo que quieras, y podré enfrentarme a muchos matones, pero no me separaré de ti cuando estés mal. -Susurré. Él se separó a penas unos centímetros de mí para mirarme con su mirada penetrante que producían esos ojos esmeralda. Me miró los labios, a la vez que yo miré los suyos. Luego ambos alzamos la vista por nuestras mejillas, hasta llegar a los ojos de nuevo y volver a conectar. Era como si pensáramos lo mismo, como si fuéramos un par de libros abiertos tan solo con nosotros.
-Pero no quiero que te hagan daño. -Susurró él con un tono mucho más bajo, casi inaudible. Negué muy suavemente con la cabeza. Ambos nos acercamos un poco hacia el otro y nos separaban escasos milímetros. Pero en esos momentos, cual distancia se mi hizo corta. Nos acercamos más, y él me dio un beso en los labios. Todo esto, era un proceso lento. Él parecía hacer cada movimiento con cuidado, por miedo a que le rechazara. Pero por supuesto que no fue así. Bajó sus manos hacia mi cintura, y seguimos el beso algo más intenso unos segundos, puede que minutos.
Después nos separamos a penas dos milímetros.
-Si estás aquí no me harán daño. -Dije en tono bajo, y volvimos a darnos un abrazo.
Continuará...
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Good Girl «h.s.»
Fanfiction''-No te acerques a él, todos dicen que solo trae problémas. -Me da igual lo que digan los demás, quiero conocerle.'' ¿Te atreves a leerla?