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No toques mi abanico ~Parte 1~

Temari ~5 años~

Una mujer caminaba cabiz bajo hacia un orfanato, llevando de la mano a su pequeña hija. Era un dia humedo e invadido por una espesa niebla que dificultaba la vision de cualquiera.
La niña tenia hambre y frio, le pedia a su madre el volver a casa rapido mientras tironeaba de su mano, pero la mujer solo la ignoraba. Caminaron unas cuadras mas hasta que llegaron a un enorme porton negro, un lugar tenebroso y oscuro a los ojos de la pequeña, se ocultó detras de la pierna de su madre y se colgó de esta.
La mujero tocó el timbre y segundos despues una ansiana de unos setenta y tantos salió a recibirlas. La mujer estaba demacrada, su rostro estaba tan arrugado y palido que alarmaba, su escaso cabello blanco formaba un pequeño flequillo y patillas a los lados de su rostro, estaba encorbada y caminada ayudada por su baston de madera de pino. Miró a la niña y seguido a la madre, de quien al ver su rostro hundido en la oscuridad, decifró rapidamente su mensaje. Tomó a la niña del brazo y la arrancó del agarre de su madre, pero la pequeña se resistia, gritaba llamando a su madre y tironeaba para intentar escapar, pero la ansiana era estupidamente fuerte y no titubeaba al arrastrarla hacia adentro. La niña gritaba mientras veia a su madre irse dandole la espalda, y cuando se dio cuenta, tenia el abanico favorito de su madre en sus manos, se lo habia quitado del bolsillo de su pantalon en medio del jaleo.
Desde ese dia, Temari tardó dos años en integrarse al grupo de niños que alli vivian y tres en volver a formular una palabra, y obviamente no dejaba que nadie toque su abanico.

Temari ~10 años~

La ojiverde corria persiguiendo al pequeño pelirojo que le habia quitado su presiado abanico. Era el unico recuerdo que tenia de su madre, y poseia un poder extraño. Al agitarlo creaba vientos extremadamente fuertes que eran capaces de destruir todo a su paso, despues de todo, su familia siempre habia tenido este tipo de poderes algo extraños. 

Corrió al niño por todo el orfanato gritandole de todo, pero el niño corria felizmente por todo el lugar con el abanico entre sus brazos, todo era un plan que habia formulado cuidadosamente con los niños del orfanato, querian que Temari volviera a sonreir, o a enojarse, o a mostrar alguna emocion. De repente, se detubo y encaró a la rubia, y al mirarla, vio en su rostro el enojo y el cansancio. Se sintió algo culpable, por lo que le dio el abanico y bajó la vista haciendo un puchero.

Niño: Gomen

Temari: (suspira) Sabias que este abanico es importante para mi, ¿porque lo tomaste sin permiso?

Niño: Yo solo queria...queriamos que volvieras a mostrar alguna expresion.

Temari: (ladea la cabeza) ¿Extresion?

Niño: Si, siempre te ves seria y calmada, queriamos que mustres tus verdaderos sentimientos.

La pequeña aun no entendia a que se refería el pelirojo, pero lo que si entendió era que sus amigos se preocupaban por ella. Sonrió de lado, dejando impresionado al pequeño que tenia enfrente y a los demas que los espiaban desde distintos puntos del lugar. Se acercó a el y acarició su cabeza.

Temari: Ya veo, arigato Gaara.

Gaara: (sonrie)

???: ¡Alguien viene afuera!, ¡es una mujer, va a adoptar!

¿Adoptar?, ¿ahora? Era extraño que se presentara alguien a adoptar en visperas de año nuevo, pero eso no evitó que los niños se exaltaran y comenzaran a arreglarse para quien podría ser su futura madre. Temari se dirigió a su habitacion con su abanico en mano e indiferente a la situacion, ya que gracias a lo que habia vivido cinco años atras con su madre, ya no creia en el amor. Al llegar a su habitacion, se agacho al pie de su cama y sacó debajo de ella una caja con un pequeño candado, y con la llave que tenia colgada del cuello la abrió y dejó su abanico dentro. Cerró el candado y guardó la caja nuevamente debajo de la cama. Salió de la habitacion y se dirigió al salon principal para conocer a la mujer junto con los otros niños.