Princess Complex [NamJin]

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Lo primero que hizo al llegar al club ese viernes fue conseguir un trago y si, Min YoonGi rodó los ojos cuando le miró pedir una de esas bebidas mezcladas que tenía pinta extraña con su liquido rosa flotando con un nombre que no quiso ni si quiera conocer porque "seguro tiene un nombre bastante ridículo", pero a él no le importó y le dio pequeños sorbitos hasta que el alcohol le hizo sentir un poco mejor y hasta olvido su pésima nota en inglés, su poca tolerancia al alcohol por primera vez no era un fastidio pues su vaso apenas iba a la mitad y todas sus preocupaciones ya se habían fugado, sentía el calor corriendo por sus venas y sus músculos pedían ir lo más pronto posible a la pista y mover las caderas, arrastró al gruñón YoonGi al centro y comenzó un movimiento un poco torpe tratando de no derramar el poco líquido que le quedaba a su vaso y que sin embargo sentía sería una total idiotez dejar caer.

Ni si quiera había pasado una hora cuando reconoció la mirada perspicaz de YoonGi y ese brillo en sus ojos cuando observó alguien o algo detrás de su hombro.- No, definitivamente no vas a dejarme solo mientras persigues a cualquier idiota-. Una pequeña sonrisa se posó en los labios delgados de su amigo y supo que estaba jodido porque si, YoonGi iba a dejarlo y no era la primera vez, no sabía porque rayos seguía saliendo con él a clubs cuando sabía perfectamente que no le importaba un comino dejarle solo en medio de la pista. Tuvo que aguantarse las ganas de romperle la nariz cuando le susurró un "adiós princesita" y le dio un beso volado como el amigo bastardo que era. Con un suspiro derrotado regresó a la barra en la búsqueda de algo...o alguien interesante y entonces le encontró, apoyado contra una mesita baja, semirecargado lo único que podía divisar era una fuerte espalda en una camisa negra que se ajustaba a los brazos evidentemente trabajados y una cabellera castaño claro que deja ver solo un poco de piel morena de la nuca, SeokJin rezaba para que el rostro del tipo fuese así de bueno como se veía su espalda y caminó con paso lento decidiendo como abordaría al hombre.

Decir que estuvo sorprendido fue poco, si, definitivamente era guapo y la palabra le quedaba chica pero no fue eso lo que casi hizo que tropezara con sus pies cuando le tuvo de frente, era más bien que ahora la causa de su repentina necesidad de salir por la noche estaba ahí frente a él. Kim NamJoon o también conocido por SeokJin como "su sexy y exigente profesos de inglés" estaba a unos pasos de él luciendo irresistible y dándole una mirada que parecía querer comérselo pasando sus ojos de arriba abajo analizándolo como si le viese por primera vez y el interior de SeokJin tembló.

La ceja del moreno se alzaba interrogante y una sonrisa ladina se posó en sus labios tan arrogante, divertido y caliente en partes iguales, Jin quiso salir de ahí, huir, su instinto le hizo dar media vuelta sin ninguna explicación.- ¿Tan pronto te vas, princesa?-. La profunda y grave voz de su maestro le hizo parar en seco y maldecir para sus adentros y no porque odiara profundamente ese apodo, no había burla ni tampoco parecía una broma de mal gusto, sino porque ese mismo le había hecho sentir un tirón en sus piernas haciéndole desear ir hasta él y sentarse en su regazo como "un chico bueno" y maldición ahí estaban sus fetiches saliendo a la luz con la necesidad de ser mimado y cuidado por el moreno parpadeando dentro de él y arrollándolo como un tsunami. Su voz era como terciopelo, grave y al mismo tiempo suave, había seducción y era totalmente atrayente tanto que su interior tuvo una lucha por entre su mitad racional y su mitad impulsiva.

Quiso golpearse la cabeza contra el muro más cercano cuando se dio media vuelta nuevamente para encararle.- ¿Perdón?-.Y aunque le encantó como sonó el apodo saliendo de sus labios no quiso demostrarlo y en lugar de eso entrecerró los ojos, se cruzó de brazos y apoyo su peso en el pie derecho.- ¿Qué?, ¿Te parece mal que te llame así?-. La mirada profunda que le dedicó pudo haberle atravesado y por un momento sintió sus piernas flaquear, el moreno caminó con paso lento hasta él , como un cazador que ha encontrado su presa y aunque Jin quiso escapar por instinto su parte orgullosa le impidió moverse un solo centímetro y cuando menos pensó el hombre estaba frente a él tan dominante y poderoso como nunca se había dejado ver en clases, tanto que se le cortó la respiración por un instante y los nervios fluyeron por todo su cuerpo.