Princess Complex [NamJin]

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Era sábado y NamJoon en vez de estar en la sala viendo como su pequeño SeokJin pintaba con sus crayones, estaba atendiendo algunas llamadas, su semana había sido tan cansada, reuniones por aquí y llamadas por allá, estaba comenzando a resentir ese ritmo y podía notar que SeokJin también resentía no pasar tanto tiempo con él, entre las clases del chico y el trabajo del mayor no había más tiempo para ellos que las noches donde dormían abrazados, sin embargo su príncipe era tan bueno que no decía ni una sola palabra de queja, se limitaba a hacer pequeños pucheros en su boquita rosa de fresa cuando creía que el moreno no estaba mirándole, ese sábado se habían despertado acurrucados en la cama del mayor con el calor que sus cuerpos entrelazados y la pijama calientita del más chico podía ofrecer pero apenas despertaron el teléfono del moreno comenzó a sonar quitándoles sus preciados minutos de besos matutinos a los que habían tomado costumbre. La apertura de un nuevo club lo mantenía un poco estresado, esa noche era la apertura y tenía que estar presente y observar cómo iba todo, Hoseok estaría ahí, siendo su socio seguramente sería la primera persona en entrar y estaba más que seguro que su amigo iba a estar moviendo la cadera en la pista en el mismo segundo que llegara.

Con un suspiro se levantó de su escritorio, sus huesos hicieron un chasquido cuando se estiró, había pasado mucho tiempo sentado y estaba necesitando unos cuantos besos dulces que le alegraran el alma y fuera de su despacho había un bonito príncipe rubio que estaba dispuesto a dárselos con una sonrisa de labios gruesos y suaves. Pudo ver apenas la cabellera rubia de su chico, solo un poco de sus mechones traviesos eran visibles hasta que llegó a su lado y lo encontró totalmente concentrado en sus dibujos, sentado entre los enormes y suaves almohadones que había arrastrado hasta la sala haciendo el suelo esponjocito como una nube y sacando la punta de su lengua rosada cada vez que hacía una línea contra el papel antes blanco. Se sentó a su lado en el sofá y la parte superior de la cabeza de su príncipe quedó justo a la altura de su rodilla donde por inercia su niño dejó descansar su sien ahí.- ¿Qué haces, cielo?-. NamJoon llevó su palma a los cabellos dorados de su ángel dejando leves caricias y enredando con ternura los dedos entre los mechones rebeldes.-Dibujando-. Le dijo su chico con cierto tono infantil mientras lo miraba debajo de sus pestañas con esos enormes e inocentes, era tan adorable con esa sudadera amarilla pastel que le quedaba tan grande que mostraba sus clavículas y las mangas tan largas que cubrían sus nudillos, su príncipe era la cosita más tierna que hubiese visto, una sonrisa preciosa se posó en los labios rosados y gruesos del menor y con un poco de torpeza se arrodillo frente al moreno, sus ojitos brillosos pestañearon un poco robándole el aliento a NamJoon porque su pequeño novio era tan dulce, tan bello que quería apretar sus mejillas sonrosadas.- Papi...quiero un beso-. El pequeño susurro suave se deslizó en el aire como un pétalo de cerezo cayendo en primavera, tomando las mejillas delicadas de su príncipe entre sus manos NamJoon se inclinó para depositar un beso delicado entre los regordetes labios, las manos delgadas de su príncipe se aferraron a sus antebrazos morenos, sintió un ligero mordisqueo en su labio inferior y una risita traviesa que se ahogó en el beso y le hizo sonreír, su pequeño era tan travieso. Cuando el aire hizo en falta, SeokJin hizo un suave puchero que fue besado un montón de veces con los labios llenos de papi.-Amor, hoy vamos a salir-. La palma grande acunó la mejilla derecha de su chico dejando suaves caricias repletas de ternura, la curiosidad se reflejó en las pupilas del rubio, sus ojitos se abrieron con emoción y una sonrisa tiró de sus labios.- ¿A dónde iremos papi?-. Se inclinó un poco en las rodillas del hombre con esa coquetería innata que tenía y de la que él chico no era consciente, eran ese tipo de acciones las que derretían el corazón del hombre, tan naturales y comunes pero tan adorables en él rubio que lo tenía comiendo de la palma de su mano.- Hoy es la apertura del nuevo club, cielo, tienes que ir con papi como un niño grande-. Le dijo NamJoon con un mechón rubio enredado flojo en su dedo índice y mirando a los ojos de cachorro que lo miraban emocionado asintiendo.