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.- ¿Será extraño ahora en clases?-. Susurró SeokJin tan cerca de los labios de NamJoon que el moreno se estremeció y las manos que mantenía sobre la cintura del rubio temblaron levemente en la anticipación de un beso.- Probablemente será...diferente para nosotros, aún más que cuando comenzaron las citas, pero no será imposible, bebé-. El rol que ambos habían mantenido con alegría en su fin de semana se estaba deslizando de ellos poco a poco, NamJoon tocó con la yema de su dedo la punta de la nariz del rubio y una risa preciosa y burbujeante se escuchó de los labios de su bebé, el chico mantenía la palma de sus manos sobre el pecho del moreno mientras él hombre dejaba un beso delicado en su sien.- Me iré antes, príncipe-. SeokJin suspiró un poco y se puso de puntitas abultando sus labios para recibir un beso. Para NamJoon no había nada más adorable que ese pequeño acto, era tan bonito que no se pudo resistir a dejar un montón de besos empezando por sus labios, pequeños toquecitos húmedos que viajaron por sus mejillas, su frente y la punta de su nariz, pasaron por sus parpados y luego hacia el sur en la línea de su mandíbula para regresar a los abultados labios que mantenía el muchacho frente a él. Se alejaron a duras penas cuando el celular del menor comenzó a sonar con una alarma que indicaba cuan tarde estaba llegando a clases.- Vas a llegar tarde a tus clases, mi amor-. Le dijo NamJoon cuando le miró tomar su mochila negra para colgarla tras su espalda, el moreno se adelantó un paso y cerró el cierre de la mochila del chico que amenazaba con tirar sus libros.- Curiosamente llegaré primero que mi maestro de la primera clase-. Con un toqué de inocencia en su voz el menor le regaló un guiño travieso antes de reír y salir por la puerta.- Nos vemos en clases, papi-. Dijo alzando la voz cuando el moreno se recargó en el marco de la puerta viendo a su chico marcharse.

NamJoon se tomó su tiempo en el auto, conduciendo a una velocidad moderada y disfrutando del camino. Era una bendición que su casa estuviese en un sector bastante alejado del centro de la ciudad, la música relajante y el camino solitario le hicieron pensar por un instante la dicha que sería poder tener todos los días a su bebé en el asiento del copiloto con esa mirada curiosa que mantenía siempre en el paisaje de la ventana. NamJoon sabía sin embargo el riesgo para ambos que era que las personas supieran acerca de su relación y aún más si se adentraban en el tipo de detalles que ellos trataban de mantener en la privacidad de su casa. Una sonrisa satisfecha se posó en los gruesos labios del hombre mientras giraba en la carretera y recordaba los eventos del fin de semana. SeokJin lo había despertado con una ligera caricia de sus dedos y tan pronto como vio la carita de su bebé lo había apresado entre sus brazos para acurrucarse juntos en el suave colchón hasta que sus estómagos gruñeron de hambre. Se pasaron todo el sábado acurrucándose el uno al otro, mirando películas en el sofá, alimentándose con pequeñas golosinas e incluso manteniéndose cerca cuando NamJoon decidió leer un libro y el chico se sentó a su lado con algunos peluches en su regazo.

SeokJin y él se conocieron de una forma diferente dentro de su casa, comenzaron a adaptarse uno al otro, estaban conociendo los gustos y costumbres de cada uno maravillándose con los pequeños detalles, NamJoon descubrió la pequeña manía que tenía SeokJin de comer dulces a cualquier hora del día, lo encontró el domingo por la tarde estirándose de puntitas para remover en la alacena buscando como un pequeñito ratón curioso, fue bastante gracioso ver el salto de sorpresa que dio SeokJin cuando el moreno le dijo un "¿Qué buscas, cielo?" detrás de su espalda, un pequeño gritito había salido de los bonitos labios de su chico, NamJoon rió y se acercó a él para tomarlo de la cadera y tener posición entre sus gruesos muslos, el menor le dijo con un puchero de su boquita que tenía un antojo tremendo de dulces, en ningún momento se la había pasado por la cabeza negarle algo a su chico bonito pero al ver los preciosos ojos cafés mirándole con suplica NamJoon pudo sentir su corazón derretirse entregándole sin rechistar una bolsa de chocolates con cereza, la sonrisa hermosa y maravillada del rubio fue su mejor recompensa.

Princess Complex [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora