Para ir al colegio me pongo un jean azul apretado con una remera blanca de manga corta. Me llega hasta la cadera, así que la meto dentro del jean para dar mas forma a mi cintura. En los pies me pongo unas zapatillas blancas, no se porque pero son los zapatos que más me gustan, tendré al menos 5 pares de diferentes colores. En el pelo me hago un moño con algunas mechas caídas que van por el costado de mi cara. Nunca fui de maquillarme para ir al colegio, pero es que tampoco había tenido tanto levante como en este. Me pongo un poco de delineador de ojos negro y un poco de rímel. Mis ojos parecen mas grandes y mas profundos, me gustan.
Esta vez decidí ir caminando para recorrer un poco el barrio, como lo hacia en vacaciones, salía a caminar cuadras y cuadras por el barrio. Pero nunca me encontré con Clay, ni con ninguno de los chicos que estaban en la fiesta o con alguien del colegio, seguramente ellos iban de vacaciones a New York y yo venía aquí. Desde que mamá se enfermo, hace 1 año y medio, no veníamos de vacaciones, seguramente Clay se ha mudado aquí en ese tiempo, porque antes esa casa estaba deshabitada. Que curioso, el me dijo que su padre los había dejado hace un año, pero no dijo porque se mudaron, tendré que preguntárselo. ¿Que estoy diciendo? Seguramente no nos volvamos a ver desde que me echó de su casa, por alguna razón se había enojado conmigo, pero no lo logro entender, si yo no pude pronunciar una palabra, ni dije nada que lo molestase después del beso. Quizá se haya enojado porque lo alejé, pero me parece muy estúpido que se haya enojado por eso, en algún momento el beso tenia que terminar y alguien debería alejarse, y eso fue lo que hice antes de que tocara mi trasero, me iba a poner muy nerviosa si lo hacia.
Y hablando de roma...
Una moto detrás de mi va acelerando y frenando, haciendo ruido, supongo que para llamar mi atención. Se quien es, así que no me daré la vuelta. La moto acelera mas, baja la velocidad al mismo nivel que yo camino y queda al lado mio.
-¿A donde vas?- dice el. Doblo la cabeza para mirarlo, está con una chaqueta de cuero y unos tejanos, supongo que es su vestimenta usual para andar en moto.
-¿Para que quieres saber?- le contesto.
-Puedo llevarte ¿quieres?
Esa pregunta me pone nerviosa, nunca me he subido a una moto y menos lo haré con un tipo que no lleva casco y ya lo he visto andar como un rápido y furioso.
-No llevas casco y además mira, tengo piernas, puedo caminar- contesto y giro la cabeza al frente con un tono de superación.
-Como no mirarlas- dice y giro mi cabeza bruscamente hacia él, veo que me mira de arriba a abajo.
-Vale, no te llevare si no quieres pero al menos para de caminar, necesito hablar contigo- dice y mi corazón empieza a latir fuertemente.
-¿Hablar de qué? No tengo tiempo, tengo clase ahora mismo- el sube la vereda con la moto y se posa justo frente a mí. Yo paro y doy un grito de susto.
-¡¿Estas loco?!
- No, solo quiero hablar de lo del domingo- se baja de la moto.
-Pe-pero...no hay nada que hablar, ya paso, es más, no paso nada- digo un poco nerviosa, el corazón a mil no me deja hablar bien.
El ríe -Bueno, si quieres llamarle nada al beso que me diste..
-¿Que te di?- lo interrumpo- fuiste tu quien me tomo por sorpresa y me beso, yo solo te alejé.
-Pero tu demoraste en reaccionar, después de varios minutos me alejaste.
-Si...bueno...pero es que tu me tenias agarrada, yo no quería besarte, ni te conozco, además fui allí a repartir un folleto y tu aprovechaste para invitarme a tu casa- digo y él larga una carcajada.
-¡Vamos! Los dos sabemos que no fuiste allí a repartir folletos, si hubiera sido eso los hubieras dejado en el buzón...y está bien ¿sabes? Me gusto que hicieras eso.
Me deja sin palabras por unos segundos y quedo mirándolo, creo que fue muy obvio lo de los folletos, ahora me avergüenzo de ello. Pero no iba admitirlo, nunca.
-Es que...mi padre me pidió que los entregara y tenia que explicar de que se trataba el folleto a quien se lo iba a entregar, no sabia que...tu vivías allí- veo como el ríe cuando se lo digo- y no me creas si no quieres, pero es la verdad.
-Eres tan rara- dice riendo.
Me duele que me lo diga, pero su sonrisa alivia un poco el dolor.
-¿Yo? Tu eres el raro, tú fuiste quien me seguiste, tú fuiste quien me beso, y tú fuiste quien me echó de su casa.
-¿Que qué? Yo no te eche de mi casa, tu terminaste el beso y yo solo fui a abrirte la puerta, ¿que querías? ¿Quedarte todo el día ahí? Ya no tenias más nada que hacer.
-Bueno, pe-pero podrías haber sido mas cortés y decirme algo como "supongo que quieres irte ¿no?" o "Tengo cosas que hacer" y yo me iría, pero abriste la puerta esperando a que me vaya sin decir nada y lo tome como una echada.
-Bueno...es que cuando me alejaste te pregunte que había pasado y tu no contestaste, me fastidio un poco que cada vez que te preguntara algo tu quedaras en la nada sin responderme, por eso me resalte y abrí la puerta.
Lo dice tan sincero, que quedo sin palabras de nuevo, no quiero fastidiarlo pero simplemente me quedo muda, las palabras no me salen, y cuando quiero abrir la boca, esta se cierra.
-¿Ves?- dice- siempre quedas sin palabras, no se si piensas una y otra vez antes de decir algo, pero demoras mucho y eso me fastidia.
Es que tampoco es eso, no pienso una y otra vez antes de decirlo, si no que pienso en cualquier otra cosa menos en lo que voy a decir.
-Lo siento- le digo- es que...no encuentro que decirte y...tampoco lo hago intencional, quiero responderte pero no puedo- me arrepiento de haber dejado salir las palabras, seguramente quede como una tonta.
-¿Pero qué es lo que no te deja responder?
-Tú- sale de mi boca y quiero abofetearme porque una vez más dije algo sin pensarlo.
-¿Yo? Si te doy el tiempo suficiente para que lo hagas, tampoco estaré una eternidad esperando porque me aburre mucho.
-¿Yo te aburro verdad?- sale otra vez sin pensarlo.
-No...bueno si, la verdad es que hablas tan poco que aburres.
-No hablo poco, ya te lo dije, tu no me dejas hablar.
-¡¿Porque crees que no te dejo?!- grita agresivamente y luego se disculpa.
-No se, pero si estoy frente a ti se me hace difícil hablar- listo lo dije.
Él me mira asombrado y queda tratando de responder pero no le sale nada, si así me veo cuando no respondo lo entiendo completamente.
-Tu...sientes...¿algo?- pregunta confundido.
-No Clay, no siento nada por ti.
-Esta bien, eso quería saber- se sube a su moto y arranca, me mira por ultima vez y sale disparado.
Mierda. ¿Porque le mentí? Si que siento algo, siento tantas cosas. Pero como decirle que cuando el está frente a mi mi sangre hierve, mis corazón late a 2000, mi piel se pone de gallina, no puedo decírselo, no ahora. Quizá ya nunca. Se fue disparado con la mentira que le dije, solo espero que no se la haya creído.
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El primer y ultimo amor
RomanceTras la muerte de su madre, Steph se convierte en una chica sensible y apagada. Ya no se divierte ni ríe como antes. Hasta que llega a una nueva ciudad donde conoce nuevas personas que le darán un vuelco a su vida, especialmente su vecino, el tipo d...