17-No es para mí

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  Cuando terminó de cantar y todo él mundo lo aplaudió, bajó de la silla, dejó la guitarra donde estaba y se acerco a mí. Tomo mi mano y me levantó de la silla.

-¿Te gustó?- me preguntó con una sonrisa.

-Me encantó- respondí también sonriendo.

 Él se acerco más a mí, creí que iba a besarme, pero solo dejo un sutil beso en mi mejilla.

-¿Vamos?

-¿A donde?- pregunté desorbitada, no tenia idea de que hora era, de en donde estábamos, olvidé que debía volver a casa antes de las 6, su voz me había transportado a otro mundo.

-¿A donde quieres ir?- ríe.

-Ah, a mi casa, claro- digo, agarro mi bolso y nos vamos.

Cuando subimos al auto miro él reloj, recién eran las 6 y media, todavía podríamos recorrer esta ciudad de lujos y riqueza, pero estaba demasiado cansada con todo lo que había pasado este día para eso.

-No sabía que cantabas- le digo a Reino.

-Tomé unas clases de canto y guitarra hace unos años- responde.

-¿Y siempre vienes a cantar aquí?- le pregunto.

-Solo cuando necesito relajarme.

-¿Lo necesitabas hoy?

-¿Siempre haces tantas preguntas?

-Lo siento.

-No, solo...quería impresionarte.

-Lo has hecho- digo, con un poco de remordimiento, porque en realidad lo que más me había impresionado era él lugar al cual me había llevado, y más para mal que para bien. Hubiera preferido que me llevase a un bar donde sirvan licuados y hamburguesas, o pizza, y que me cantara en él auto, solo para mi, no que todo él mundo nos mirase como si fuéramos una pareja adorable. Me parecía algo ridículo que me haya cantado una canción de amor cuando recién nos estábamos conociendo. En él momento me gustó, sí, pero luego caí en la realidad y me di cuenta de que esto no era para mi.

-Me alegro entonces- sonríe y arranca él auto.

-¿Y por que has elegido un lugar tan lejos para ir a cantar?- le pregunto. 

  Él me mira y luego mira adelante, demora en contestar, pero finamente habla.

-Yo vivía aquí antes, mis padres viven aquí, un amigo trabaja en ese restaurante y un día me animó a subirme al escenario a cantar, me di cuenta que estar ahí me relajaba, y desde entonces se convirtió en mi lugar favorito.

Lo que mas me había llamado la atención fue lo primero, él vivía aquí, pero ¿porque se había ido de seguramente una mansión para unirse a una fraternidad en San Francisco? Y ¿porque seguía en él instituto cuando ya debería estar en la universidad? Tengo muchas preguntas por hacerle, se que no le gusta que le pregunten mucho pero quedarme con la intriga nunca había sido mi fuerte.

-¿Y por que te fuiste de aquí para ir a una fraternidad?- le pregunto.

-Larga historia- dice y sube él volumen de la radio a todo lo que da.

 Lo fulmino con la mirada. Había subido la radio para decirme de una manera u otra que me callara, y eso me había fastidiado demasiado. Apago la radio y él gira su cabeza rápidamente hacia mí.

-¿Porque eres tan cerrado?- suelto.

-No soy cerrado, te dije que es una larga historia porque lo es, y no creo que te incumba- dice y lo fulmino con la mirada nuevamente.

El primer y ultimo amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora