21-Si te castigan, escapate

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Continuamos así por un buen rato, no se cuanto tiempo, no se que hora es, solo se que estoy aquí y ahora, y que no quiero que su brazo se aparte de mí.

Pero a veces la tecnología arruina más de lo que mejora. Su celular suena y al ver la pantalla se levanta del banco y se aleja un poco mientras atiende el teléfono. Me preguntó quien sera para que no quiera que yo lo escuche.

-¿Hoy? ¿A que hora?...esta bien, nos vemos- oigo decirlo. 

  Corta la llamada y vuelve al banco.

-¿Nos quedamos a dormir aquí o nos vamos?- bromea.

-¿Estas apurado?- le pregunto al verlo algo inquieto luego de la llamada.

-No...bueno, tengo que trabajar en un rato.

-Ah, esta bien, vamos. 

Va a su moto y se sube, me mira esperando a que me suba pero yo decido cambiar de opinión. 

-Mejor iré caminando.

-¿Por qué?- frunce el ceño.

-Le dije a mi padre que iría a comer con una amiga y bueno, ya sabes- río.

-Ah, bueno... adiós entonces- dice y prende la moto, pero luego de un segundo la vuelve a apagar. Se baja de la moto y viene hacia mí. Pone su mano en mi mentón levantándome la cabeza y posa sus labios junto a los míos, luego abre la boca para comerse la mía, pero esta vez no tan apasionadamente, fue un beso lento y delicioso que me dejo el estómago en movimiento como si tuviera mariposas en el. Y así sin más volvió a su moto y salio disparado. 

Después de verlo irse vuelvo a sentarme en el banco. No quería irme todavía, quería quedarme viendo el mar y pensando. ¿Pensando en qué? Lo único que aparecía en mi mente era Clay, sus besos, su boca, su sonrisa, sus ojos, todo lo que cuando tengo frente a mi, conmueve mi cuerpo de pies a cabeza, haciéndome sentir como nunca me había sentido.

Luego de un rato agarro mi mochila y saco mi celular, que otra vez, tenía en silencio, y otra vez, 5 llamadas perdidas de papá. Seguro se va a enojar cuando llegue y va a empezar con su sarta de advertencias, etc, etc. Miro la hora y ya eran las 6 de la tarde, parece que lleva su tiempo pensar en Clay. Me pongo la mochila al hombro y camino a casa.

Cuando llego, papá oye el ruido de la puerta y viene al living.

-¿Otra vez?- me dice al verme.

-Otra vez ¿que?- contesto.

-¿Otra vez llegando tarde? ¿Otra vez no atendiendo mis llamadas? ¿Otra vez mintiéndome?

-Papá, te dije que iría a comer con una amiga, no atendí porque tenía el celular en silencio, y no es tarde, recién son las 6.

-¿Y porque no puedo creerte?

-No lo se, eso es problema tuyo- digo e intento subir la escalera para ir a mi cuarto, pero el me detiene.

-No he terminado Stephanie- dice en un tono de voz mas alto- si solo ibas a comer con una amiga, ¿porque demoraste 2 horas en venir y no atendiste ninguna de mis llamadas?

-¡Fueron solo 2 horas papá! ¿Nunca se te ha pasado el tiempo con un amigo? ¿Nunca vas a creerme nada de lo que te digo?

-Se que no has ido con una amiga Steph, a mi no me engañas, te llame para probarte, y no has atendido ninguna llamada, y ¿sabes que? Ahora por esto, estas castigada.

-¡¿Que qué?!- me exaspero, más castigo que mi vida misma no puede existir.

-Y no me importa lo que digas, 2 semanas sin salir nada más que a la escuela, y desde ahora yo te llevare y te iré a buscar ¿entendido?

El primer y ultimo amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora