18-Escondido en mi habitación

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 Maldita sea. Los dos damos un brinco de susto y quedamos paralizados mirando la puerta, que al parecer intentan abrir pero esta no se abre. Suspiro de alivio. Bendigo el momento en que le puse la tranca a la puerta.

Clay me mira con los ojos abiertos como platos. Siento su respiración agitada en mi cara. 

-¿Que-que hago?- me pregunta nervioso.

 El timbre suena. Nos levantamos del sillón y lo llevo despacio tratando de no hacer ruido hasta mi cuarto.

-Salta por la ventana- le digo cuando entramos.

-¿Que? ¿estas loca? Podría matarme- responde desesperado.

Pienso y pienso una manera de esconderlo sin que haya peligro de que lo encuentren, el timbre no para de sonar lo que hace ponerme más nerviosa todavía.

-Mi cama- digo- escóndete debajo de mi cama, luego veo como te irás.

El me mira y asiente, luego se escabulle debajo de mi cama.

-No hagas ruido, ya vengo- digo y bajo las escaleras. Abro la puerta de entrada.

-¡Steph! ¿Por que no abrías?- dice papá cuando entra.

-Ahh, estaba durmiendo, ya sabes que siempre duermo siesta cuando vengo del colegio- digo con un tono de voz adormitado y entrecerrando los ojos. 

-Si pero no debías poner la tranca hija.

-Lo se, lo siento, no me di cuenta.

-Ya veo, últimamente estas muy distraída Steph, ¿será tu vecino? ¿O el chico del auto?- ríe. 

Suplico a dios que Clay no haya escuchado eso, aunque es poco probable que no lo haya hecho, dejé la puerta abierta y la casa no es muy grande, hasta el mínimo sonido se escucharía de arriba a abajo. Pongo los ojos en blanco y le digo que iré a seguir durmiendo. Subo a mi cuarto y cierro la puerta con llave. Me agacho y miro por debajo de la cama, donde Clay estaba tendido boca abajo y con los ojos como platos.

-Ya puedes salir, pero no hagas mucho ruido- susurro y me río, me daba gracia y ternura a la vez su estado de preocupación.

-¿Te ríes?- me dice- pues yo no, no me causa ninguna gracia esta situación, estoy con el corazón en la garganta ¿y tu te ríes? ¿Por que no le abriste la puerta a tu padre conmigo atrás y le dijiste que solo estábamos charlando, como cualquier persona normal haría?

-Hey cálmate y baja la voz, solo me dio algo de gracia la situación- río levemente- disculpa, yo también estoy con el corazón en la garganta.

-Si claro, ahora ¿puedo irme por la puerta como cualquier persona normal?

-No, no puedes, si mi padre te ve me mataría, pensaría lo peor y no quiero eso, o saltas por la ventana o esperas a que despejen la planta baja ¿esta bien?

-Bien, saltare por la ventana entonces- dice y abre la ventana.

-Hey no- lo detengo- espera.

-¿Que pasa?- frunce el ceño- ¿no querías que saltara?

-Si pero..- miro la distancia que hay entre el piso y la ventana- podrías matarte.

-Eso creía- sonríe y la cierra- así que esta ventana da a tu cuarto ¿eh?

-Am si y ¿qué?- digo nerviosa, deseando por dentro que no me diga que sabe que lo observe la otra vez.

-¿Puedes observarme desde aquí?- dice con una sonrisa de picardía. 

Muevo mis ojos de un lado a otro.

-No, y si podría, tampoco lo haría, no soy una acosadora- digo frunciendo los labios en señal de asco. 

El primer y ultimo amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora