Capítulo 010.

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Entré a casa y dejé las llaves sobre la mesa. Caminé hacia la sala dispuesta a echarme en el sofá como un animal y descansar un poco, pero el sonido de la puerta hizo que, además de fruncir el ceño, me sobresaltara. ¿Quién podría venir a casa sabiendo lo loca que estaba mamá y lo mal que la pasaba yo viviendo con ella? ¿Quién además de la policía?

— ¿Tú qué haces aquí? —Pregunté segundos después de abrir la puerta. Él entró a mi casa como si nada.

—Vine a verte, hija. —Respondió con ironía. Negué con la cabeza incontables veces y abrí aún más la puerta.

—Vete ahora, ¡fuera de aquí! —Grité sintiendo que el aire me faltaba. Me tranquilicé mentalmente mientras papá me miraba confundido.

— ¿Tu madre te lo ha dicho? —Preguntó de repente, asentí.

—No me alejaré de ella, maldito traidor —Balbuceé apoyándome en la puerta, esperando a que se dignara a salir.

—Créeme que sí lo harás, y entonces te educaré como se debe.

Sin más, papá salió de la casa y cerré de un portazo. Mamá no era la única loca, papá también lo estaba. Pero aun así, alejarme de mamá sería genial, porque por primera vez en seis años viviría como una adolescente normal, sin mencionar en la preparatoria. Tal vez ese cambio brusco en mi vida sería especial.

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El timbre de receso hizo que diera un suspiro de alivio, odiaba con mí ser matemáticas. Salí última del salón, así no me cruzaría con Hailey nuevamente...me aterraba hacerlo. Abrí mi casillero con cautela, viendo hacia ambos lados. Rogaba que ella y Justin no se aparecieran para golpearme. O Alice, quien a pesar de todo al parecer seguiría siendo la esclava de Hailey. O también Matt y Ryan, antes de que Justin dejara por primera vez la preparatoria, ellos dos hacían todo lo que el "Gran Bieber" les pedía, desde golpearme a mí hasta atar sus agujetas, literalmente. Y por eso estaban en mi lista negra.

Guardé el libro de matemáticas que ni siquiera habíamos usado en la clase y cerré nuevamente el casillero. La próxima clase era arte, y no me llevaba del todo bien con la pintura, pero sí con el piano. Fui hacia la cafetería, tomé una botella de agua y un tentempié. Me senté sola en una de las mesas, observando cada movimiento de las personas como si realmente me importara.

—Fuera de aquí, anormal —Oí la dura voz de Hailey mientras se acomodaba en los asientos con todo el maldito grupito de siempre.

Sin dudarlo me levanté y me fui lejos de allí, exactamente a las gradas del campo de entrenamiento. Alcé la mirada, encontrándome con el entrenador hablando con Bieber a lo lejos, de seguro se prepararían para el juego del viernes, o tal vez sólo intercambiaban números telefónicos de zorras. El entrenador y Justin tenían la misma actitud egocéntrica. El anciano se había follado a más de una estudiante sólo por tener dinero y un buen cuerpo en forma a los casi cincuenta años. Y el director sabía perfectamente aquello...pero, ¿Qué podía hacer? Los Bieber tenían un gran poder. Ajá, Justin era el sobrino del entrenador de fútbol americano.

Bajé la mirada al notar que ambos estaban observándome. Mis mejillas comenzaron a arder y supe que sería mejor irme de allí. ¡Estorbaba en todos los putos lados! Dejé la bandeja y todo lo demás sobre las gradas, tomé mi mochila y caminé de regreso a la preparatoria. Subí uno de los peldaños y oí unos pasos detrás de mí, miré asustada hacia atrás. Fruncí el ceño al no ver nada y me dispuse a caminar nuevamente, pero una figura que parecía tallada por los dioses se interpuso en mi camino.

—Lo lamento —Murmuré e intenté pasar por su lado. Justin tomó mi brazo, no avancé.

—Tengo que preguntarte algo —Dijo seriamente... ¿Estaba hablándome a mí?

— ¿Q...qué? —Pregunté cautelosa, sintiendo mi piernas temblar.

— ¿Qué le pasó realmente a tu madre? —De repente abrí mis ojos más de lo normal. Miré hacia mi derecha, sin saber qué decir.

—Estaba con un...un hombre y ellos...hicieron cosas que no debían hacer...en un auto en movimiento —Expliqué, abrazándome a mí misma. Él asintió, mientras apretaba sus puños.

— ¿Cómo se llamaba ese hombre? —Insistió, alcé los hombros entrando en una especie de confianza que no debía existir. Es más, ni siquiera debía sentir confianza por él, ni por nadie.

—No lo sé yo...yo sólo sé que su apellido es muy importante aquí. Eso es lo que mi madre me ha dicho —Respondí con cierta cautela, él sonrió de costado y asintió con la cabeza, asustándome.

—Siempre dicen eso, ¿Será porque tenemos una gran fortuna? ¿O porque mi padre es un adicto al sexo con zorras vip? —Dijo de repente, fruncí el ceño.

— ¿A qué te refieres...? —Alargué, Justin me tomó por los hombros y me acercó a él como nunca lo había hecho. Estaba siendo...menos brusco.

—El hijo de puta de mi padre fue quien folló con tu madre en un auto en movimiento. Y ahora él está en coma. —Lo observé mientras él miraba hacia su izquierda, conteniendo su enojo.

—Yo...lo lamento...pero, ¿Qué tengo que ver con esto? Son los errores de mi madre...

—Tú eres el peor error que ella ha cometido.

Mi corazón se estrujó de repente, y entonces comprendí...Justin odiaba a mamá desde hace años...pero, ¿Por qué? ¿Qué es lo que ella había hecho? ¿Por qué debía pagarlo yo? 


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Hasta aquí por hoy<3

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Invisible »Jb. |FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora