Capítulo 013.

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Sus dedos estaban marcados en mi muñeca. Tenía aquellos ojos mieles más oscuros de lo normal posados en mí, haciéndome sentir como una pequeña oveja siendo cazada por un lobo feroz. Y no exageraba, Justin me haría daño y era hora de que yo también se lo hiciera.

— ¡Suéltame! —Grité al ver que estábamos yendo hacia su auto. Me estremecí al sentir su mano en mi cintura.

—Cállate. —Escupió bruscamente.

Abrió la puerta de copiloto y miré hacia atrás, desde la ventana el director nos observaba atentamente. Al verme, simplemente cerró las cortinas y lo maldije en mi interior. Bieber hizo que subiera a su auto a duras penas, puso el seguro y luego subió del lado piloto. Lo miré asustada, y de repente él también lo hizo; me miró como si fuera de porcelana, como si quisiera protegerme de algún mal. Bajé mi mirada y sentí sus manos contactar con mi cuerpo: estaba abrochándome el cinturón de seguridad.

— ¿A dónde me llevas? —Murmuré bajito, él sabía que estaba asustada.

— ¿No te gustan las sorpresas? —Preguntó comenzando a conducir.

—No

—A todas les gustan las sorpresas, pero parece que eres demasiado anormal para ser como ellas. —Mi corazón se estrujó.

—Me gusta ser diferente —Me defendí, sintiendo mis ojos picar.

—Sé cuánto darías ser igual.

Y era cierto, daría todo por ser aceptada en la sociedad. Miré por la ventanilla, tratando de convencerme de que esto era una pesadilla y que despertaría en cualquier momento. ¿Por qué había dejado que Bieber me "secuestrara"? ¿Por qué no lo golpee? ¿Por qué fui tan estúpida? Sentía que me desmayaría. Era increíble; mi peor enemigo estaba llevándome a quién sabe dónde, me haría daño y para el colmo no tenía a quién llamar...a excepción de Claire. Pero tampoco tenía celular, estaba perdida. ¡Completamente perdida!

Solté un suspiro y sentí mi labio inferior temblar...oh joder, no llores ahora, pensé. Pero fue en vano, una lágrima cayó por mi mejilla lentamente. La poca fe que tenía se había desvanecido al ver que estábamos saliendo de la ciudad. ¿Y si él me asesinaba? ¡¿Y si no volvía nunca más a casa?! ¿Qué pasaría con mamá? ¿Con Claire?

—Deja de llorar, me haces sentir como un monstruo. —Oí de repente, lo miré sorbiendo los mocos.

—Eres un monstruo, tenlo por seguro. —Limpié mis lágrimas con la manga de mi chaqueta y seguí mirando por la ventanilla.

Al cabo de unos cinco minutos, Justin bajó del auto y luego me bajó a mí. Sí, me bajó él. Ni siquiera me había dejado desabrocharme el cinturón de seguridad sola. Ambos caminamos hacia una casa muy bonita, ubicada justo al lado de un lago. Conocía perfectamente esa casa...era de papá.

—No entraré allí —Dije rápidamente, frenando en seco. Bieber me miró y viró sus ojos.

—Sí entrarás, no te traje aquí para que hagas un berrinche. Así que vamos...

— ¡Te he dicho que no, joder! —Grité desesperada, negando variables veces con la cabeza.

Alzó su mano y dio justo en mi mejilla. Me había golpeado de nuevo, afuera de la casa de mi padre. Mi cabello se movió bruscamente al mismo tiempo que mi rostro. Llevé mi mano a mi mejilla y contuve un gran sollozo.

—Vamos. —Repitió Bieber, tomando mi muñeca nuevamente.

Bieber tocó la puerta repetidas veces, mientras yo seguía deseando despertar de una vez. Tenía que ser una pesadilla. La puerta se abrió, dejándome ver a papá. Estaba muy bien vestido con un suéter negro de lana, unos jeans grises y zapatos clásicos de una marca muy reconocida. En su boca llevaba un tabaco, el cuál quitó al vernos. Su muñeca estaba adornada de un reloj de oro y la...pulsera que yo le había hecho cuando era pequeña. No quería quedarme aquí, pero tampoco con mamá.

—Dejaré que bajes sus maletas, Drew. —Dijo papá seriamente, fruncí el ceño. ¿Drew?

Papá cerró la puerta nuevamente y Justin dio media vuelta con su rostro totalmente serio. Caminó hacia su auto y de la cajuela sacó unas maletas que conocía perfectamente...esas maletas eran de mamá, con la diferencia de que estaban repletas de mi ropa. ¿Cómo...? ¿Qué carajos había hecho Bieber?

— ¿Qué hiciste? ¿Le has hecho daño a mi madre? ¿Cómo entraste a mi casa? ¿Por qué tienes mis...

De un momento a otro, tenía a Justin frente a mí. Sólo unos centímetros nos separaban. Su respiración se mezcló con la mía y me estremecí completamente. Alcé la mirada, encontrándome con sus ojos. Y de repente mi corazón dio un vuelco.

—Escucha bien, Hall. Cuando descubras por qué te traje aquí me darás las gracias. 


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Invisible »Jb. |FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora