Enamorando a un millonario

Una llamada inesperada

Kyuhyun se removía incómodo en la cama, trataba inútilmente de dormir, pero su mente se mantenía muy despierta pensando una y otra vez en aquello que Hyukjae le había confesado algunas semanas  atrás.

Era una escena bastante trágica la que se reproducía en su cabeza, los acontecimientos que Hyuk le relató.

Un joven JungSoo entrando en la habitación luego de escuchar los gritos de sus padres, justo en el momento en que su madre le gritaba a su padre que nunca lo había amado, que solo lo había querido por el dinero que podía obtener de el, su padre se rió como un loco al escuchar aquello, se burló de ella porque sabía que eran palabras dichas solo por despecho, su madre al verse humillada optó por insultarlo, su padre que estaba bastante ebrio se enojó tanto y se lanzó sobre ella para abofetearla. Fue entonces cuando JungSoo se metió entre los dos tratando de detener a su padre, pero el joven solo se ganó un buen par de golpes por parte de este hasta que la voz fuerte de su madre se escuchó, JungSoo se encontraba en el suelo herido debido a los golpes recibidos, su madre había tomado el arma que su padre guardaba en un cajón, le apuntaba directamente amenazandolo para que dejara de golpear a su preciado hijo mayor. Su padre camino hacia su madre y comenzaron a forcejear, cuando JungSoo trató de ir hacia ellos y detenerlos un disparo resonó por toda la habitación. Segundos después su madre cayo al suelo llevándose la mano al pecho ensangrentado. Su padre miro con horror el cuerpo sin vida que JungSoo sostenía entre sus brazos. Otro disparo resonó por toda la habitación, JungSoo escuchó un peso caer a su espalda, no le hizo falta voltear para saber que su padre se había disparado, no le hizo falta girarse y mirar aquel cuerpo sin vida. Sus padres estaban muertos.

Kyuhyun trataba de no recrear en su mente aquel momento trágico, pero no podía evitar estremecerse ante la imagen de un JungSoo sufriendo, llorando con el cuerpo sin vida de su madre entre sus brazos. Aquella visión lo entristecía demasiado.
Llevaba varias noches sin poder conciliar el sueño y cuando al fin podía dormir se la pasaba teniendo pesadillas. Se sentía tan solo en aquella habitación, extrañaba al hermético, manipulador y soberbio de su marido, no podía evitarlo, sabía que amaba a ese hombre, desde que JungSoo se había marchado no se molestaba en reprimir sus sentimientos. Si quería llorar, reír, cantar y sobre todo, si quería amarlo, lo hacía, aunque su conciencia le advertía que amarlo no le haría ningún bien. Dolorosamente Era un amor no correspondido.

A la mañana siguiente despertó igual de fatigado, no había logrado dormir lo suficiente. Llamo a una de las empleadas y le pidió amablemente que le llevará el desayuno a la habitación, no tenía ánimos de bajar al Comedor y de fingir frente a su gentil y atento abuelo político que estaba en perfecto estado cuando realmente se sentía fatal. Los primeros síntomas del embarazo se estaban presentando demasiado pronto para su desgracia, las náuseas matutinas, el dolor en los pies y en la cadera y uno que otro antojo fuera de lugar como puré de papa con mermelada de frambuesa...algo asqueroso, pero tuvo que comérselo porque realmente se le hacía agua la boca solo de mirarlo.

Desayunaba recostado en la cama, con toda la pereza del mundo, cuando unos suaves golpes en la puerta llamaron su atención. La empleada entró con una amplia sonrisa, un ramo de rosas en tonos pasteles en una mano y en otra una canasta con varias banderillas de fresas bañadas en chocolate. En cuanto vio la canasta dejo de lado el desayuno y se levanto a quitársela para comenzar a comerse gustoso las fresas.

La empleada le dio una sonrisa cómplice antes de dejarlo solo en la habitación. Kyuhyun se acercó a las rosas, tomando curioso la tarjeta para averiguar quién le había enviado aquel obsequio, porque estaba casi seguro de que su galante esposo no había sido. Casi se atora con una fresa cuando leyó la tarjeta.