—¿Puedes intentar mantener los ojos abiertos esta vez?
______(tn) notó que Rubén estaba perdiendo la paciencia con ella. Estaban detrás de las caravanas, en un campo de béisbol a las afueras de Maryland, un sitio muy parecido al que habían estado los días anteriores y llevaban así casi dos semanas. La joven tenía los nervios tan tensos que estaban a punto de estallar.
Tater estaba cerca de ellos, alternando suspiros de amor por su dama con remover el barro. Después de que _______(tn) se hubiera enfrentado al elefantito unas semanas atrás, Tater había comenzado a escaparse para buscarla y, finalmente, Digger lo había castigado con el pincho. La joven no había podido tolerar tal cosa, así que le había dicho que ella se encargaría de cuidar al elefante durante el día cuando vagara por ahí. Todos —excepto la propia _______(tn)—parecían haberse acostumbrado a ver trotando a Tater detrás de ella como si fuera un perrito faldero.
—Si abro los ojos daré un respingo —señaló _______(tn) mientras su marido empuñaba el látigo— y me dijiste que me harías daño si daba respingos.
—Tienes el blanco tan alejado de tu cuerpo que podrías estar bailando El lago de los cisnes y ni siquiera te rozaría.
Había algo de verdad en lo que decía. El rollo de periódico que sostenía en la mano medía más de treinta centímetros y, además, ella tenía el brazo extendido. Pero cada vez que Rubén agitaba el látigo arrancando un trozo del extremo, ella daba un salto. No podía evitarlo.
—Puede que mañana consiga abrir los ojos.
—En tres días estarás en la pista central. Es mejor que los abras ya.
______(tn) abrió los ojos de golpe al oír la voz sarcástica y acusadora de Sheba que estaba donde Rubén había dejado los látigos enroscados en el suelo. Tenía los brazos cruzados y el sol arrancaba destellos a su pelo, que brillaba como las llamas del infierno.
—Ya deberías haberte acostumbrado. —Se agachó con rapidez y cogió uno de los rollos de papel de diez centímetros que había en el suelo.
Ésos eran los blancos de verdad, los que se suponía que _______(tn) debía sostener en la función, pero hasta ese momento Rubén no había podido convencerla para que practicaran con algo que midiera menos de treinta centímetros.
Sheba comenzó a hacer rodar uno de los pequeños rollos entre los dedos como si fuera un pitillo, luego se acercó a _______(tn) y se detuvo a su lado.
—Quítate de en medio.
_______(tn) retrocedió. Sheba miró a Rubén con un destello desafiante en los ojos.
—Aprende cómo se hace.
Se puso de perfil, echó el pelo hacia atrás y se colocó el rollo entre los labios. Por un momento Rubén no hizo nada, y ______(tn) notó que había una vieja historia entre la dueña del circo y él, una historia de la cual _______(tn) no sabía nada. Parecía como si Sheba desafiara a su marido, pero ¿para que hiciera qué?
Rubén levantó el brazo tan repentinamente que ella apenas vio el movimiento de su muñeca.
«¡Zas!»
El látigo restalló a pocos centímetros de la cara de la mujer y el extremo del rollo desapareció. Sheba no se movió. Se mantuvo tan serena como si estuviera asistiendo a un cóctel mientras Rubén agitaba el látigo una y otra vez, rompiendo un trocito de rollo cada vez.
Poco a poco, lo fue acortando hasta que sólo quedó el cabo entre los labios de la mujer. En ese momento lo cogió y se lo tendió a _______(tn).
—Ahora veamos cómo lo haces tú.
______(tn) reconocía un reto cuando lo veía, pero esa gente se había criado tentando al peligro. Ella no tenía que demostrar su valor, sentía que ya lo había hecho cuando se había enfrentado a Tater.
—Quizás en otro momento.
Rubén suspiró y bajó el látigo.
—Sheba, esto no funciona. Continuaré haciendo el número yo solo.
—¿Te tiene dominado, Rubén ? Cinco generaciones de sangre circense y le has dado el apellido de Doblas a alguien que no tiene valor para entrar en la pista central contigo.
Los ojos verdes de Sheba se oscurecieron con desprecio cuando miró a _______(tn).
—No te estamos pidiendo que andes por la cuerda floja ni que montes a pelo. Lo único que tienes que hacer es estar allí de pie. Pero ni siquiera eres capaz de hacerlo, ¿verdad?
—Lo siento, pero no valgo para esto.
—¿Y para qué vales entonces?
Rubén dio un paso adelante.
—Ya basta. _______(tn) se ha encargado de los animales aunque no tendría por qué haberlo hecho, y están en mejores condiciones que nunca.
—No la defiendas. —______(tn) sintió el impacto de los ojos de Sheba con la misma intensidad que si fuera el impacto del látigo. —¿Sabes algo de la familia de Rubén?
—Rubén no me ha hablado mucho de su pasado. —Y tampoco le había hablado mucho de su presente.
Cada vez que intentaba preguntarle por la vida que llevaba fuera del circo, él cambiaba de tema. Sospechaba que había ido a la universidad y que la medalla esmaltada que llevaba colgada del cuello era una reliquia familiar, pero nada más.
—Déjala, Sheba —le advirtió él.
Ella no le hizo caso y sostuvo la mirada de _______(tn) con firmeza.
—Los Doblas son una de las familias más famosas en la historia del circo. La madre de Rubén era la mejor montando a pelo. Rubén podría haber sido un campeón ecuestre de no ser por su altura.
—A _______(tn) no le importa nada de eso —dijo él.
—Sí que me importa. Continúa, Sheba.
—Su madre formaba parte de la quinta generación de artistas rusos que actuaron para los zares. Lo más interesante de los Doblas es que la historia de su familia se transmite a través de las mujeres. No importa con quién se hayan casado, los hombres han renunciado a su propio apellido para mantener el de Doblas y pasarlo a sus hijos. Pero los hombres "Doblas" han sido también grandes artistas con el látigo y algunos de los mejores jinetes que se hayan visto en el circo. Rubén comenzó a recoger los rollos de periódico y a meterlos en una vieja bolsa de lona.
—Vamos, ______(tn). Por hoy es suficiente.
La expresión de Sheba se volvió amarga.
—Los Doblas siempre han seguido la tradición y han elegido bien a sus esposas.... Al menos hasta llegar a Rubén. —Hizo una pausa. En sus ojos asomó un helado desprecio. —No estás a su altura, _______(tn), no mereces llevar el apellido Doblas y jamas lo merecerás porque eres más que una inservible.
Tras decir eso se giró y se marchó, con un paso tan regio que hizo que sus ropas desarregladas parecieran dignas de una reina. _______(tn) se sintió despreciable.
—Tiene razón, Rubén . No valgo para nada.
—Tonterías. —Rubén enrolló los látigos y los apoyó sobre el hombro. —Sheba considera la tradición del circo tan sagrada como la religión. No le hagas caso.
______(tn) miró la bolsa con los rollos de periódico. Se acercó y sacó uno con decisión.
—¿Qué haces?
—Dar la batalla, como mujer que soy.
—Por el amor de Dios, suelta eso. Te he dicho que pases de ella. Sheba siempre ha tenido una visión distorsionada de la historia de mi familia. Mi tío era el mayor bastardo que he conocido en mi vida.
—Te agradezco que intentes que me sienta mejor, pero no puedo ignorar lo que ha dicho. —Caminó hacia el lugar donde habían estado practicando antes y se puso de perfil. —Estoy cansada de ser siempre la peor.
Se puso el rollito en los labios; las rodillas le temblaban más que nunca. Si Rubén fallaba, le golpearía en la cara y, quizá, dejaría una cicatriz en su piel y en su alma.
—Déjalo, _______(tn). —Ella cerró los ojos. —_______(tn)...
Ella se sacó el rollito de la boca para hablar, pero no le miró.
—Por favor, Rubén, hazlo de una vez. Cuanto más me hagas esperar, más difícil será para mí.
—¿Estás segura?
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One & Only
FanfictionElla una chica delicada & fina, el un chico serio guapo. Ambos con indiferencias, tienen que soportarse ya que ___ puede ir a la carcél debido a que su padre le puso esa condición despues de perder media fortuna de su empresa