Capitulo 55

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Y en esa fracción de segundo, ________(tn) entendió que también amaba a Rubén de la manera terrenal en que una mujer ama a un hombre.
Rodeó con los brazos el cuello del tigre como si fuera lo más natural del mundo. Tan natural como apretar la mejilla contra él y cerrar los ojos. Pasó el tiempo. Oyó los latidos del corazón de la fiera y, por encima, un ronroneo ronco y profundo.
«Te amo.»
«Te amo.»
—Tengo que encerrarte de nuevo —susurró ella finalmente, con las lágrimas deslizándosele por los párpados cerrados. —Pero no te abandonaré. Nunca.
El ronroneo y el latido del corazón se hicieron uno.
Permaneció arrodillada un rato más, con la mejilla presionada contra el cuello de Sinjun. ________(tn) nunca había sentido tanta paz, ni siquiera cuando había permanecido cobijada entre las patas de Tater. Había muchas cosas malas en el mundo, pero este lugar... este lugar era sagrado.
Poco a poco fue consciente de lo que la rodeaba. Los demás se habían quedado paralizados como estatuas.
Rubén todavía apuntaba con el arma a Sinjun, Qué tonto. Como si ella fuera a permitir que hiriera a ese animal. La piel bronceada de su marido había adquirido el color palido, y supo que tenía miedo por ella. Con el retumbar del corazón del tigre debajo de su mejilla, ________(tn) supo que había puesto el mundo de Rubén patas arriba de una manera que él no podría perdonar. Cuando todo aquello acabara, ella tendría que afrontar las terribles consecuencias.
Max —viejo, flaco y con la tez grisácea— permanecía de pie no muy atrás de Rubén , al lado de Sheba. Heather se aferraba al brazo de Brady. Los niños guardaban absoluto silencio.
El mundo exterior había irrumpido en la mente de _______(tn) y ya no pudo permanecer más tiempo quieta. Se movió lentamente. Manteniendo la mano sobre el cuello de Sinjun, hundió las puntas de los dedos en su pelaje.
—Sinjun volverá ahora a su jaula —anunció a todo el mundo. —Por favor, mantenganse alejados de él.
Se puso en movimiento y no se sorprendió cuando el tigre la siguió; sus almas estaban entrelazadas, así que no le quedaba otra elección. El animal le rozaba la pierna con la pata mientras lo guiaba a la jaula.
Con cada paso, ________(tn) era consciente del arma de Rubén apuntándole. Cuando más se acercaban a su destino, mayor era la tristeza del tigre. La joven deseaba que Sinjun entendiera que aquél era el único lugar donde podía mantenerlo a salvo. Cuando llegaron a la jaula, el animal se detuvo. _______(tn) se arrodilló ante él y lo miró a los ojos.
—Me quedaré un rato contigo.
El felino la miró fijamente. Y luego, para sorpresa de ________(tn), restregó la cabeza contra la mejilla de la joven. Le rozó el cuello con los bigotes y de nuevo soltó aquel ronroneo profundo y ronco. Luego Sinjun se apartó y, con un poderoso impulso de sus cuartos traseros, entró en la jaula de un salto. ________(tn) oyó que todo el mundo comenzaba a moverse detrás de ella y se volvió.
Vio que Neeco y Rubén se acercaban corriendo a la jaula para coger la puerta rota y ponerla en su lugar.
—¡Alto! —_______(tn) levantó los brazos para que se detuvieran. —No se acerquen más.
Los dos hombres se detuvieron en seco.
—_______(tn), quítate de en medio —la voz de Rubén vibraba y la tensión endurecía sus hermosos rasgos.
—Dejenos solos. —Se volvió hacia la puerta abierta de la jaula dándoles la espalda.
Sinjun la observó. Ahora que estaba encerrado de nuevo, se mostraba tan altivo como siempre: regio, distante, como si lo hubiera perdido todo salvo la dignidad.
_______(tn) sabía lo que él quería y no podía soportarlo. Quería que ella fuera su carcelera. La había elegido para que lo encerrara en la jaula. _______(tn) no se había dado cuenta de que estaba llorando hasta que sintió que las lágrimas se le deslizaban por las mejillas. Los ojos dorados de Sinjun brillaron tenuemente mientras la miraba con su acostumbrado desdén, haciéndola sentir un ser inferior.
«Hazlo, debilucha —ordenó con los ojos. —Ya.»
La joven levantó los brazos con esfuerzo y asió la puerta de la jaula. La bisagra rota hacía que pesara más y fuera difícil de mover, pero consiguió cerrarla con un sollozo. Rubén se acercó con rapidez y agarró la puerta para asegurarla pero, en el momento en que la tocó, Sinjun le enseñó los dientes y lanzó un rugido.
—¡Deja que lo haga yo! —exclamó ella. —Se está enfadando. Por favor. Yo cerraré la puerta.
—¡Maldita sea! —Rubén dio un paso atrás, lleno de rabia y frustración.
Pero cerrar la jaula no era una tarea fácil. La plataforma sobre la que descansaba estaba a un metro de altura y _______(tn) tenía que levantar demasiado los brazos para cerrar la puerta. Neeco cogió un taburete y se lo puso al lado. Luego le dio un trozo de cuerda. Por un momento ______(tn) no supo para qué era.
—Pásala entre los barrotes para que haga de bisagra —dijo Rubén —Carga tu peso contra la puerta para sujetarla. Y por el amor de Dios, mantente preparada para saltar hacia atrás si decide atacar.
Rubén se colocó detrás de ella y le deslizó las manos alrededor de las caderas para sostenerla. Con su ayuda, intentó hacer lo que él había dicho: sujetar la puerta cerrada con el hombro mientras anudaba la cuerda alrededor de la bisagra rota.
Comenzó a temblar debido a la tensión de su postura. Sintió el bulto del arma que Rubén había metido en la cinturilla de los vaqueros. Su marido la sujetó con más fuerza.
—Ya casi está, cariño.
El nudo era grande y tosco, pero servía. _______(tn) dejó caer los brazos. Rubén la bajó del taburete y la estrecho contra su pecho. La joven permaneció inmóvil unos instantes, agradeciendo su consuelo antes de levantar la mirada hacia aquellos ojos tan parecidos a los del tigre.
Saber que amaba a ese hombre era aterrador. Eran muy diferentes, pero sentía la llamada de su alma tan claramente como si Rubén hubiese hablado en voz alta.
—Siento haberte asustado.
—Ya hablaremos de eso después.
La arrastraría a la caravana para fustigarla en privado. Puede que eso fuera la gota que colmara el vaso; lo que haría que Rubén se deshiciera de ella.
______(tn) ahuyentó ese pensamiento y se alejó de él.
—No puedo irme aún. Le he dicho A Sinjun que me quedaría un rato con él.
Las líneas de tensión de la cara de Rubén se hicieron más profundas, pero no la cuestionó.
—Bien.
Max se acercó a ellos.
—¡Eres ¡diota! ¡Es increíble que aún estés viva! ¿En qué diablos estabas pensando? Jamás vuelvas a hacer una cosa así. De todo lo que...
Rubén le interrumpió.
—Cállate, Max. Yo me encargaré de esto.
—Pero...
Rubén arqueó una ceja y de inmediato Max Petroff guardó silencio. Ese sencillo gesto de su marido había sido suficiente. _______(tn) nunca había visto a su dominante padre ceder ante nadie, y ese hecho le recordó la historia que le había contado.
Durante siglos los Petroff habían tenido el deber de obedecer los deseos de los Romanov. En ese momento, ________(tn) aceptó que lo que su padre le había contado era cierto, pero ahora lo que le importaba era Sinjun, que parecía inquieto y encrespado.
—Amelia se preguntará dónde estoy —dijo su padre a sus espaldas. —Será mejor que me vaya. Adiós, _______(tn) —Max rara vez la tocaba y _______(tn) se sorprendió al sentir el suave roce de su mano en el hombro.
Antes de que ella pudiera responder, su padre se despidió de Rubén y se fue. La actividad del circo había vuelto a la normalidad. Jack hablaba con la profesora mientras la ayudaba a escoltar a los niños hasta el jardín de infancia. Neeco y los demás habían vuelto a su trabajo. Sheba se acercó a ellos.
—Buen trabajo, _______(tn). —La dueña del circo dijo las palabras de mala gana. Aunque a _______(tn) le pareció ver algo de respeto en sus ojos, tuvo la extraña sensación de que el odio que Sheba sentía hacia ella se había intensificado.
La pelirroja evitó mirar a Rubén y se alejó dejándolos solos con Sinjun. El tigre se mantenía en actitud vigilante, pero los miraba con su acostumbrado desprecio. ______(tn) metió las manos entre los barrotes de la jaula. Sinjun se acercó a ellas. La joven notó que Rubén contenía el aliento cuando el tigre comenzó a restregar aquella enorme cabeza contra sus dedos.

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