Capitulo 76

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—No hay nada de qué hablar. —Se volvió y se alejó atravesando la cortina de cuerda que servía de entrada al hábitat.
Él la siguió y la tomó del brazo sin pensar.
—Suéltame.
¿Cuántas veces le había dicho eso _________(tn) cuando él la arrastraba por el recinto del circo o la sacaba de la cama al amanecer?
Pero en ese momento las palabras carecían de la fuerza anterior. Miró la cara pálida e inexpresiva de su esposa.
«¿Qué te he hecho, mi amor?»
—Sólo quiero hablar contigo —dijo él con rapidez, apartándola de la gente.
Ella miró en silencio la mano con que le rodeaba el brazo.
—Si lo que quieres es que aborte, es demasiado tarde
Rubén quiso echar la cabeza hacia atrás y aullar. _______(tn) había perdido el bebé y era culpa suya.
—No sabes cuánto lo siento —dijo a duras penas, dejando caer la mano.
—Oh, ya lo sé —dijo ella con una extraña calma, —me lo dejaste muy claro.
—Yo no te dejé claro nada. No te dije que te amaba. Lo único que te dije fue un montón de idioteces. Cosas que no sentía de verdad. —A Rubén le dolían los brazos por el deseo de abrazarla, pero ________(tn) había erigido una barrera invisible a su alrededor. —Olvidémonos de todo eso, cariño. Vamos a empezar de cero. Te prometo que todo será distinto esta vez.
—Tengo que irme. No puedo llegar tarde al trabajo.
Fue como sí él no hubiera hablado. Le había dicho que la amaba, pero no había servido de nada. _______(tn) sólo quería irse y no volver a verlo nunca más. La determinación de Rubén se hizo más fuerte. No podía dejar que ocurriera eso. Ya se ocuparía más tarde de su pesar. Antes haría lo que fuera necesario para recuperar a su esposa.
—Te vienes conmigo.
—Ni hablar. Tengo que ir a trabajar.
—¿Y qué pasa con nuestro matrimonio?
—No es un matrimonio de verdad. Nunca fue más que un acuerdo legal.
—Ahora es de verdad. Hicimos unos votos, _______(tn). Unos votos sagrados. Y eso es tan cierto como que estamos aquí.
A _______(tn) le tembló el labio inferior.
—¿Por qué haces esto? Ya te he dicho que es muy tarde para que aborte.
Sufría por ella. A pesar de lo intenso que era su dolor, sabía que no podía ser tan intenso como el de _______(tn).
—No te preocupes, cariño. Lo intentaremos otra vez. En cuanto el médico nos lo permita.
—¿De qué estás hablando?
—Quería a este bebé tanto como tú, pero no me di cuenta de ello hasta que desapareciste. Sé que es culpa mía que lo hayas perdido. Si te hubiera cuidado mejor nunca habría ocurrido.
_______(tn) frunció el ceño.
—No he perdido al bebé. —Lo miró a los ojos. —Aún estoy embarazada.
—Pero has dicho... cuando te dije que quería hablar contigo, dijiste que era demasiado tarde para que abortaras.
—Estoy de cuatro meses y medio. El aborto ya no es legal.
Mientras él se sentía inundado por la alegría, _______(tn) torció la boca en un gesto de cinismo que nunca hubiera imaginado en ella.
—Eso cambia las cosas, ¿no, Rubén ? Ahora que sabes que el pastel sigue en el horno y que va a quedarse ahí, supongo que ya no estarás tan ansioso por que regrese.
Rubén se vio embargado por tantas emociones que no sabía cómo asimilarlas. Aún estaba embarazada. Lo odiaba. No quería volver con él. No podía manejar tal caos emocional, así que recurrió a lo práctico.
—¿Estás yendo al médico?
—Voy a una consulta no lejos de aquí.
—¿A una consulta? —Él tenía una fortuna en el banco y su esposa iba a una consulta.
Tenía que llevársela a un lugar donde pudiera borrar a besos esa implacable y resuelta mirada de su cara, pero la única manera de hacerlo era intimidándola.
—No creo que hayas estado cuidándote demasiado. Estás delgada y pálida. Y tan nerviosa que parece que te vaya a dar un ataque.
—¿Y a ti qué te importa? No quieres al bebé.
—Oh, claro que quiero al bebé. Puede que actuara como un bastardo cuando me diste la buena nueva, pero te aseguro que he recuperado la cordura. Sé que no quieres volver conmigo ahora, pero no tienes otra opción. Es peligroso para a ti y para el bebé, _________(Tn), y no voy a permitir que sigas así.
Rubén supo que había encontrado su punto débil, pero ella se siguió oponiendo a él con terquedad.
—No es asunto tuyo.
—Claro que sí. Voy a asegurarme de que tanto tú como el bebé estés bien. —En los ojos de _______(tn) apareció una mirada recelosa. —No me importa jugar sucio —añadió Rubén en voz baja, —pienso descubrir dónde trabajas y me encargaré de que te despidan.
—¿Me harías eso? —Sin pensarlo dos veces. ________(tn) hundió los hombros y él supo que había ganado, pero no sintió ninguna satisfacción. —Ya no te amo —susurró ella. —No te amo en absoluto.
A él se le puso un nudo en la garganta.
—No importa, cariño. Yo tengo amor suficiente por los dos.

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