Capítulo 13

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15 De Julio.

Sonó el despertador, y me extrañé bastante ya que yo no lo había puesto. Lo fui a parar y cuando lo miré descubrí quién me lo había puesto.

Había una nota al lado que decía:

Cielo, vístete rápido, te espero a las 10 en el parque.
                         Jesus.

Esto me cambió la cara totalmente.

Me vestí, desayuné y me dirigí al parque con una sonrisa en la cara.

Allí estaba él, tan guapo cómo siempre, con su especial sonrisa. Este chico me enamoraba cada vez más. Nos dimos un beso.

-Sígueme.-Dijo Jesús agarrandome de la mano.

Yo le seguí hasta que se paró en seco,  se giró y me puso un pañuelo en los ojos.

Me asusté por un momento pero sabía que podía confiar en él.

No sabía dónde me llevaría, pero seguramente me esperaba lo mejor. Antes de quitarme el pañuelo me agarró de la cintura y me susurró al oído.

-Esta tarde no la olvidarás, te lo aseguro.-Al decirme esto se me escapó un sonrisita y giré mi cabeza y le dí un beso.

Me quitó el pañuelo y estábamos en un amplio y hermoso lago. Nunca había visto nada igual. Estuvimos hasta la hora de comer montando en una barca, riéndonos, abrazándonos... en resumen, todo genial.

Fuimos a comer a un pequeño restaurante de la zona. A las vistas de ese espectacular lago. Terminamos de comer y me llevó al parking del centro comercial, espera un segundo...

¿Al parking del centro comercial? A saber que me tenía preparado este chico.

Me dijo que esperase fuera y así lo hice, pero cuando salió no tuve más remedio que reírme. Iba montado en una moto.

-Súbete.-Me dijo tendiéndome una mano.

-Pero sabes conducirla, ¿no?-Contesté yo con un poco de miedo.

-Claro que sé, y no tengas miedo y móntate. Agárrate a mi y si quieres, cierra los ojos pero si lo haces, te perderás lo mejor.-Me tranqulilizó giñándome un ojo.

-Vale, me fío de ti. Pero recuerda que quiero seguir viva eh.-Se rió.

La verdad es que me lo pasé muy bien con él en la moto.

Paró en una pradera muy bonita con un cerezo en lo alto. Subimos allí, nos sentamos y hablábamos de cualquier cosa, a mi me daba igual. Estuvimos dando un paseo por allí hasta que llegamos a un pequeño granero.

Quise entrar y así lo hice con la ayuda de Jesús. Estaba muy vieja pero era acogedora.

Nos sentamos en el suelo del granero, yo apoyada en él y él en mí. Nos acabámos quedando dormidos. Cuando nos despertamos miramos la hora y eran las nueve y salímos corriendo a por la moto, la dejamos otra vez en el parking y llegamos a nuestras casas a las diez y media.

Nos despedimos con un beso o... ¿varios?

Subí a mi habitacion donde estaba Lucía, la ví triste. Cuando me vió empezó a llorar.

-¿Qué te pasa?-Le pregunté acercándome a ella.

-Es que...-Me respondió con un suspiro.

-No me digas que habéis 'roto'-Dije yo mirándola cada vez más triste, haciendo comillas con los dedos.

-Sí, nos iba muy bien, o eso creía, cuando de un momento a otro nos enfadamos y se fue todo al garete.

-Bueno, no te preocupes que es un idiota y no sabe lo que se pierde.-Intenté animarla lo más que pude.

-Celia, he llamado a mis padres y mañana cojo el avión de las once.-Dijo entre lágrimas.

-¡¿Te vas!, me gustaría que te quedaras pero si te sientes mal y te quieres ir lo entenderé.-Le dije dándole un abrazo.

Fui a la cocina a por un vaso de agua para Lucía y cuando estaba en la cocina observé que estaban Dani y Jesús en su patio hablando. No quería ser cotilla pero no tenía más remedio.

Escuché que Jesús le preguntó que como había cortado con ella y le pidió los detalles y Dani respondía no muy seguro de lo que había hecho.

Rápidamente subí con Lucía que ya estaba recogiendo sus cosas en la maleta.

Le mandé a Jesus un mensaje para que bajara al jardín y hablasemos.

-Jesús, Lucía ha comprado un billete de avión y se va mañana, la he intentado convencer para que se quede pero nada, ¿que les habrá pasado? Ella no me ha contado nada.

-A mi Dani sólo eso, que habían cortado y ya está. Le va a dar algo cuando se entere de que se va, se le veía muy mal por haber cortado con ella.

-Lucía no para de llorar en mi habitación y ahora que yo he bajado ya estaba recogiendo todas sus cosas.

-Mi hermano se ha tirado en la cama y allí está. Le voy a contar lo de Lucía a ver si hace algo. Buenas noches princesa.-Me dijo él.

-Yo hablaré con Lucía. Buenas noches mi niño.-Le besé.

Volví a la habitación y Lucía ya estaba acostada en la cama, aunque seguía llorando.

Yo tambien me acosté, mañana sera otro día y hablaré con ella.

Acaba siendo interminable (Gemeliers). #T1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora