Capítulo 7

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22 De Junio.

Cuando me levanté y vi en el móvil dos llamadas pérdidas de Dani y le volví a llamar en seguida.

*Llamada telefonica*

-Dani, ¿Ha pasado algo?

+Hay un problema. Mi hermano no volvió ayer a casa.

-¿Cómo?

+Pues eso, hay que ir a buscarlo. Que este a saber donde está.

-Vale me acerco a tu casa y lo buscamos.

*Fin de la llamada*

Menos mal que hoy me he levantado mucho antes por lo del niñato ese de mi hermano y tengo tiempo de buscar al mayor de los gemelos.

Me arreglé lo más rápido que pude y cogí un zumo y unas galletas de la cocina; salí y en la puerta me esperaba Dani, se le veía preocupado, estuvimos pensando en dónde se podía haber metido.

Decidimos de ir a buscar en los sitios dónde el suele estar y nada, no estaba.

Le llamé por teléfono y no me lo cogió él. Era una chica, me sorprendí bastante.

*Llamada telefónica*

-¿Se puede saber dónde está mi novio?

+En un sitio mejor que con vosotros.

*Fin de la llamada*

A Dani se le saltaron las lágrimas y le abracé para consolarlo.

No sabíamos por dónde buscar ya.

Dani recibió un mensaje de un numero desconocido.

Soy Jesús, una tía me cogió cuando Celia entró en casa y me trajo hasta aquí. No sé muy bien dónde estoy, me desperté ya aquí. Es como una cabaña.

Los dos nos miramos, le sonreí.

La semana en la que llegué, por el camino desde el aeropuerto hasta aquí, vi una cabaña vieja.

Fuimos lo más rápido que pudimos.

Llegamos a los quince minutos aproximadamente. No llamamos a la puerta, si no que nos asomamos a una ventana que había en una de las paredes de la cabaña. Y... ¡Toma! Allí estaba Jesús tirado en el suelo, y una chica sentada a su lado.

Observamos que la chica estaba dormida, así que entramos sigilosamente, cogimos a Jesús y salimos a la velocidad del rayo. Estando ya fuera nos escondimos a unos pocos metros de allí detrás de un gran árbol.

Jesús estaba un poco sin conciencia de dónde se encontraba, le dejamos en el suelo para que se pudiese despertar en condiciones.

Después de unos cinco minutos empezó a despertarse, Dani le abrazó al igual que yo.

Nos contó todo lo que había pasado y nos fuimos a casa. Quedaba una media hora para que entráramos a clase, así que Jesús se fue a casa a descansar igual que Dani y yo.

Estando ya en el instituto, subimos a clase y por fin pudimos empezar a decorar.

Sacamos todo los materiales y nos pusimos a tirar las serpentinas, lazos y todo. A la hora del recreo estaba todo lo que teníamos que hacer ayer y hoy junto, todo casi terminado para ese viernes.

Al bajar al patio me puse a buscar al chico ese que amenazaba a mi hermano, pero no le vi y fui a preguntarle a mi hermano, él que me dio un alivio.

Habían pillado a ese chico 'molestando' a otro y lo habían expulsado del colegio, además como repetía el año siguiente no me tenía que preocupar por mi hermano.

Después del recreo recogimos todo lo que no nos servía del pabellón. Y como terminamos antes nos dejaron irnos antes a casa.

Esa tarde no pasó nada.

Jesús y Dani descansaron y yo me fui con Teresa a buscar un vestido para el baile.

El conjunto que me compré era: un vestido de palabra de honor de color azul y beige, unos pequeños tacones beige también; y después los accesorios eran: una pulsera de oro que me regaló mi abuela por mi cumpleaños, un collar de perlas y unos pendientes a juego.


Acaba siendo interminable (Gemeliers). #T1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora