Después de clases

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El día paso y las clases terminaron a las dos en punto para algunos, pero para los que teníamos clases extracurriculares salimos exactamente a las cuatro. Espere a Alfred afuera de la escuela, mi paciencia se estaba acabando, estaba atrasado por veinte minutos, mi ceño se frunció justamente cuando escuche una risa estruendosa, era él.

-¡Entonces nos vemos mañana!-grito un chico albino, era uno de los amigos de Francis, sinceramente, me era bastante molesto.

-¡Claro!-grito Alfred alzando la mano despidiéndose de ellos y corrió hacia donde estaba-¿Listo para irnos?- me pregunto, mi ceño seguía fruncido- ¿Qué?-me miró confundido, lo tome de las mejillas estirándolas.

-¡Me hiciste esperar veinte minuto, si vas a llegar tarde avisa por lo menos!-le grite mientras él se quejaba por el dolor.

-¡Perdón, perdón, pero el entrenador se emocionó de más y nos quedamos a escuchar su discurso para el próximo juego!-le solté las mejillas viéndolo con duda- para ser un debilucho tienes demasiada fuerza-se sobo las mejillas, mis ojos se pusieron en blanco y le di un golpe en la cabeza.

.......

Nos encontrábamos caminando hacia la casa de Alfred, él sobándose la cabeza por el golpe que le había dado y yo con una mueca de disgusto viendo hacia alrededor memorizándome las calles; mis ojos se dirigieron un momento hacia Alfred quien empezaba a lucir un poco nervioso.

-¿Todo está bien?-le pregunte, se tensó un poco ante la pregunta y asintió, eso no me relajo para nada. A los pocos minutos llegamos finalmente al edificio donde vivía, subimos las escaleras y me llevo hacia donde se encontraba su departamento, saco las llaves de su bolsillo y antes de abrir la puerta me vio por un momento.

-Arthur...antes de entrar prométeme que no te enojaras ni gritaras- alcé una ceja confundido.

-¿Ah? ¿por qué quieres que prometa eso?-pregunté cruzándome de brazos.

-Solo promételo-dijo con un puchero, suspire pesadamente y le prometí que no gritaría ni me enojaría, ¿qué era lo que ocultaba este idiota americano?, sonrió un poco abriendo finalmente la puerta, ingreso a su departamento prendiendo la luz para después entrar, lo que vi me dejo horrorizado, una mueca de disgusto se formó en mi rostro, la casa de Alfred era un completo desastre; ropa tirada por todos lados, los platos sin lavar, cajas de pizza, comida china, envoltorios de papas fritas y envases de refrescos regados por toda la mesa; dios, quería salir corriendo de ahí.

-A-Alfred...-camine un poco viendo la sala con un tic en mi ojo- ¿por...por qué esta todo así?-pregunte dirigiendo mi mirada hacia él, con razón estaba nervioso, era porque vería todo este basurero.

-Ah...bueno...-desvió la mirada rascándose la nuca nervioso, mi paciencia se estaba terminando, no iba a cumplir esa promesa, esto no era para quedarme callado.

-¡Vamos a limpiar todo esto, no es posible que tengas la ropa tirada por doquier! –grite, él se tapó los oídos pidiéndome que no gritara o no lo regañara, después de una discusión sobre qué hacer se concluyó en que limpiaríamos y escombraríamos su hogar.

Alfred refunfuñaba mientras recogía su ropa, rodeé los ojos mientras continuaba lavando los trastes, las cajas de comida, envoltorios y envases de refresco se encontraban en bolsas para tirar.

-Espero que tu habitación no este igual de asquerosa-dije esperando escuchar una respuesta pero lo que mis oídos captaron fue a un torpe gordo, aunque estaba mal llamarlo así ya que no estaba nada gordo, corriendo en dirección a su cuarto, negué pensando en cómo demonios si comía tanta porquería podía estar en tan buena forma, ese imbécil.

Pasó una hora, me estire mientras terminaba de limpiar la cocina, vi satisfecho mi trabajo con una sonrisa, me volteé para salir encontrándome con Alfred recargado en la pared del pasillo con una mueca y con los brazos cruzados, me acerqué un poco a él.

-¿Qué?-le pregunte viéndolo retadoramente, señalo el reloj, ya eran las seis y media- No es mi culpa que no seas ordenado, ni limpio además ¿qué carajos con todas esas cajas de pizza y demás comida? Cuida tu alimentación y otra cosa...-iba a regañarlo otro poco pero su mano tomo mi muñeca jalándome hacia él posando sus labios sobre los míos convirtiéndolo en un beso torpe y bastante desesperado, su otra mano la coloco en mi cintura quitando cualquier rastro de espació que existía entre nosotros.

Nuestras lenguas jugaban entre ellas, nuestros labios se movían sin titubear, sentía como la falta de aire se hacía presente, nos separamos unos cuantos centímetros justamente cuando ya estábamos en nuestro limite, baje un momento la mirada controlando mi respiración, Alfred se acercó a mi oreja susurrándome.

-Ya está en orden mi recamara...-dije, cerré los ojos sintiendo un ardor en mis mejillas al escucharlo tan cerca, con esa voz ronca y como su mano que estaba en mi cintura empezaba a adentrarse entre el uniforme empezando a tocar un poco de mi piel- ¿podemos...ir de una vez?

Subí mi mirada hasta sus ojos, se veía desesperado, ansioso, suspire un momento asintiendo levemente, sus labio se curvearon mostrando una sonrisa, me volvió a besar.

Torpemente habíamos llegado a la recamara de Alfred, nuestros suéteres se habían quedado en el pasillo al igual que mi corbata, Alfred se encargaba de desabotonar mi camisa mientras mis manos bajaron hacia su cinturón del pantalón quitando el seguro, seguido del botón para luego bajar lentamente el cierre; una vez que tanto los zapatos como mi camisa y su pantalón estaba fuera de nuestros caminos, me arrojo a la cama posicionándose enseguida sobre de mí, le quite los lentes con cuidado poniéndolos en la mesita de noche que estaba a lado de la cama, sinceramente me gustaba más como se veía sin ellos.

Empezó a besarme el cuello, me mordía el labio inferior soltando uno que otro suspiro de placer que estaba sintiendo, mis manos desabotonaban los botones de la camisa de Alfred hasta terminar, se separó un poco quitándosela aventándola a algún lugar de su habitación; regreso al beso mordiendo mis hombros, una queja salió de mi boca, sus manos se encargaron de quitarme el pantalón de una manera desesperada, "debería de tomar las cosas con calma", pensé al ver que mi pantalón era aventado. Alfred se me quedo viendo un momento con esa sonrisa que odiaba tanto pero que a la vez amaba, desvié mi mirada de la vergüenza, solo oí una pequeña risa para sentir como se acomodaba; mis ojos se entrecerraron un poco al sentir sus besos recorrer mi pecho, se detuvieron en uno de mis pezones su lengua y dientes se encargaban de estimularlo, pequeños gemidos salían de mi garganta, mi mano se posó en su cabeza acariciando levemente; los pulgares de sus manos empezaban a estirar el resorte de mi bóxer bajándolo lentamente...pero esa acción se detuvo, la caricia que le hacía a su cabeza, mis gemidos también se detuvieron al escuchar un gruñido el cual provenía de su estómago; mis ojos se pusieron en blanco, Alfred subió la mirada nervioso para verme con una sonrisa tonta y nerviosa; primero arruina el momento en la azotea de la escuela y luego arruinó este momento.

Claramente, ¡Es de lo peor!

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Hola! aqui una nueva actualización 7w7 *wink *wink*, sinceramente tenía planeado completar la escena y terminar de otra manera este capitulo pero dije, nah; prometo que el próximo capitulo será más largo ;w; es que sentí que me había pasado con el anterior, en fin espero que les guste uvu, nos vemos!

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