El amor apesta

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Habían pasado dos semanas desde que le dije a Gilbert que también me gustaba, en ese momento empezamos a salir como pareja, entre nosotros dos las cosas iban bastante bien, demasiado bien sorprendentemente pero existía otro problema.

-¡¿Te volviste a pelear con Alfred?!-grito Francis mientras veía a Gilbert quien se sentaba en su lugar me acerque a él viéndolo preocupado.

-No quiero hablar de eso-dijo se me quedo viendo y sonrió- ¡No te preocupes cejitas estoy bien!-me dijo aunque su cara estaba llena de moretones, fruncí el ceño.

-Es la segunda vez esta semana en que estas así-me cruce de brazos- Tú y Alfred se están pasando van a hacer que los expulsen un día de estos-su rostro hizo una mueca.

-Gilbert, ¿no le has dicho?-dijo Antonio, vi de reojo al castaño alzando una ceja.

-No me ha dicho ¿qué?-pregunte para ver al albino, se veía nervioso y desvió la mirada- Gilbert, ¿Qué no me has dicho?-se rasco una mueca.

-Bueno...el entrenador nos vio ayer y...-hizo una mueca- tanto Alfred como yo estamos castigados, por así decirlo, ninguno de los dos vamos a poder jugar en los próximos partidos, no es que me importe mucho en realidad aunque no ganaran sin mi asombrosa presencia pero Alfred si se enojó demasiado-recargo su barbilla en su mano, me le quede viendo seriamente solté un suspiro.

-Eso ya lo sabía-le dije, su expresión de sorpresa apareció- Soy el presidente del consejo estudiantil ese tipo de cosas obviamente me llegan-le dije, su cara de vergüenza se mostró para luego pedirme perdón.

Las clases empezaron con normalidad y a la hora del receso me la pase con Gilbert, estábamos en la cafetería platicando con completa tranquilidad aunque yo le regañaba por la pelea diciéndole que eso estaría en su expediente y debía de tomar esas cosas en consideración por el ingreso a la Universidad.

-Sí, sí, lo que tú digas cejitas-dijo mientras me abrazaba de los hombros y me daba un beso en la mejilla viéndome con una gran sonrisa- Por cierto, ¿cómo te sientes para la entrevista en Oxford?-me preguntó, dentro de unas cuantas semanas tendría que irme a Inglaterra para hacer una entrevista, el examen ya lo había pasado y el ensayo que se pedía para mi carrera también solo me faltaba eso.

-Me siento completamente bien-le jale la mejilla- no te preocupes por mí y ¿qué te dijeron sobre tú universidad?- al preguntarle Gilbert me sonrió en grande.

- Estoy aceptado, así que me iré a vivir allá-dijo bastante alegre, sonreí un poco; me alegraba bastante que fuera aceptado a la universidad que quería en cuanto yo, parecía que mi mente seguía en confusión sobre a donde irme, Harvard es una de las mejores universidades que existe pero también Oxford, las dos son excelentes opciones para ir me decidiré una semana antes de graduarnos, aun había tiempo. Las puertas de la cafetería se habían abierto de golpe, la mayoría de los que estábamos ahí nos volteamos a ver quién ingresaba; era Alfred. Entro con paso pesado, su ceño estaba fruncido, su rostro estaba lleno de moretones sus ojos llenos de ira se dirigieron hacia donde estaba, los apartó rápidamente caminando hacía la barra por su comida.

-Te dije que estaba demasiado enojado-me dijo Gilbert, volví a comer apartando la mirada de Alfred, desde que Gilbert y yo habíamos empezado a salir Alfred no me había dirigido la palabra, me ignoraba o se portaba de una manera altanera cuando podía hablarle, sinceramente me estaba molestando demasiado su actitud.

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Ahí estaba él con su novio, el corazón me dolía cuando los veía juntos, ¿por qué lo escogió a él y no a mí? Hice una mueca cuando escuche esas palabras salir de su boca.

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