Friends with benefits

¡Bienvenido Arthur!

Sentía como la semana pasaba lentamente, esperaba con ansías el fin de semana, me sentía ansioso el solo pensar que Arthur probablemente se iría a Inglaterra hacía un hueco en mi estómago y en mi corazón, ¿le debería de hablar? Aunque ¿qué caso tenía en estos momentos? Él ya estaba con alguien más debería dejarlo ser feliz...mi ceño se frunció hice una mueca tapándome la cara con las manos ¿qué demonios estaba pensando? Eso no era nada heroico, ni se parecía nada a mí, me estaba comportando de una manera que no era yo, lo que te hace el amor ¿no?

Escuche unas voces hablar, me quite las manos de la cara girando mi rostro hacía el televisor, estaba esa tonta película de Amigos con derechos con Justin Timberlake, esa película me había dado la idea de hacer eso con Arthur y todo salió mal, ya estaba en los últimos minutos; la seguí viendo atentamente no le iba a cambiar a esta hora no había nada bueno en la televisión de todas maneras, mis mejillas empezaban a dolerme cuando la escena de la reconciliación empezaba, de alguna manera esperaba pasar por lo mismo con Arthur pero no paso, fui demasiado lento...Me levanté de golpe, había tenido una idea no sé cómo había sido un tonto, no debía de darlo por perdido; mis ánimos habían regresado y con ello el apetito antes de planear al cien por ciento mi idea debía de comer algo, pedí una pizza, hamburguesas, papas y un refresco, estaba más animado que nunca.

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Era sábado, dentro de una hora regresaría a Nueva York, suspire un poco acomodándome en mi asiento, me había ido bien en la entrevista o eso esperaba, no le había dicho a Gilbert a qué hora regresaba ya que yo tampoco estaba completamente seguro visitar Inglaterra y recorrer sus calles me traían varios recuerdos cuando era un niño, una sonrisa surco por mis labios ante los recuerdos, había sido una linda y tranquila semana.

Finalmente había llegado al aeropuerto, me estire un poco mientras el avión aterrizaba y se detenía completamente; me quite el cinturón de seguridad mientras esperaba que unas cuantas personas bajaban del avión, me levante de mi asiento y salía del avión; tiempo después fui por mi maleta y mientras caminaba vi un mechón rubio bastante conocido, mis ojos se pusieron en blanco, esa tonta cara que sonreía de oreja a oreja mientras ese idiota se acercaba a mí, Alfred traía puesto un traje y sombrero de chofer además un letrero con mi nombre, me acerque a él, ¿qué demonios traía en mente?

-¡Arthur, bienvenido a casa!-me recibió, mis ojos no podían creer lo que estaban viendo- Wow! Debió de ser un viaje bastante cansado, ¡pareces un zombi!-me grito.

-¿Qué demonios haces aquí? Pensé que no me hablabas...-le pregunte, la verdad, me alegraba que me dirigiera la palabra de nuevo y que su buen humor regresara.

-¿Cómo que qué hago aquí? Es obvio vine a recogerte señor Kirkland-dijo haciendo una reverencia quitándome de un momento a otro mi maleta, alcé una ceja.

-¿Y quién te dijo a qué hora regresaría?-le pregunte, no le había dicho a nadie, solo había mencionado que regresaría en el fin de semana pero nadie sabía a qué hora o que día.

-Solo adivine-dijo aun sonriendo, me molestaba demasiado- ¿nos vamos?-pregunte, suspire un poco para asentir levemente, caminamos hasta la salida del aeropuerto hasta que me di cuenta de algo.

-¿Y cómo demonios nos vamos a ir si tú no tienes carro?-le pregunte, el volteo a verme sin quitar la sonrisa, sus ojos brillaban demasiado, estaba entusiasmado eso podía verlo.

-¡Rente un auto para esta ocasión!-me le quede viendo, ¿¡Qué había hecho qué!?- no pongas esa cara de miedo-dijo con un puchero, saco su cartera mostrándome una credencial- también tengo mi licencia de conducir así que no debes de preocuparte por nada-me pico la mejilla- seguía viéndolo con duda; lo seguí por el estacionamiento hasta llegar a un automóvil negro subió mi maleta a la cajuela y me abrió la puerta para subir, al ingresar al auto me puse el cinturón de seguridad, lo vi de reojo cuando él se acomodó en su asiento, revisó los espejos, encendió el auto y arrancó.