Capitulo 1: Amigos con derechos.

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Notas de autor: (Cursiva) son recuerdos. (Normal) tiempo actual. ("Cursiva") pensamientos.

Espero que les guste esta historia 0w0 <3 

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-Arthur... ¿Te gustaría ser amigos con derechos? - no sé qué cara puse después de escuchar esa pregunta, su ceño se frunció, inflo las mejillas y detrás de esos lentes sus ojos azules mostraban desesperación por una respuesta.

-¿Eh?- fue lo único que salió de mi boca.

-Nada de ¿eh?- dijo con esa expresión desesperado, con las mejillas rojas se levantó de su lugar y fue hacia donde yo estaba- ¿Quieres ser amigos con derechos?-volvió a preguntar, mi boca se abrió un poco para dar la respuesta.

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Nuestros cuerpos estaban cubiertos de sudor, el sonido de nuestra respiración agitada inundaba la habitación, los movimientos que daba Alfred eran toscos y torpes, mi garganta estaba seca de los gemidos que salían, las caricias que le daba, las yemas de mis dedos se enterraban en su espalda por las últimas estocadas que daba, soltó un gruñido mordiendo mi cuello mientras llegaba al clímax llenando por completo mi interior. Ninguno de los dos se movió mientras calmábamos nuestra respiración, separándose de mí con cuidado se acostó a mi lado viendo hacia el techo, desvíe la mirada mientras llevaba una mano hacia mi garganta, necesitaba agua, hice una mueca al sentir como un dedo picaba mi mejilla y la voz chillona de Alfred sonaba.

-Arthuuuuur~~-dijo mi nombre mientras seguía picando- ¡Arthur!

- ¿Qué quieres? -hable con cómo pude con mi voz ronca, gire mi rostro con el ceño fruncido pero lo que vi hizo que mis mejillas se sonrojarán, Alfred estaba viéndome con una sonrisa cálida.

-Wow! Después de darte el mejor sexo de tu vida...tres veces-mis mejillas se enrojecieron más cuando menciono cuantas veces lo habíamos hecho- sigues de gruñón-me pico en la frente, le quite la mano de me cara viendo un poco enojado.

-No te alabes tú solo, sigues siendo malo besando y sigues siendo torpe con tus movimientos- dije tratando de no reír ante el puchero que Alfred estaba haciendo en ese momento, le revolví un poco el cabello- ¿no tienes tarea que hacer, señor, mariscal de campo? -le pregunte viéndolo con desdén.

-Odio que hables de la escuela justo después de hacerlo -dijo seriamente, suspiro un poco estirándose para luego acomodarse en mi cama apoyando su mejilla en su puño viéndome fijamente- ¿tanto así quieres que me vaya ya? -alzo una ceja.

-Solo pregunto, además como presidente del consejo estudiantil tengo que asegurarme que todos cumplan con su deber de estudiante, sobretodo tú-le pique la nariz- no puedes bajar de calificaciones-le avise, hizo una mueca, negó levemente sentándose en la cama.

-Solo me falta terminar una tarea-desvío la mirada, sabía que estaba mintiendo, se levantó de la cama mientras tomaba su ropa- ¿y usted señor presidente del consejo estudiantil ya termino toda su tarea?-preguntó burlón mientras se vestía, lo vi desafiante en lo que me sentaba.

-Por supuesto que ya la termine, no soy un flojo y desorganizado como tú-dije sonriendo burlón por la expresión que puso, termino de vestirse, se subió a la cama de nuevo, tomó mis mejillas para besarme- "cielos, en serio que es muy malo en esto"-pensé mientras correspondía el beso el cual iba empezando a ser desesperado, nuestras lenguas jugaban entre ellas, nos separamos cuando el aire nos hacía falta para vernos a los ojos.

-Ya me tengo que ir o ¿quieres que me desvista de nuevo y tú sabes...un cuarto round?-sonrío en grande, mis ojos se pusieron en blanco y le aventé la almohada a la cara.

-¡Ya vete!- le grite, con un puchero se alejó de la cama y camino hacia la puerta de la recámara.

-¡Nos vemos mañana Arthur!- se despidió saliendo de la recámara, espere a que se cerrará la puerta principal para acostarme en la cama, cerré los ojos del cansancio, mi cuerpo empezaba a resentir las tres veces que lo habíamos hechos.

-Tsk...-solté una queja mientras recordaba por qué acepte ser amigo con derechos de Alfred F. Jones; porque al final de cuentas yo, Arthur Kirkland...lo amaba.

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