La brecha entre nosotros

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El domingo me la pase todo el día en mi cuarto, le marque por teléfono a Alfred nunca me contesto; para el lunes salí más temprano de lo habitual de mi casa y me dirigí hacia dónde vivía Alfred, me le quedé esperando hasta que saliera.

Finalmente lo vi, tenía unas enormes ojeras y no se veía bien, una cara de sorpresa apareció en su rostro, parpadeo un poco caminando hacia mi.

-¿Qué haces aquí?-me pregunto,me le quedé viendo un momento.

-Buenos días a ti también-fruncí un poco el ceño-sería de buena educación que saludaras primero en vez de estar preguntando, le dije él solo me veía, alzó un ceja sin responder nada-vi-vine porque desde hace meses me andas pidiendo que caminemos juntos a la escuela y bueno hoy me levante temprano y por eso...-dirigí mi vista hacia Alfred, seguía con la ceja levantada.

-Arthur...¿estás preocupado porque dejemos de ser amigos?-me pregunto, puse mis ojos en blanco, en serio que me molestaba que hablara con tanta calma el sonrió y rió un poco- ¡Claro que seguiremos siendo amigos!-me le quedé viendo confundido y avergonzado.

-¡¿Entonces por qué no me respondiste ayer que te pregunte?!-le grite bastante molesto.

-ah, perdón es que estaba demasiado concentrado jugando un videojuego y estaba en el jefe final-mis ganas de golpearlo crecieron, ¿estaba jugando mientras me decía eso?

-¿Y no pudiste decírmelo cuando fuiste a mi casa el sábado?-le pregunte, me cruce de brazos, la sonría que tenía había desaparecido viendo hacia el suelo, se rasco la nuca por un momento.

-Ah, si, perdón por eso...pero tenía que pensarlo un poco y bueno, eso ya era incómodo para los dos-dijo, me tranquilice un poco aunque el dolor en el pecho que sentía desde el domingo regreso.

-Si, tienes razón...-desvíe mi mirada- ya vámonos a la escuela-le dije mientras empezaba a caminar, el me siguió y se puso a mi lado. Fue un recorrido largo y silencioso, solo hablamos un poco sobre mi salida con Gilbert, aunque por su tono de voz note que no estaba para nada feliz.

Al llegar a la escuela cada uno se fue a su salón, me senté en mi lugar cruzando los brazos sobre mi pupitre y acostando mi cabeza sobre ellos, dios sentía como si me fuera a explotar; sentí que alguien picaba mi cabeza subí la mirada al encontrarme con Gilbert quien me veía preocupado.

-¿Arthur te sientes mal?-me pregunto, yo negué inventándole una excusa, si la creyó o no, no me importa pero quería olvidarme del asunto con Alfred.

Las clases pasaron, se podría decir que un día común y normal, aunque lo único que cambiaba era que estaba con el trío de idiotas todo el tiempo y Alfred con sus amigos; las semanas pasaron y una gran brecha entre nosotros empezó a crecer, cada vez que quería hablar con él aunque fuera por un momento siempre decía que tenía que irse a otro lado o había quedado con un compañero para ayudarlo, cosas así por el estilo, ahora solo nos comunicábamos por teléfono y eso era de vez en cuando, en cambio con Gilbert las pláticas empezaban a ser constantes, las salidas también y su compañía sorprendentemente me agradaba, otra sorpresa que tuve fue que los viernes que tenía las asesorías con Alfred y Gilbert ellos ya no se peleaban, es más todo estaba bastante tranquilo teniéndolos a ellos dos en completo silencio, algo que era bastante...molesto.

La semana había llegado en un abrir y cerrar de ojos, al término de esta el mismo viernes Gilbert me había invitado a una fiesta en su casa.

-¿una fiesta?-le pregunte mientras metía mis libros, ese día no tuve reunión del club de magia ya que con la presión de los exámenes decidimos posponerla hasta la próxima semana.

-¡Si, será la más asombrosa fiesta que haya existido! -me le quedé viendo, me puse la mochila.

-Yo pasó-dije, no era muy afín de las fiestas, dos tontos cubrieron mi camino.

-Oh vamos cejitas todavía que hicimos un buen trabajo de equipo debes de aceptar nuestra invitación.

-No-volví a decir  buscando una salida-

-Vamos Arthur-habló Francis sonriéndome- estoy completamente seguro que te divertirás-dijo con un tono de voz molesto, rodeé los ojos mientras soltaba un suspiro.

-Bien, bien iré a esa fiesta-dije volteando a ver a Gilbert quien sonreía de oreja a oreja.

-¡Asombroso! -gritó con los brazos arriba como si de una victoria se tratara, luego me señaló-¡Te quiero ver en mi casa a las nueve  en punto, ¿entendiste?!-me gritó mientras yo solo asentía, finalmente pude salir del salón y de la escuela, en el camino por algún milagro del destino me encontré con Alfred quien comía una barra de chocolate.

-Comer tanto dulce te va hacer mal-le dije mientras lo alcanzaba el solo frunció el ceño.

-No me va a hacer mal, además hago ejercicio-me dijo con esa sonrisa boba mientras negaba.

-¿Cómo te fue en tus exámenes? -le pregunte, note que se había puesto nervioso, alcé la ceja  esperando oír su respuesta.

-¡Súper bien!-respondió terminándose el chocolate, me le quedé viendo otro rato más entrecerrando los ojos.

-Espero que me estés diciendo la verdad-le dije, el solo asintió, seguimos caminando en silencio hasta que volvió a hablar.

-Oye...Gilbert me dijo que haría una fiesta, ¿te gustaría ir? -me preguntó viéndome a los ojos.

-Ya me invitó -le dije volteando a verlo un momento sus ojos se dirigieron al suelo, una pequeña sonrisa apareció en su rostro aunque se veía triste, decepcionado.

-Ah...y....¿aceptaste ir?-me pregunto.

-Si-le conteste-¿tú irás?-tenía que saberlo, tal vez si el me decía que si podría hablar con él en la fiesta.

-¡Claro que iré, no me perdería una fiesta por nada en el mundo!-dijo gritando y con su gran sonrisa.

-Oh bien...-fue lo único que dije aunque por dentro estaba emocionado, feliz, trataría de arreglar las cosas con él, por lo menos disminuir la brecha que en tan poco tiempo se había hecho, esta es una oportunidad que no puedo dejar pasar.

Al llegar a mi casa deje mis cosas en mi cuarto, me vestí de una manera sencilla pero "especial" para esa fiesta, una camisa negra y otra de cuadros, un pantalón de mezclilla y mis converse negros, me puse una muñequera con picos como toque final. Baje a la cocina a servirme algo de comer, todavía había tiempo así que terminando de comer me puse a ver la televisión, en vez de buscar un canal puse Netflix ya que quería volver a ver Sherlock, como amaba esa serie después de ver unos tres capítulos apague la televisión y me fui a mi cuarto a ordenarlo un poco, hasta que dieron las siete y media; tome mis cosas necesarias y salí de mi casa dirigiéndome al hogar del albino.

Nueve en punto, decía mi reloj, a tiempo como siempre, sonríe orgulloso y toque el timbre, había mucho silencio en la casa posiblemente todavía no había empezado la fiesta y también lo más probable era que no habían llegado las otras personas, alguien abrió la puerta.

-¡Arthur!-era Gilbert quien estaba sonriendo en grande y en su cabeza tenia a un ¿pollito? reposando-¡pasa pasa, Francis y Antonio llegarán en un momento y también...-empezó a decirme otros nombres algunos que conocía y que he tratado y otros que solo los había escuchado, mi interés creció por quedarme en esta fiesta al escuchar el nombre de Alfred, aunque trate de no parecer interesado.

Me ofreció algo de tomar mientras esperábamos a los demás, hice una mueca pensando en que responder.

-Un...un vaso con agua estaría bien-dije, no es que no quisiera una cerveza solo que era demasiado temprano, después tomare un poco, no me pongo tan mal como dicen cuando bebo...eso creo.

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Perdón por la tardanza ;w; y gracias por seguir leyendo la historia UvU perdón que sea tan corto uou el capítulo.
¿7w7 Alguien sabe a quién veremos borracho en el siguiente capítulo?
Es mas ¿Qué pasara en el siguiente capítulo? 7w7 ¡sigan sintonizándonos en el mismo canal!
¡¡Nos vemos!!

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