Empiezan los problemas...

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Caminata por el parque, cine, platica, risas, Broadway, música, canciones, no hay estrellas que se puedan observar por el cielo, ruido de todas clases, edificios enormes, luces por doquier, esto es la ciudad de Nueva York, específicamente Manhattan. Alfred me estuvo llevando de un lado a otro después de que termináramos de comer, ya eran las once de la noche; no puedo negar que me estaba divirtiendo; en estos momentos nos encontrábamos en una cafetería platicando, poniéndonos al corriente de nuestras vidas, arreglando los asuntos que teníamos, nuestra conversación se vio interrumpida cuando mi celular sonó, era Gilbert; conteste.

-¿Qué paso Gilbert?-le pregunte rodando los ojos mientras me levantaba del lugar hasta alejarme un poco de la mesa en donde estaba con Alfred.

-¿Cómo que qué paso?-me preguntó, alcé una ceja- Habíamos quedado que el viernes me avisarías que día regresabas, y bueno, no me mandaste mensaje ni me llamaste- "shit" me había olvidado por completo de eso- ¿sigues en Inglaterra?-me pregunto, ¿qué debía decirle? No puedo mentirle, después de todo es mi pareja pero tampoco podía decirle que estaba con Alfred.

-Perdón...se me olvido completamente sobre llamarte, apenas acabo de llegar-le dije, oí un suspiro de su parte.

-Bien, no me queda de otra, el asombroso de yo ira por ti, ¿en dónde te encuentras?- me pregunto, se oía un poco animado, hice una mueca volteando a ver a Alfred quien estaba tomando su café.

-N-no tienes por qué venir por mí, ya es tarde y por lo que escuche hay demasiado tráfico-iba a reclamar pero lo detuve- me quedare en un hotel y mañana pasare a verte, ¿te parece?-le propuse, me mordí el labio esperando que aceptara.

-Tienes demasiada suerte de ser lindo-mis mejillas se sonrojaron- está bien, nos vemos mañana, pero que no se te olvide esta vez en llamarme cuando estés en camino, ¿bien?-me dijo, sonreí un poco.

-Está bien, está bien-le respondí- ya es tarde, es mejor que te duermas de una vez- mencione esperando que se despidiera.

-Sí, si, solo mándame el nombre del hotel en el que te vayas a quedar-me dijo, rodeé los ojos prometiéndole que lo haría- Bien...descansa cejitas...te quiero-dijo mi cara la sentía arder, siempre pasaba cuando decía eso.

-Yo...yo también te quiero-le respondí, colgamos al mismo tiempo y regrese con Alfred quien me veía curioso.

-¿Quién era Arthur?-me pregunto mientras tomaba mi asiento.

-Era Gilbert, habíamos quedado en algo y se me olvido por completo-suspire un poco- mañana pasare a verlo-le comente, él solo se me quedo mirando seriamente para terminarse su café.

-Vaya pareja que tienes, si fuera yo hubiera venido a verte sin importar el que, si no sabía que día o a qué hora llegabas de todas maneras hubiera ido al aeropuerto desde temprano y ahí me esperaba hasta verte llegar-dijo, me le quede viendo alzando una ceja.

-¿Acaso hiciste eso?-su cara mostro nerviosismo además de ponerse completamente rojo, no respondía para nada- ¿en serio, en serio hiciste eso?-inflo las mejillas.

-Y tú ¿en serio vas a preguntar?-me vio de reojo con el ceño fruncido aun rojo de las mejillas, parpadeé un poco, este idiota, no puedo creer que de verdad hubiera hecho eso, mis mejillas las sentía arder, tome mi taza para acabarme el té que quedaba mientras apartaba mi mirada del chico que estaba enfrente de mí.

No mencionamos para nada ese tema de nuevo, era bastante vergonzoso. Le había dicho a Alfred que prefería quedarme en un hotel a sufrir algún accidente automovilístico, el acepto por lo que fuimos a uno esperando que hubiera dos recamaras disponibles...teníamos mala suerte en eso, solo había una habitación disponible los nervios por lo que pudiera pasar algo se acumularon en mi ser, negué rápidamente, ¿qué demonios podía pasar entre nosotros? Ya no había nada de nada, ningún sentimiento por él, yo estoy con alguien y por nada del mundo le sería infiel...aunque le hubiera mentido sobre mi llegada, una ola de remordimiento empezó a inundar mi ser; esperaba, deseaba, anhelaba que esa única habitación tuviera dos camas.

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