Golpeaba el lápiz sobre la mesa inquietamente mientras veía el segundero del reloj moverse, los minutos no pasaban tan rápido como creí. Volví a revisar la hoja que estaba frente a mí, ya era la quinta vez que lo hacía. Suspiré pesadamente, apoyé mi brazo derecho sobre la mesa y recosté mi cabeza en mi mano. Volví a mirar el reloj, había pasado un minuto, era un avance ¿no? Dios ¿por qué tardaban tanto? ¿Acaso son unos monos de laboratorio sin cerebro? Bien, puede que suene algo grosera, pero no es posible que sean tan ignorantes como para terminar un bendito exámen. Bueno ya, eso pudo sonar algo rudo pero no es tan difícil. Al menos no para mí.
Escuchaba los murmullos de mis demás compañeros, veía de reojo los papeles que volaban por todo el salón. Rodé los ojos, es increíble que el profesor sea tan ciego y no note todo eso. Como siempre estaba más ocupado en su crucigrama que en el exámen, lleva haciendo el mismo todo el año, no entiendo como no se aburre de lo mismo. Volví a soltar otro suspiro y miré nuevamente el reloj, los minutos no avanzaban y ya me estaba inquietando. Rendida, me levanté de mi asiento con la hoja en manos y caminé hacia el escritorio del profesor sintiendo la mayoría de las miradas sobre mí.
-Williams- dijo el profesor levantando su mirada- ¿Tan pronto?
Asentí levemente entregándole mi exámen. Lo único que quería era irme, siempre solía terminar los exámenes rápidamente pero odiaba ser la primera en entregarlos. Algunos decían que era una nerd por eso y otros simplemente me felicitaban por la facilidad que tenía al estudiar.
-¿Ya puedo irme?- murmuré muy bajito pero el profesor logró escucharme.
Asintió mientras volvía a su aburrido crucigrama, volví hacia mi asiento, agarré mis cosas y salí del salón. Vacaciones al fin, sonreí internamente y caminé por los pasillos de mi, ahora, ex-escuela. Al fin habían terminado las clases, y eso significa que ya había terminado mi período escolar y muy pronto comenzaría el universitario. Pasé por la cafetería y recordé todas las estupideces que hacían mis compañeros y los buenos momentos que pasamos, en el fondo, los extrañaría a todos.
Salí del edificio y caminé hacia el estacionamiento. Saqué mis llaves, desactivé la alarma de mi auto y entré en el. Encendí el motor y conduje hacia mi casa, en el camino comenzó a sonar "This is wath it feels like" una de mis canciones favoritas. Subí el volumen y comencé a golpear el volante con mis dedos al ritmo de la música. Luego de 15 minutos llegué a casa, bajé del auto y entré.
-Mamá ¡ya llegué!- grité para que mi madre pudiera escucharme pero no me respondió.
Caminé por toda la casa hasta que escuché voces en la cocina, no sabía que mamá esperaba a alguien. Dejé mi mochila en el sofá y fui a la cocina.
-Mamá ¿estás aquí?- dije empujando un poco la puerta.
-Aquí estoy hija, pasa.
Entré completamente y me encontré a mi mamá hablando animadamente con una una señora que yo conocía muy bien. Las dos mujeres voltearon a verme y mi madre me sonrió.
-Hija ven- hizo una seña para que me acercara y así lo hice- ¿Te acuerdas de ella?
-Claro que sí, como olvidarme de mi tía Maura.
-Kate cariño- dijo abrazándome- Te eché de menos.
-Igual yo tía.
-¿Qué tal te fue en el exámen?- preguntó.
Mi tía Maura era una amiga de la familia, la conocía desde que era pequeña. Ella y mi mamá hablaban todos los días pero yo no la veía tan seguido a causa de los exámenes.
-Me fue muy bien- respondí cogiendo una manzana- Estuvo muy fácil.
-Seguro fuiste la primera en entregarlo ¿no?- dijo mi mamá sonriendo y yo rodé los ojos- Estoy muy orgullosa de tí cariño.
-¿Y que harás ahora que terminaste las clases?- preguntó mi tía Maura.
-Quiero tomarme unos cuantos meses de descanso antes de comenzar la universidad- respondí.
Seguimos hablando por unos minutos hasta que el teléfono comenzó a sonar, mi mamá fue a atender y mi tía Maura y yo nos quedamos en la cocina en silencio.
-¿Y cómo está Greg?- pregunté rompiendo el silencio.
-Está muy bien, él y su esposa pronto tendrán un hijo- dijo sonriendo.
-Que bien ¿y ya saben el sexo del bebé?
-Será varón- respondió.
-Otro niño en la familia- dije y las dos reímos- ¿Y el tío Bobby?- pregunté mientras me servía un vaso de jugo.
-También está muy bien, lo acaban de ascender en su trabajo- respondió.
-Veo que les va muy bien a todos- dije tomando un sorbo de mi jugo.
-Así es, últimamente nos va bien a todos- dijo sonriendo- En especial a Niall.
Al escuchar ese nombre me atraganté con el jugo, comencé a toser para poder recuperar mi respiración normal mientras mi tía Maura golpeaba un poco mi espalda. Mi madre entró a la cocina y se acercó rápidamente a mí.
-Hija ¿estás bien?- preguntó mi madre un poco preocupada- ¿Qué te pasó?
-Nada- dije tosiendo un poco más- Solo me atraganté.
-¿Pero cómo?- dijo mi mamá mirando a mi tía Maura.
-No lo sé, solo le estaba contando de la familia y luego mencioné a Niall y...
-¿Saben? Ya estoy bien- interrumpí a mi tía Maura- Creo que iré a mi cuarto.
-¿Estas segura? ¿Te sientes bien?- preguntó mi madre.
-Si mamá, ya estoy bien.
-Pero no quieres que te cuente como le va a Niall en...
-No es necesario tía- dije interrumpiéndola de nuevo- Bueno ya me voy, estoy un poco cansada, fue un gusto volver a verte tía. Adiós.
Salí rápidamente de la cocina antes de que pudieran decir algo más. Agarré mi mochila, subí las escaleras casi corriendo y me encerré en mi cuarto. Me recosté en la puerta y solté un largo suspiro para luego tumbarme en mi cama. Pasé como 5 minutos mirando al techo hasta que decidí ordenar un poco mi habitación, como las clases habían terminado debía botar los cuadernos viejos y los libros que ya no me servirían. Caminé hasta mi escritorio y comencé a sacar todos los papeles, carpetas, cuadernos y demás cosas. Las puse todas en una bolsa hasta que los cajones quedaron vacíos. Me acerqué a mi pequeño baúl que tenía desde que era niña, comencé a revolver las cosas hasta que encontré una vieja película.
"La princesa y la plebeya" era mi película favorita cuando era niña. Sonreí al recordar todos los momentos que pasé viéndola, aquellos momentos que desearía volver a vivir pero lastimosamente no puedo. Y se que nada será igual que antes, por más que quiera no puedo volver el tiempo atrás, ahora esos tiempos quedarán en mi mente como recuerdos. Porque eso es lo que son... unos simples recuerdos.