-¿Ya estás lista Kate?- preguntó mi madre. Asentí en respuesta mientras cerraba mi maleta.
-Bajo en un minuto- dije.
Mi madre salió de mi cuarto y terminé de empacar la poca ropa que quedaba en mi armario. Habían pasado 3 días desde que mamá me dijo que nos mudaríamos, desde ese día he estado empacando mis cosas. Hace unos días tuvimos una cena en casa de mi tía Maura, fue como una forma de despedida. También me despedí de una vieja amiga de la escuela, no la consideraba mi mejor amiga pero solíamos hablar bastante.
Cerré mi última maleta mientras largaba un suspiro. Tomé todas mis cosas y bajé las escaleras, en el piso de abajo me encontré con mi madre quien hablaba con mi tía Maura. Mi padre se acercó a mí y tomó mis maletas para luego llevarlas al auto.
-¿Ya tienes todo?- preguntó mi madre.
-Si, solo falta una cosa.
Subí rápidamente las escaleras y me dirigí a mi cuarto. Lo inspeccioné por última vez y luego me acerqué a mi baúl, lo tomé y salí de mi habitación cerrando la puerta tras de mí. Aunque nuestra estadía en Londres sea temporal, por ahora, necesitaba ese baúl junto a mí. Representa una parte de mi pasado y aunque no todo lo que esté dentro sea bueno, igual significa mucho para mí. Bajé las escaleras nuevamente, cuando llegué abajo mi madre me miró y negó con la cabeza divertidamente al verme con el baúl. Rodé los ojos y fui al auto, lo puse en la cajuela cuidadosamente para que no le pasara nada.
-¿Estás lista ahora?- preguntó mi madre con un tono de diversión en su voz.
-Ahora si- afirmé.
-Bien, ya es hora- dijo mi padre.
Todos subimos al auto, incluyendo a mi tía Maura ya que ella nos llevaría al aeropuerto. Mi madre fue de copiloto y mi padre y yo fuimos atrás. Todo el camino me dediqué a mirar por la ventana admirando por última vez el paisaje irlandés. No quiero olvidarme de nada, quiero recordar cada detalle de Irlanda ya que tal vez sea la última vez que la vea, al menos por un tiempo.
Aproximadamente media hora después, llegamos al aeropuerto. Bajamos todos del auto, ayudé a mi padre con las maletas y luego entramos. Al momento de entrar escuchamos el anuncio de nuestro vuelo, habíamos llegado justo a tiempo.
-Cuídense mucho ¿si?- dijo mi tía Maura.
-Lo haremos- dijo mi madre abrazándola.
-Adiós tía- me acerqué a ella y la abrazé.
-Adiós cariño.
Me separé de ella y tomé mis maletas. En unas horas comenzaría una nueva etapa para mí, y la verdad estaba preparada para todo.
-Recuerda que puedes volver a ver Niall, cariño- agregó mi tía Maura.
Retiro lo dicho, estaba preparada para casi todo. Mi estómago se revolvió y un nudo se formó en mi garganta, sentía las palmas de mis manos sudar y mis piernas flaqueaban. Odio que me pase esto cada vez que escucho su maldito nombre. Forzé una sonrisa y me despedí con la mano. Luego de unos minutos ya estábamos en el avión rumbo a nuestro destino. Me senté del lado del pasillo y me puse mis auriculares. Si, del lado del pasillo, la verdad no se que haré todo el viaje pegada a la ventana si solamente hay nubes.
No me di cuenta de en que momento me quedé dormida. Cuando desperté, ya habíamos aterrizado en Londres, me levanté de mi asiento y me arreglé un poco el pelo antes de salir. Bajamos del avión y fuimos por nuestras maletas, cuando tuvimos todas nuestras cosas, comenzamos a buscar a mi tía.
-Creo que allí está- dijo mi madre señalando hacia la entrada.
Y en efecto, ahí estaba mi tía Lou con una bebé en sus brazos. Hace tiempo que no la veía a ella ni a mi prima. Nos acercamos y ella inmediatamente abrazó a mi padre.