¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Segundos? ¿Minutos? ¿Horas? No lo sabía. Lo único de lo que sí estaba segura era de que el tiempo que había pasado frente a él estaba consumiéndome por dentro. Quería hablar. Quería abrir la boca para decirle todo lo que estuve sintiendo los últimos años. Quería hacerle ver el dolor que estaba pasando dentro mío. Pero no podía articular ninguna palabra, ni siquiera podía desviar la mirada de aquellos zafiros azules.
-¿Y bien?- pronunció él finalmente rompiendo el desgarrador silencio.
-¿Y bien qué?- pregunté saliendo del trance en el que me tenían sus ojos- Tú fuiste el que vino aquí para hacer quien sabe qué- él no dijo nada, solo se quedó callado de nuevo- ¿Por qué estás aquí Niall?
-Porque voy a intentarlo- dijo seguro, fruncí el ceño.
-¿Intentar qué?
-Recuperarte- abrí los ojos lo más que pude y mandívula por poco se desprende de mi rostro- Estoy dispuesto a hacer todo. Todo ¿me escuchas? Todo, para que me perdones.
-Niall ¿qué estás...
-Solo quiero compensar por lo que te hice, sé que estuvo mal. Pero no me dejaste explicarlo.
-¿Acaso existe alguna explicación?- pregunté cruzándome de brazos.
-Si- afirmó- Y estoy dispuesto a dártela, si tú me lo permites.
-Pudiste habérmelo explicado hace años ¿por qué esperaste tanto tiempo? ¿Por qué ahora Niall? Justo cuando la herida ya es profunda.
-Sé que no puedo remediar esas heridas. Sé que no puedo retroceder el tiempo y evitar todo el daño que te causé. Sé que las heridas ya no desaparecen, permanecerán ahí para siempre- se acercó unos centímetros más a mí- Pero sí puedo taparlas, puedo cubrirlas y evitar que sigan derramando el dolor y sufrimiento que te atormentan.
-No puedes hacer eso- dije en un susurro apenas audible.
-Verás que sí- me dio un beso fugaz en la mejilla y se levantó rápidamente- Muy pronto tendré a mi amiga de vuelta. Lo prometo- salió de la habitación no sin antes guiñarme un ojo.
Me quedé sentada en mi lugar sin mover ningún músculo de mi cuerpo ¿Qué acababa de pasar? De repente, mi mente se había quedado en blanco. Por primera vez en mucho tiempo no tenía palabras para describir como me sentía. Solo podía pensar en él. Él y sus palabras.
Sonaba tan seguro de sí mismo, como si esta vez estuviera dispuesto a cumplir todo lo que dijo. En mi mente retumbaban sus frases "voy a recuperarte" "estoy dispuesto a hacer todo" "pronto tendré a mi amiga de vuelta". Pero lo que quedará grabado en mi cabeza por un largo tiempo fue su última frase, aquellas dos palabras que ya habían salido de su boca antes. "Lo prometo". Había vuelto a hacer otra promesa, una que no estoy segura si podrá cumplir. Entonces me di cuenta, mi mayor temor se hizo realidad. Había vuelto a despertar la ilusión dentro de mí, la esperanza que había tenido hace años había vuelto.
Pero no. No lo permitiría de vuelta. Él ya había hecho muchas promesas y ya era suficiente. No iba a permitir que volviera a destrozarme, ignoré todo sentimiento de ilusión y esperanza que brotaban dentro de mí. No quería tener nada que pudiera hacerme creer que había cambiado. Él no cumplirá su promesa, y no estoy lista para revivir mi pasado.
Lanzé un suspiro cargado de cansancio. Me levanté del pequeño sofá y me dirigí hacia la puerta. En la sala de espera yacían mis padres y mi tía con la pequeña Lux sentada en sus piernas. Me senté junto a mi madre y nos quedamos unas horas más en el hospital hasta que Lux comenzó a ponerse inquieta. Mi padre decidió pasar la noche junto a mi abuela a lo que mi madre accedió sin problema. Volvimos a casa y cuando crucé la puerta de entrada inmediatamente subí las escaleras y entré a mi habitación. Me cambié la ropa que había llevado casi todo el día y me tumbé en la cama.
Tenía demasiado sueño, mis ojos estaban a punto de cerrarse hasta que escuché unos leves toques en mi puerta y luego de unos segundos se abrió dejando ver a mi tía.
-Siento molestarte Kate.
-No pasa nada- me incorporé- ¿Qué pasa?
-Liam acaba de llamar- me informó, fruncí el ceño.
-¿Liam?- pregunté confundida ¿por qué me llamaría?
-Si, dijo que mañana harán algo así como una encuentro con los chicos y quiere que tú vayas- explicó mi tía.
-No lo sé...
-Vas a ir- me interrumpió.
-¿Qué? Pero ni siquiera los conozco, apenas recuerdo sus nombres.
-Pero desde que llegaste aquí no has salido más que para ir al hospital, necesitas divertirte un poco Kate. Sal y conoce nueva gente.
-Pero ¿y si necesitan ayuda con Lux? O...
-No te preocupes por eso- volvió a interrumpirme- Yo me encargo de todo, solo quiero que salgas.
-¿No hay forma de hacerte cambiar de opinión?
-No.
-Ya que- suspiré rendida y mi tía soltó un chillido de emoción.
-Qué bien- me dio un beso en la frente y salió de mi cuarto dando unos cuantos saltitos. A veces mi tía parecía una adolescente.
Volví a recostar mi cabeza en la suave almohada. Giré mi cuerpo hacia la ventana contemplando el oscuro cielo de Londres. Cerré mis ojos tratando de concilar sueño. Mañana sería un día interesante, mi primer día fuera desde que llegué a Inglaterra. Y un día más con Niall. Sería otro día en el que tendría que escuchar su tranquilizante voz, otro día donde tendría que presenciar sus intensos ojos color cielo, otro día donde su melodiosa risa penetraría en mis oídos.
¿Desde cuando comencé a pensar así de él? ¿Desde cuando comencé a describirlo de esa manera? Pareciera que mi cerebro no encuentra otras palabras para referirse a sus ojos, su voz, su risa... o a su estúpida y encantadora sonrisa.
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Después de mucho tiempo les traigo otro capítulo. Lo se, lo se... muchas querrán matarme. Quería disculparme por la tardanza pero es que la inspiración no llegaba.
Como sea... ¿Qué les pareció este capítulo? Creo que no es tan largo... o interesante... como los otros pero bueno, hice lo que pude. Espero que les guste y ¿Qué quieren que pase en el próximo capítulo?
Besos. Y muchísimas gracias por los +200 votos y todos los leídos y comentarios. No pensé que la novela fuera tan buena, me hacen muy feliz eh?
