Capítulo 14

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Ya habían pasado días desde mi encuentro con Gregory Franco. Le conté lo que había pasado y se enfadó tanto que casi se rompe los dedos tratando de desahogar su ira en las paredes del establo. Juró por su vida que Gregory iba a pagar por haberme tratado tan sucio. El hombre de chaqueta negra llamado Bill, traía sobras de comida para mí y para Freddie. Nos lanzaba la comida en los asquerosos platos que nos habían dado, encerrados todo el día. A Freddie ya se le había bajado la hinchazón, aunque aún tenía dolores musculares. A ese punto de mi vida, lo único que me importaba era seguir respirando. Estábamos echados en el piso, hediendo a muerto cuando Bill entró por la puerta apuntándonos con un arma y nos obligó a pararnos enseguida.

—Tu vienes conmigo Highmore—dijo mientras otro tipo entraba al lugar para atar sus manos. Al hacerlo, Freddie regresó la mirada hacia mí y trató de tranquilizarme. Tenía los ojos inyectados de sangre y grandes bolsas debajo de ellos.

—Ahora vuelvo—dijo con tranquilidad antes de que Bill le pusiera la bolsa en la cabeza.

Me quedé parada a un lado viendo como lo empujaban para llevarlo fuera. Bill regresó la mirada hacia mí y me dedicó una sonrisa maliciosa antes de salir del lugar, se cerraron las puertas y todo el lugar se quedó en silencio. Respiré profundo y me senté en el suelo, me dolía la garganta y me costaba tragar saliva, no podía soportar el hedor que mi propio cuerpo emanaba, respiré profundo y me recosté. Cerré los ojos, pensaba en que estarían haciendo mis padres en ese preciso momento, quería pensar que estaban tranquilos, que no estaban en mi búsqueda, porque dudaba salir completa.

Me quedé esperando a que Freddie llegara, alcé la mirada hacia el techo, el tumbado estaba conectado a un altillo que se abría en la mitad, pero no había forma de subir allí, no eran tan tontos como para dejar alguna ayuda.Debieron pasar como dos horas cuando la puerta se abrió y Bill entró a lugar.

—Párese señorita Kaya—dijo con tranquilidad y sin gota de sarcasmo—El señor Franco lo espera.

Me levanté confundida y me acerqué a él con cautela, ni siquiera ató mis manos. Se acercó y me colocó la bolsa en la cabeza para luego llevarme con cuidado hasta la cabaña. No puse resistencia, estaba muerta de miedo, sentía que en algún momento podía atracarme y hacerme algo que no quisiera. Entramos al lugar y subimos unas escaleras hasta una habitación y me quitó la bolsa de la cabeza.

—El señor Franco quiere que tome una ducha, y descanse para mañana—dijo Bill, luego me advirtió—No intentes nada, que te puede ir mal.

Se dio la vuelta y cerró la puerta con el cerrojo. Miré a mi alrededor, tenía todas las comodidades que poseía hace meses en el departamento de Alison: una cama, un baño y comida.

Tapé mi boca con las manos y empecé a sollozar sin creer que seguía viva. Quería todo de vuelta, sin preocupaciones, sin tener que huir de un lado a otro. Estaba llena de ira que lancé todo lo que tenía en frente, gritando de la desesperación y el coraje. Me senté en la cama y traté de calmarme un momento ¿Qué buscaba Gregory Franco? ¿Acaso era alguna trampa o una broma de muy mal gusto?

Entré al baño y me quité la ropa que llevaba puesta, abrí el grifo y entré enseguida a la ducha, no me importaba si el agua estaba fría o caliente, lo necesitaba más que nada en ese instante. Seguía sollozando, quería desahogarme por completo. Tenía el cabello tan enredado y sucio que me costó muchísimo tiempo poder tenerlo como estaba. Al salir de la ducha escuché a alguien en la habitación. Tomé una toalla y la puse alrededor de mi cuerpo, respiré profundo y abrí la puerta lentamente. No había rastro del desastre que había dejado. Ahí estaba Freddie, sentado en la cama, vestido como la primera vez que lo vi, con su terno hecho a la medida, zapatos brillantes, incluso tenía el mismo peinado. Lo único diferente era su mirada, estaba como perdida, fuera de lugar, parecía que le faltaba algo.

Possessive Love (Freddie Highmore Fan-Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora