Possessive Love (Freddie Highmore Fan-Fic)

Capítulo 2

Me encontraba en el apartamento de Alison revisando mi correo, no había nada interesante, solo emails para suscripciones, catálogos de ropa y electrodomésticos. Ni siquiera mis padres se habían molestado en preguntarme como había llegado a Nueve York. El lugar estaba en completo silencio hasta que sonó el teléfono, me levanté y lo busqué por todas partes y contesté.

—Aló.

—¡KAYA! ¿¡FREDDIE YA LLAMÓ?!— gritó Alison a través del auricular del teléfono.

—No... —dije confundida— ¿Debía llamar?

—¡Se supone que sí!

—¿Por qué?

—¡Porque me llamó hace un rato pidiéndome tu número ¡dijo que quería verte!

Sentí que mi corazón empezaba a latir con fuerza. Freddie Highmore quería verme de nuevo. Tragué con fuerza y sonreí.

—¿Es en serio? — dije tratando de disimular mi asombro.

—¡Si Kaya!

—No puedo creerlo...

—¡Pues tenlo en cuenta, porque estoy segura de que llamará!

—No lo creo, es decir, porque lo haría...

—Créelo. Va a llamarte, y saldrán juntos, y se besarán y... — Alison se quedó en silencio — ¡rayos! me pillaron tengo que colgar, adiós, hablamos luego.

Colgué el teléfono y respiré profundamente. Sentí mis mejillas sonrojarse. No pude concentrarme en todo el día. Esperé toda la tarde, hasta llegué a colgarle a Alison varias veces diciendo que no me llamara, que Freddie podía llamarme justo en ese instante. Al final del día, nunca llamó. Estaba decepcionada y después de dos días de espera me rendí. De verdad quería que llamara y me dijera que la pasó excelente conmigo.

Sin embargo, después de varios días, el teléfono timbró. Estaba atiborrándome de tostadas en el desayuno y para variar, al contestar, me quedé paralizada.

—¡Kaya! Al fin puedo comunicarme contigo...

¡Finalmente era Freddie! Solté la última tostada que estaba por llevarme a la boca y empecé a saltar por toda la casa como una desquiciada.

—¿Hola? ¿Kaya? ¿Estás ahí? — dijeron por el teléfono.

Me detuve de golpe y respiré profundamente.

—Hola Freddie ¿Cómo estás?

—Muy bien, he querido hablar contigo desde un par de días, pero el servicio no funcionaba — <<Si claro, tenías mi teléfono desde hace tiempo. >> pensé.

—Oh, qué extraño...

—Bueno, ahora ya te puede contactar, me gustaría saber si estás disponible este fin de semana.

Sentí náuseas. Di pequeños saltitos de felicidad.

—Sí claro— dije tratando de disimular mi emoción.

—Excelente ¿Quieres salir a cenar?

—Me encantaría Freddie.

—Bien ¿nos encontramos en Central Park, en la entrada de la calle 79, el sábado a las ocho?

—Seguro, nos veremos ahí.

—¡Excelente! Que tengas una linda noche Kaya, nos vemos pronto.

—Adiós.

Colgué el teléfono y grité emocionada. De repente, Alison entró al departamento y la miré expectante, ella por su parte me miró extrañada y sonreí señalando el teléfono con mis ojos. Su expresión cambio en un instantáneamente, sus ojos se abrieron como platos y empezó a gritar al igual que yo.

—¡Al fin! ¡Vas a salir con Freddie Highmore!

—¡Lo sé!

Me abrazó y gritó en mi oído. Se ofreció a arreglarme, comprarme ropa, estaba más entusiasmada que yo. Al llegar el día sábado, Alison me levantó a gritos, abrió las cortinas de mi habitación de golpe y me arrebató las cobijas. Salimos temprano para ir de compras. Después de cuatro horas y media logramos conseguir el conjunto perfecto. Volvimos al apartamento y después del ajetreó decidí dormir un poco más.

Alison me despertó gritando de nuevo.

—¡Kaya levántate, faltan 30 minutos para las 8:00!

Me levanté como puede y me embutí en el vestido rápidamente, estaba a una hora de la cita y no me había arreglado Alison me peinaba mientras me daba unos pequeños toques de maquillaje. Salimos corriendo del apartamento y tomamos el primer taxi que encontramos. Tardé como 50 minutos en llegar. Le envié un mensaje a Freddie explicándole la situación, estaba segura que sería mi última cita con él después de semejante desplante. Bajé del taxi a empujones y me despedí de mi amiga, corrí hasta la esquina y ahí estaba él, se veía adorable, me detuve y sonreí tratando de lucir casual. Alzó su mirada y sonrió.

—Hola, perdón por el retraso, había muchísimo tráfico.

—Está bien, no tiene importancia, así son las cosas en esta ciudad. Me alegra poder verte de nuevo —Tomó mi mano y me llevó a caminar a través de los senderos del parque. Nunca había estado allí, fue una experiencia indescriptible. Platicamos toda la noche y acabamos en una pizzería sentados a un lado de la ventana. Lo único en lo que pensaba era en lo afortunada que me sentía.

—¿Y qué es lo que estudiaste en la universidad? —preguntó Freddie antes de llevarse un pedazo de pizza a la boca.

—Tengo una licenciatura en Historia del Arte, con un minor en fotografía.

—Interesante ¿qué te llevó a estudiar humanidades?

—No lo sé—dije mientras comía un pedazo de pizza—siempre me gustó la pintura y mi padre es un aficionado a la fotografía.

—¿Familia de artistas?— preguntó con curiosidad,

—Todo lo contrario—dije riendo— mi madre es pediatra y mi padre ingeniero en sistemas. Pero siempre me dejaban pintar las paredes de la casa, ya sabes, mano de obra barata—Freddie rio y asintió con la mirada —¿Qué hay de ti?

—Cómo te comenté mi padre es dueño de una galería de arte aquí, HighGallery, es el negocio familiar. Pronto me haré cargo de él.

—¿Asumirás el cargo por tu experiencia o nepotismo? —dije riendo. Freddie abrió los ojos y rio conmigo.

—Tengo un título en finanzas y solía pintar en mis tiempos libres.

—Parece suficiente experiencia.

—Así es, me gusta su sentido del humor señorita Sudol.

Sonreí y negué con la cabeza. Al final de la noche, tomamos un taxi hacia el apartamento de Alison. La noche parecía brillar más que antes, la luna nos seguía el paso mientras perseguía al taxi. Tenía una sensación extraña en el estómago, la mezcla de emoción y adrenalina por un nuevo comienzo, me sentía cómo una niña a punto de conocer algo nuevo.

—Fue una noche genial — dije sonriendo.

—Digo lo mismo.

—Gracias por todo.

—Gracias a ti.

Freddie tomó mis mejillas y estampó un pequeño beso en mis labios. Le seguí enseguida. Sentí que empezaba a volar. Al sepáranos mis piernas se desestabilizaron y bajé la mirada sonriendo.

Los dos reímos.

Los dos disfrutamos.

Los dos estábamos ilusionados.