Despertaba todos los días aturdida, me dolía la cabeza y solo esperaba poder ver a Freddie atravesar el umbral de la puerta. Joshua entraba de vez en cuando a la habitación para animarme, decía que Freddie llegaría pronto. Yo por mi parte no tenía nada que decir.
Conocí a la hermana de Joshua, Anna, quien no dudó ni un segundo en ayudarme. También conocí a Thiago, su primo, que venía a revisarme solo una vez al día. El padre de Thiago me traía la comida todos los días y sonreía al verme comer. Nunca decía nada, sólo me observaba hasta que me acabara el plato completo. El hecho de que observará mientras comía era intimidante, pero trataba de disimular lo mejor posible.
El día en que Freddie llegó, yo estaba en mi habitación leyendo. De repente escuché un escándalo en la parte de afuera, quise ponerme de pies, pero se me hizo muy difícil. De un momento a otro todo se calmó, así que volví a recostarme. Tomé una pequeña siesta, mi puerta estaba entrecerrada, así que podía escuchar lo que ocurría al otro lado del pasillo y en habitaciones continuas.
Y ahí lo escuché.
—Esto no es tan fácil como parece.
Era su voz y al parecer Anna estaba a su lado.
—Pues para eso estoy yo tonto, para ayudarte.
Logré ponerme de pies y salir de la habitación hasta la siguiente. Al fin podía verlo, después de tantos días. Sin embargo, al asomarme me encontré con una imagen desagradable. Anna tenía entre sus manos las mejillas de Freddie mientras le plantaba un beso. Me quedé helada. Pensé en interrumpir aquella acción carraspeando mi garganta, pero simplemente no quise interrumpir. Me di la vuelta con dificultad y salí casi corriendo por el pasillo.
No sabía que sentir. Estaba frustrada, alegre, triste, molesta. Quería arrancarle los ojos, pero alguna parte de mi mente sabía que no debía hacer drama. Ya habíamos tenido suficiente después de huir. Salí hacia el balcón de la sala, que daba a la calle principal. Thiago y Joshua me habían aconsejado que no me asomará, por cuestiones de seguridad, pero necesitaba aire para no explotar. Abrí la ventana con cierta dificultad y salí hacia la estructura metálica con cuidado de no dañar mi herida casi cicatrizada. Me paré agarrándome de los barandales y finalmente solté un largo suspiro. Tenía que cerrar los ojos ¿qué más podía hacer? ¿Esperar? No, ya había esperado lo suficiente. Había esperado a encontrar una salida, una solución a todo el caos que estaba viviendo, a Freddie. Había esperado a Freddie, y cada vez tenía menos ganas de seguir esperándolo ¿Que ganaba yo con eso? Solo rabietas, ira, desesperación, heridas. Nada bueno.
—Kaya...—dijo alguien a mis espaldas.
Me quedé quieta, en la misma posición solo que con lágrimas cayendo a través de mis mejillas.
—Kaya lo siento tanto...—dijeron. Era Freddie una vez más—Lo que viste no es lo que crees. Yo...
Alcé mi mano para que dejara de hablar. Negué con la cabeza y volví a la posición de antes. Ya no quería escuchar más explicaciones. Mi cerebro estaba colapsado.
—Kaya...
—Cierra la boca...—dije tratando de sonar calmada—Cierra la boca de una puta vez.
Freddie se quedó detrás de mí esperando una respuesta. Claramente no se movía.
Empecé a recordar como todo había empezado e imaginaba como terminaba: Llegando inocentemente a Nueva York, sin ningunas ganas de pasarla bien. Luego lo conocí a él, tan encantador y reluciente. Cita tras cita, juego tras juego, la mañana que llegó destrozado a mi apartamento, el cadáver en el primer escondite, nosotros en el establo, yo esperando a que llegara sano y salvo. Tanta información en mi cabeza iba a matarme. Tomé con fuerza el barandal y solté un grito desgarrador desde el fondo de mi pecho.
Freddie me tomó por la espalda y rompí a llorar en el piso. Ya ni siquiera me interesaba que alguien nos viera. Solo quería que todo acabara. El me acariciaba el cabello lentamente y luego vi que empezó a llorar conmigo. Nos quedamos tirados en aquel reducido espacio, lamentándonos de tanta estupidez. Después de un buen rato las lágrimas se habían secado. Simplemente estábamos los dos echados en el piso viendo a la nada. Freddie seguía acariciando mi cabello. Me giré finalmente hacia él. Tenía los ojos rojos y la cara llena de heridas por cicatrizar. Bajó su mirada hacia mí y nos quedamos así. Callados.
—Ya quiero que acabe —dije sin remordimiento, sin mostrar ninguna expresión.
—Ya tiene que acabar—respondió.
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Possessive Love (Freddie Highmore Fan-Fic)
FanficFreddie Highmore, un tipo encantador y galante. Kaya, una chica inocente y algo torpe. Las malas decisiones que toman ellos y terceros los llevarán a vivir varias situaciones que pondrán en peligro su vida ¿En realidad el amor lo puede todo?