Capítulo 15

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Esperamos a la noche, Bill venía a vernos cada cierto tiempo para vigilarnos, estaba segura de que de no haber sido por el amigo de Freddie hubiéramos muerto en sus manos. La cena con Gregory fue a las ocho en punto, hizo que bajáramos a comer en galas, cómo si fuéramos a un cóctel. En la mesa había toda clase de delicias, desde pollo rostizado hasta macarons.

—Tomen lo que deseen, están en su casa—dijo Franco antes de atiborrarse de trago y comida.

Él y Freddie hablaban de todo tipo de cosas, como si fuesen amigos de toda la vida mientras yo trataba de masticar con cuidado. No quería volver a vomitar toda mi comida. Era tan desagradable tener que comer de la mesa de la persona que nos había tenido encerrados en un establo apestoso por quien sabe tanto tiempo. Era humillante, inhumano. Había sido la peor comida de toda mi vida. Al terminar, Bill nos escoltó a nuestra habitación y se atrevió a tocar mi trasero de manera lasciva, Freddie lo miró furioso y Bill sonrió mientras cerraba la puerta. A pesar de que éramos "libres" Bill seguía siendo intocable.

Eran aproximadamente las diez de la noche. Freddie estaba ansioso, no dejaba de moverse de un lado al otro, esperando que todo pasara. Yo entré al baño a cepillarme los dientes después de vomitar todo lo que había cenado. Estaba saliendo del baño cuando empecé a escuchar disparos a lo lejos, me acerqué a la ventana, pero no lograba observar nada cerca. Regresé la mirada hacia Freddie mientras él se ponía sus zapatos y arreglaba el traje que llevaba puesto.

—¿Estás lista?— preguntó mientras arreglaba las mancuernas de su camisa.

Negué con la cabeza y el solo asintió con la cabeza. Me dijo que esperara detrás de la puerta del baño, estaba seguro que no querría ver el baño de sangre que se iba a armar en ese momento. Me dirigí enseguida a mi posición y cerré la puerta sin poner llave. De repente, se escuchó un sonido estridente que provenía de la planta baja, unas mujeres gritaban desaforadas en la planta baja, suplicando que sus captores bajen las armas.

—¡Malditos hijos de puta!—se escuchó gritar a Gregory Franco. Varios disparos a lo lejos se iban acumulando en el lugar, era un tiroteo que parecía no tener fin. La puerta de nuestra habitación se abrió de par en par y escuché que unos pasos se acercaban a mí. Cerré los ojos y tomé aire para retenerlo en mis pulmones.

—Gracias a Dios que están aquí—escuché a Freddie. Logré percibir el sonido de un arma en movimiento, un pase de una persona a otra.

— Mi novia está ahí adentro—dijo en seguida—asegúrate de sacarla con vida.

Me quedé helada ¿a dónde se supone que iba Freddie? Si íbamos a salir de ese barullo, al menos tenía que ser juntos. Abrí la puerta lentamente y vi cómo Freddie salía de la habitación con un arma en las manos, apuntando directamente al frente. Estaba a punto de cerrar la puerta cuando un pie se introdujo entre el marco y ella, alcé la mirada y un joven de aspecto amigable me miró a los ojos.

—Mucho gustó Kaya—dijo entusiasta—hoy es mi turno de sacarte de aquí. Soy Joshua.

Sonrío y me mostró su mano para que la tomará. Saludé lentamente y luego la solté para ponerla de nuevo detrás de la puerta.

—Yo te aviso cuando sea seguro salir de aquí—dijo con una gran sonrisa—mientras tanto quédate allí adentro—me guiñó el ojo.

Asentí con la cabeza y cerré la puerta. Me puse de espaldas contra ella y tomé un respiro profundo. Tenía ganas de vomitar, esta vez de los nervios. Se seguían escuchando disparos en la planta baja, no me quería imaginar a mí y a Joshua cruzando a través de un escenario de balas que iban de un lado a otro.

Abrí de nuevo la puerta y lo llamé susurrando.

—Dime—dijo mientras acercaba su oreja a la ranura sin dejar de observar a la puerta de la habitación.

—¿Como rayos vamos a salir de aquí? —pregunté con nerviosismo.

—Exactamente como entraste.

—¿Vas a ponerme una bolsa en la cabeza?

—No.

Lo miré confundida.

—¿En cuánto vas a sacarme?

—Ahora.

Me entregó un arma y luego tomó mi mano y me llevó a rastras hacia el pasillo, me colocó detrás de él y salimos rápidamente a través de este, bajamos las gradas lentamente, asegurándonos que no exista ninguna persona que pudiera dispararnos. Sentí detrás mío un movimiento y alcé mi pistola para apuntar a mi objetivo, disparé dos veces sin pensarlo, era Bill. Cayó al suele enseguida y se quedó allí inmóvil.

Estábamos cruzando la sala cuando sentí que algo atravesaba mi pierna. Caí al piso de bruces mientras gritaba de dolor. Joshua disparó enseguida y se agachó para poder ayudarme. Empezaron a salirme lágrimas a borbotones por los ojos, no podía pararme. Varios hombres se acercaban por detrás de él, así que empecé a disparar por todos lados. Joshua me tomó de la mano y me quitó el arma en un segundo.

—¡No disparares con los ojos cerrados!

Joshua molesto, me tomó de la cintura y me cargó como un saco de papas hacia afuera. Nos estaba esperando una camioneta, no veía a Freddie por ningún lado. Me metió en seguida en el vehículo saliendo despedidos del lugar.

—¡Acelera!—le gritó al conductor—la hirieron.

Regresó su mirada desde el asiento del copiloto y negó con el cabeza frustrado. Yo sentía que mi pierna se me iba a desprender del cuerpo, lloraba desconsoladamente.

—¡Mírame Kaya!—decía Joshua con desesperación.

Lo miraba a los ojos mientras trataba de olvidarme del dolor, de unmomento a otro sentí que me daba sueño, sentía mi cuerpo pesado, me sentíadébil. Cerré los ojos y sentí como el dolor iba desapareciendolentamente. 

Possessive Love (Freddie Highmore Fan-Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora