Nada Es Lo Que Parece (Wonho & Tu)

#12

Me desperté en la madrugada para ir por un vaso de agua a la cocina, podía escuchar a mis padres discutir pero no entendía por qué, así que me acerqué hasta la puerta de su cuarto para poder escuchar mejor.

— ¿Acaso crees que yo no quiero divorciarme también? — escuché decir a mi madre, mis ojos se llenaron de lágrimas— Estamos juntos por nuestros hijos, de lo contrario no sería así.

— No creas que es diferente por mi parte. — Se defendió mi padre— Sé que ______ lo entendería, es bastante grande y madura pero sería una decepción para Tao.

— ¿Crees que no lo sé?

— Necesito estar un tiempo lejos de aquí.

— Me parece una buena idea.

— Tenemos que hablar con ellos mañana, explicarles la situación o... Intentarlo.

— Estoy de acuerdo. — respondió ella, sin ninguna emoción.

— Papá, mamá, ¿qué está pasando? — interrumpí entrando a la habitación.

— Nada cariño, vuelve a dormir.

— Mamá no soy una niña y no soy estúpida. Necesito una explicación.

— No estamos pasando por un buen momento, pero haremos lo posible para superarlo.

— Díganme que no se van a divorciar.

— No...No lo sabemos, haremos lo posible. — habló ahora mi padre.

Sentí que mi mundo se venía abajo, mis padres eran el más grande ejemplo de amor ante mis ojos, y ahora se odiaban, iban a divorciarse, y yo no sabía nada por estar metida en mis propios problemas de adolescente hormonal. Salí corriendo a mi habitación, no quería estar más tiempo ahí, pensé en llamar a Sophi o Cathy, pero mis padres sabrían donde encontrarme y lo harían inmediatamente, así que tomé mi celular y marqué.

— ¿_____? Más te vale que sea importante porque sino...

— Hoseok...

— ¿Estás llorando?

— ¿Podrías venir por mi por favor?

— Cálmate, ¿qué pasó?

— Te cuento luego, por favor ven a buscarme.

— Estaré ahí lo más rápido posible.

***

Fuimos todo el camino hasta su casa en silencio, él no preguntó nada cosa que agradecí internamente ya que no era capaz de pronunciar palabra alguna en ese momento. Lloré todo el camino, él sólo me miraba de vez en cuando haciéndome saber que podía hablar si era lo que quería, pero preferí esperar hasta llegar a nuestro destino.

— Si necesitas algo estaré en el sofá. — me dijo el muchacho una vez que estuvimos en su habitación.

— Necesito un abrazo, ¿podrías dármelo? — aunque las luces estuvieran apagadas, se que esa petición lo sorprendió porque demoró unos segundos en responder. Se acercó un poco más a mí y me envolvió entre sus brazos, yo lo abracé con fuerza, como si no quisiera soltarlo jamás y la verdad es que no quería. El acariciaba mi cabeza de vez en cuando, no decía nada, todo estaba en silencio, sólo éramos él y yo y el sonido de la lluvia afuera.

— ¿Así está mejor? — preguntó— Lo siento, no soy bueno con estas cosas.

— Está bien, me siento bien aquí contigo.

— ¿Quieres hablar o solo llorar? — bromeó.

— Mis padres van a divorciarse.

— Oh...Lo siento.