Nada Es Lo Que Parece (Wonho & Tu)

#34

— Hoseok, no empieces con tus cosas. — le advertí, me ponía nerviosa solo pensar en lo que querría decirme.

— Tranquila. — dijo y me besó tiernamente— ¿Por qué siempre estás esperando lo peor? — rió.

— Será porque tu siempre te sales con alguna cosa extraña.

— Si, ya había olvidado que todo es mi culpa. — bromeó.

— Anda, dime ya.

— No, ahora no quiero.

— Por favor, por favor, por favor.

— Te lo diré en la cama. — respondió coqueto, mordiendo el lóbulo de mi oreja.

— Hoseok, estoy hablando en serio. — lo amenacé, él bufó.

— Ah, es que estoy tan nervioso.

— ¿Es algo malo?

— Que no, quédate callada. — se molestó, haciéndome reír por su cara.

— Está bien, lo siento. No seas tan malhumorado. — reí nuevamente.

— Todo este tiempo que estuve lejos de ti no hice otra cosa que pensar en nosotros. Quería acercarme a ti, pero creí que era mejor no volver a hacerlo. Pensaba que tal vez te habías olvidado de mí y que aparecer frente a ti sería volver a arruinarlo todo, volver a lastimarte.

— Ya te lo dije, lo que me hace mal es estar lejos de ti.

— Lo sé, porque me pasa lo mismo. Nos hemos hecho mucho daño, ambos, intentando alejarnos para poder estar bien. Pero no creo poder volver a hacerlo, estar lejos de ti fue horrible para mí.

— ¿Eso qué significa?

— Significa que estaré aquí, a tu lado a partir de ahora, todos los días de mi vida hasta que tú decidas lo contrario. — yo le sonreí, no estaba equivocada cuando creía que era una persona hermosa, aunque intentara ocultarlo era un hombre sensible y adorable.

— No vuelvas a dejarme. — le respondí lanzándome a sus brazos, él me apretó contra su cuerpo y besó mi cabeza.

— No lo haré, nena.

— ¿Sabes que eres muy lindo? — cuestioné acariciando su cara, me detuve en sus mejillas y se las apreté.

— ¿Ah, sí?

— Si, y mucho. — él sonrió.

— Y tú eres hermosa.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?

— Claro, pregunta.

— ¿Recuerdas la noche de la graduación? — él se sonrojó.

— Si, fue una vergüenza tremenda. Estaba hecho un desastre interno.

— Fue una linda noche para mí de todas formas, pude tenerte cerca.

— Fue especial para mí también, porque me aseguré de que estuvieras toda la noche conmigo. — rió.

— Muy ingenioso de tu parte. ¿Recuerdas lo que me dijiste esa noche?

— Lo recuerdo todo, aunque haya dicho lo contrario.

— Eres un mentiroso. — lo codeé.

— Auch, no me golpes. También recuerdo que estabas muy apegada al hermano de tu amiga, ¿quieres hablar de eso?

— No, para nada.

— Necesitamos hablar de eso.

— ¿Por qué? ¿Estás celoso?