#15

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— Creo que debería irme. — dije después de que pasáramos la mañana sentados en el sofá, hablando de cosas triviales. Hoseok comenzaba a abrirse conmigo, aun no me lo contaba todo, pero hablaba un poco más sobre él mismo.

— ¿Ya?

— ¿Ya? Pasé toda la noche aquí, también la mañana.

— Supongo que pasó rápido.

— Tengo que cocinar y pasar por Tao al jardín mas tarde.

— Es cierto...

— ¿Quieres almorzar con nosotros?

— ¿Eh?

— No soy buena cocinando pero hago lo que puedo. — él rió.

— No quiero arriesgarme.

— Anda, vamos.

— No dije que no iría, pero yo cocino.

— Trato hecho.

***

Hoseok bajó del auto porque quería comprar unas cosas en el supermercado, yo me quedé en el auto porque tenía mucho frio y según él, yo lo estaba abandonando.

Aproveché la ocasión para comunicarme de nuevo con mi madre, le avisé que Hoseok y yo iríamos a preparar el almuerzo, que pasaría por Tao y que no había nada de qué preocuparse. Ella como siempre me hizo un interrogatorio acerca de mi amigo, cómo se llamaba, cuántos años tenía, si era bueno en los deportes, y muchas más cosas para las que ni siquiera yo tenía respuestas, ella dice que lo hace porque le gusta saber todo de mi y de mis amigos, aunque así son todas las madres supongo.

— Volviste. — le dije a Hoseok con una sonrisa cuando entró de nuevo en el auto, dejando las bolsas en el asiento trasero y tomando asiento a mi lado.

— No me hables.

— ¿Por qué?

— Porque me abandonaste. — dijo bromeando y yo reí— ¿Quien iba a ayudarme si no podía con las bolsas?

— Oh vamos, con esos músculos no creo que tengas problema alguno. — solté, y él me miró con una ceja levantada.

— ¿Cómo sabes eso?

— Está a la vista. — dije nerviosa, su mirada se había oscurecido y me maldije a mi misma por no pensar lo que digo— N-no es que te haya mirado, para nada.

— ¿Segura? ¿Por qué no te creo nada?

— Ese es un problema tuyo, porque tienes el ego muy grande.

— ¿Me estás criticando?

— Si, aunque tampoco es que me moleste.

— ¿Qué vas a hacer para que te perdone? — dijo acercando su cara a la mía y posando una mano sobre mi muslo, me tensé ante su tacto y lo miré a los ojos para hablar.

— Hoseok... ¿Q-qué haces?

— ¿Qué crees?

— Estamos en el supermercado, y hay gente...

— ¿Y?

— Y pueden vernos. — él rió, pero no se movió ni un centímetro.

— ¿Eso quiere decir que no habría problema si no estuviéramos aquí?

— N-no quise decir eso... No me mal interpretes.

— Picarona. — dijo besando mi mejilla rápidamente, podía ser tierno cuando se lo proponía, pero me asustaba que de igual manera podía ser extremadamente sensual y guapo, y eso me alborotaba las hormonas, cosa que no me gustaba en absoluto porque era demasiado pronto para ese tipo de cosas.

Nada Es Lo Que Parece (Wonho & Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora