Ordenaba mis cosas en mi mochila cuando el chofer toco la puerta y me aviso que era hora de irnos. Tome la cámara y mi mochila y Salí de ahí, con el peor de los ánimos. Ir a estudiar no era que me emocionara bastante, pero debía hacerlo además que era buena para eso, aunque a mis padres eso no les interesara.
Entre al salón como era costumbre, me dirigí a mi lugar y como todos los días observe aquel detestable panorama. Me hastíe de tanto verlo, que decidí concentrarme en otra cosa, observe mi cámara y recordé la tarde anterior en donde un chico de cabello castaño se había presentado ante mí con la más dulce sonrisa. Al instante pensé en sus intenciones y no pude evitar creer que le interesaba solo por ser la hija del primer ministro. Eso me entristeció un poco pues era tan común que ocurriera que no tenía más para creer.
El profesor llego y comenzó su clase. A la mitad de esta alguien interrumpió en la puerta. No pude evitar sonreír, era el de nuevo. Increíblemente el estaba allí de nuevo presentándose ante mí, era como si quisiera adentrarse a mi vida, nuevamente sentía como si él fuera a cambiar algo en mi. Paso, se presento ante la clase y luego me saludo a lo lejos con la mano y su característica sonrisa, siempre llena de amabilidad. Se sentó a dos asientos del mío y la clase volvió a la normalidad.
La campana sonó y el maestro se retiro del salón, miles de chicas, al instante, se pusieron de pie y fueron hacia el lugar del nuevo chico.
Podía escuchar las miles de preguntas que estas huecas le hacían.
-Eres guapo.- Dijo una de sus admiradoras.
-¿De dónde vienes?- Interrumpió otra, de manera coqueta.
-¿Tienes novia?-Pregunto la más lanzada de todas.
No pude evitar reír al ver la expresión en su rostro, estaba ¡horrorizado! Miles de barbies zombie estaban alrededor de el como si fueran a tragárselo o algo así. Aunque el no correspondía a sus coqueteos y no respondía a sus preguntas no pude evitar sentir malestar al estar observando aquella situación. Por suerte llego la maestra y circulo formado alrededor de el se disipo.
Llego el descanso y Salí al patio, todos acostumbraban ir a la cafetería y estar allí era por esto que el campo andaba solo perfecto para unas cuantas fotos.
Tome mi cámara e inicie a tomar fotografías cuando una chica con mechas de colores en su castaño cabello se me acerco.
-¿Me tomarías una foto? .-Pregunto la muchacha de aspecto rebelde.
-Por supuesto. -Respondí ansiosa, nunca nadie me había pedido que le tomara una foto.
Ella poso y la foto quedo genial.
-Eres muy buena en esto.-Dijo la chica observando la fotografía.-¿Cómo te llamas?
-Carolina.- Respondí agradecida.- ¿Y tu?
-Samantha pero puedes llamarme Sam, oye me caes bien, deberíamos juntarnos algún día.
Me quede viéndola un rato, realmente no parecía de esas chicas plásticas, es mas tenia un aspecto realmente rockero y punk, su maquillaje y sus accesorios combinaban muy bien con sus mechas de colores.
-¡Hey Carolina!.- Sus palabras me hicieron salir de mis pensamientos.
-Ah si, deberíamos .- Conteste rápidamente con una sonrisa al final.
-Bien, nos vemos luego.- Se despidió con la mano y se fue, pues el timbre ya había sonado.
Ordene mis cosas, apague la cámara y me dirigí de nuevo al aula de clases.
Las clases transcurrieron hasta que llego la hora de la salida. Como me era costumbre Salí lentamente de ahí y alguien salió detrás de mí.
-Espera.-Dijo intentando alcanzarme.
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El Mundo Externo Y Yo.
Teen FictionEsta es mi vida. Sufro de vez en cuando, los chicos me confunden y de un momento a otro BAM todo cambia. A quien antes querías ahora lo odias y los secretos no dejan de existir entre toda esa locura.