Me volteé y divise unos rulos color castaño, no podía creer que el estaba allí, buscándome.
-Hola.- Le dije con una sonrisa.
-Hola, Soy Nick recuerdas.- Sonrió gloriosamente, su sonrisa era un resplandor que iluminaba mi alma y me hacia sentir muy bien.
-Claro.-Como no me voy a acordar de aquel rostro.
-Estas ocupada?
-Se supone que debo ir a casa, pero no quiero.
-Bien, me cuentas en el camino.
-Como así?.-Pregunte desconcertada. Luego de un segundo entendí.-Quieres acompañarme a casa?
-Si, quiero conocer mas la ciudad.
-Claro.-Dije rápidamente, no tenia nada mejor que hacer.-Pero tenemos que burlar a los guardias, ellos no me dejarían ir fácilmente.
El asintió con la cabeza y nos escabullimos por la puerta de atrás intentando pasar desapercibidos. Cruzamos la puerta de atrás, corrimos dos cuadras, cuando nos sentimos a salvo caminamos lentamente.
-¿Eres nuevo en la ciudad?.-Pregunte para romper el hielo.
-Si, a mi padre lo nombraron embajador en Inglaterra a este país y tuvimos que venirnos.-Hablo como si fuera la cosa mas normal.
-¿Tu vivías en Inglaterra?- Pregunte estúpidamente.
-Pues si.- Menciono con algo de pena.
Puse una cara de asombro, siempre había querido conocer Inglaterra.
-Algún día visitare Londres, es uno de mis sueños.-Pensé en voz alta.
El simplemente sonrió.
-Bueno pues los sueños pueden hacerse realidad, sabes? Y mas si tienes fe en ellos.
Sus palabras fueron tan tiernas que sentí como me llenaba de esperanza.
-Gracias.-Respondí, estaba tan conmocionada que no pude decir mas.
-¿Cuanto llevas en eso de la fotografía?.-Pregunto interesado.
-Algunos meses, realmente me encanta, es mi pasión.-Hable inspirada.-pero eso nadie lo sabe, solo tu.-Mencione casi entre un susurro con cierto deje de tristeza que creo el escucho.
-Te comprendo.-Dijo con una tristeza similar a la mía.
-Tus padres viven sumidos en su trabajo al igual que los mios?.-Pregunte desanimada.
-Si, lamentablemente si.
Caminamos un rato mas en silencio, hasta que nos encontramos frente a un Burger King.
-Quieres algo?.-Pregunto de repente.
Lo pensé un momento, habían pasado años desde que había entrado a un lugar así.
-Esta bien.-Respondí contenta.-Hace mucho que no vengo a este lugar.
Entramos, ordenamos y nos sentamos en una mesa.
-Recuerdo cuando venia a este lugar.-Mencione, igualmente pensando en voz alta.
-No sales mucho, verdad?.-Pregunto temeroso.
-No, mis padres no me dejan, además no tengo amigos.-Dije bajando la cabeza con mucha tristeza, la cual noto y hablo sosteniéndome el rostro.
-Yo puedo ser tu amigo.-Dijo tiernamente, con una sonrisa.
Las lágrimas ya habían empezado a brotar y el comenzó a secarlas dulcemente.
-No llores.-Menciono.-Ya algún día encontraras la felicidad.
Estuve a punto de abrazarlo cuando nuestra orden llego.
-Gracias.- Dije mientras el comenzaba a comer.
El simplemente sonrió y continuo con su almuerzo.
Terminamos rápidamente y salimos de allí olvidando nuestro rumbo.
-Que hora es?.-Pregunte asustada y de golpe.
-La 1 y 30.-Respondió mirando su reloj.
-La clase de fotografía!.-Grite, recordando que a las 2 teníamos que estar allá.
-Tienes tu cámara hay?.-Pregunto angustiado.
-Si, por suerte la traje.-Dije aliviada.
-Bien, yo igual la tengo, conoces la dirección, podemos tomar un taxi.-Hablo mas tranquilo.
Asentí y detuvimos un taxi, nos subimos y este nos llevo rápidamente al lugar en donde seria la clase.
En el taxi, su celular sonó, observo la pantalla por un momento, note que no quería contestar. Llegamos al lugar, el se bajo del taxi y yo lo seguí observado que había dejado su celular. Lo tome y observe la pantalla, supe quien lo llamaba insistentemente.
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El Mundo Externo Y Yo.
JugendliteraturEsta es mi vida. Sufro de vez en cuando, los chicos me confunden y de un momento a otro BAM todo cambia. A quien antes querías ahora lo odias y los secretos no dejan de existir entre toda esa locura.