El fuerte sonido de una patrulla nos saco del trance en el que andábamos. Nick corrió extraña y rápidamente hacia la ventana, lo mire algo curiosa y lo seguí, no conocía el porqué de su reacción.
Una camioneta color blanco paso rápidamente, seguido de unas cuantas patrullas. La camioneta se estaciono dos casas más adelante, una mujer dentro de ella bajo rápidamente y entro a la casa. Las patrullas se detuvieron rodeándola, unos cuantos policías bajaron de los autos e intentaron hablar con la mujer que había entrado en aquella casa.
-¿Qué ocurre? –Pregunte, observando la expresión de preocupación en el rostro de Nick.
El simplemente no contesto, saco su teléfono y escribió allí.
“…Está en problemas de nuevo…” –Eso fue lo único que alcance a ver. Ahora entendía un poco más el porqué de su comportamiento.
Antes de que pudiera decir algo nuevamente, su teléfono sonó. Y él respondió rápidamente sin despegar la vista hacia la casa rodeada por la patrulla.
-¿Qué hiciste ahora? –Grito hacia el teléfono enojado.
-Cállate y escucha. –Respondió la voz tras el teléfono. –Llama a mi padre y haz que venga lo mas pronto posible tu quédate allá y no hagas nada. ¿Entendiste?
-Espera… -Reacciono Nick finalmente pero ya habían colgado.
-¿Qué ocurre? –Volví a insistir.
-Es Samantha –Contesto al fin. –Algo hizo y ella es la de la persecución que vemos cerca de aquí.
Comencé a preocuparme, de algún modo ella se había vuelto mi amiga y no quería que nada malo le pasara.
-No te asustes. –Dijo Nick dulcemente.
-¿Y si va a prisión? –Hable angustiada.
-No ira.-Dijo Nick abrazándome. –A ella le ocurre este tipo de cosas todo el tiempo, desde hace mucho que le suele ocurrir este tipo de cosas. –Intento tranquilizarme.
-¿Cómo así? –Pregunte un tanto horrorizada.
-Cuando mis padres se separaron mi madre se quedo con Samantha y yo me quede con mi padre. Mi madre, como vivía tan sumergida en su trabajo metió a Samantha en un internado femenino. En el internado ella infringió unas cuantas leyes y la enviaron a una correccional. Como mi madre estaba tan ocupada, no le importo, es más, pago al juez para que la enviara a una correccional de este país intentando deshacerse de ella. Cuando mi padre fue nombrado embajador y nos vinimos, el se dio cuenta de todo esto, y con el poder que maneja, hizo que sacaran a Samantha de allí y se fuera a vivir con nosotros.
Su relato me asombro, yo creía que había sufrido bastante pero me daba cuenta de que existía alguien que tuvo que sufrir más que yo.
-Tenemos que hacer algo. –Reaccione.
-Ella me pidió que nos quedáramos aquí, debemos esperar a que mi padre venga. –Contesto tomando mis manos. –No te angusties. –Finalizo con una de sus sonrisas que dicen ‘Todo esta bien’ y que me hacen sentir tan tranquila.
-Está bien. –Dije un poco mas calmada.
De repente su teléfono volvió a sonar.
-¿Ya vienes? –Pregunto agitado.
-Estoy cerca. –Respondió una voz gruesa en el teléfono. -¿Te encuentras con ella?
-No.
-Bien, quédate en donde estés, llego en cinco minutos, y nos vemos en quince, cuando ya todo este solucionado.
Nick colgó y note como él estaba aun más preocupado que yo.
-Todo va a estar bien. –Susurre hacia su oído abrazándolo.
Después de unos minutos, las patrullas se fueron y salimos en busca de una respuesta.
Nick me tomo de la mano y caminamos directo a donde se había dado la persecución.
Llegamos a una casa enorme, de tres pisos, con una puerta de cristal oscuro polarizado, pintada de color blanco, con un jardín enorme y una fuente en el medio, los carros podían entrar y estacionarse, ya que alrededor de la fuente se encontraba un camino en piedra lo suficientemente ancho como para que un auto pasase por ahí.
Nick abrió la gran puerta e ingresamos a un salón, en donde se encontraba la sala y el comedor. Aquella estaba adornada con pinturas a su alrededor, en el medio de este, había un tragaluz igualmente polarizado, no era necesario encender las luces en el día para poder ver.
En la sala, había una mesa pequeña de vidrio, junto a unos sillones modernos a su alrededor. Y en el comedor, una mesa cuadrada de madera y alrededor de ella 6 sillas talladas con diseños abstractos.
Junto al salón se divisaban unas escaleras que dirigían al segundo y tercer piso, aquellos se podían ver como si fueran balcones internos. Aquel lugar parecía un verdadero palacio.
Un hombre alto, con cabello castaño, de saco y corbata estaba allí, seguramente esperando a que llegáramos.
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El Mundo Externo Y Yo.
Novela JuvenilEsta es mi vida. Sufro de vez en cuando, los chicos me confunden y de un momento a otro BAM todo cambia. A quien antes querías ahora lo odias y los secretos no dejan de existir entre toda esa locura.