"Dulces sueños" Parte 3

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-¿De modo que te conozco de algo? –Pero en cuanto lo dije, supe que tampoco era del todo eso. Casi podía asegurar que no lo había visto en mi vida, pero su aspecto tenía algo que me resultaba sin duda alguna familiar.

-Es imposible – dijo él, negando con la cabeza'.

-¿Cómo que es imposible? –le pregunté-. ¿Acabas de instalarte aquí, o qué?

-Es complicado… -Rozó su taza de café e hizo el ademán de levantarla para dar un sorbo, pero ni siquiera la separó de la mesa.

Jane se había resignado a beber de su café y observar nuestra conversación. Acabó una taza y se sirvió otra.

-¿Cómo que es complicado?

-Lo es, y ya está. –Harry me obsequió con otra de sus asombrosas sonrisas.

Por un lado parecía muy joven, como si tuviese quince años, pero por otro, parecía mayor que yo. Y era por sus ojos, Eran muy jóvenes y muy adultos a la vez.

-¿Cuántos años tienes? –le pregunté directamente.

Harry se echó a reír, sorprendiéndome, y descubrí algo más increíble aún que su sonrisa. Tenía la risa más imponente del universo. Su sonido era nítido y perfecto.

-¿Cuántos años tienes tú? –contraatacó Harry, sonriéndome.

-Yo pregunté primero. –Me recosté en mi asiento y me crucé de brazos, y eso lo hizo dreír de nuevo.

-¿Y qué importancia tiene eso? –Preguntó Harry-. Quieres saber demasiado.

-Tengo diecisiete –dije, suspirando.

-Veinticuatro –dijo Harry, con una sonrisa irónica.

-¿Y no te sientes un poco raro con dos chicas de diecisiete? –le pregunté.

En algún rincón de mi cabeza, encontraba lógicamente erróneo que un chico de veinticuatro años recogiera por la calle a dos niñas de diecisiete. Pero allí sentada en su compañía, nada me podía parecer más natural y seguro.

-Yo soy muy madura para mi edad – intervino Jane.

-Que yo recuerde, de no haber aparecido yo, seguramente habrían conseguido que las mataran. –Apoyó los brazos sobre la mesa y se inclinó hacia mí-. ¿Qué hacían allí, por cierto?

-Tratábamos de entrar en una discoteca, pero mis pies me estaban matando y sólo deseaba volver a casa –dije. Se me quedó mirando un buen rato con la expresión seria que no le encajaba, luego movió la cabeza de un lado a otro y volvió a llenarme la taza de café.

-¿Y a que discoteca querían entrar? –preguntó, añadiéndome leche y azúcar al café. No había tocado siquiera su taza, pero decidí no decir nada.

-No lo sé. –Hice un gesto de indiferencia. Yo me limitaba a dejar que Jane me arrastrara a donde a ella le gustara y a confiar en volver a casa entera al final de la noche-. ¿ Y qué hacías tú por ahí? ¿De discotecas?

-No-dijo Harry-. Iba… a comprar algo de comida.

-¿A medianoche? –Lo miré levantando una ceja.

-Soy un noctámbulo. –Justo en aquel momento debió de preguntarse por la hora que era, pues miró de reojo el reloj que había en la pared-. Es muy tarde. Creo que tendría que llevarlas a casa.

-Estoy completamente despejada- intervino Jane, pero, por desgracia para ella, yo no me sentía igual.

Incluso con el café y la adrenalina provocada por la situación que acababa de vivir, me sentía muy cansada. Quería seguir charlando con Harry, pero empezaba a dolerme todo el cuerpo, sobre todo las piernas y los tobillos.

-Yo estoy hecha polvo. – bostecé de forma exagerada.

Harry pagó la cuenta, aunque yo hice el gesto de querer hacerlo. No costaba más de un par de dólares y estaba cansada, de modo que tampoco insistí.

Cuando me levanté, noté que mis piernas intentaban traicionarme, pero conseguí mantenerme en pie. Por un segundo pensé que Harry iba a levantarme en brazos para llevarme hasta el coche. Y Jane debió de pensar lo mismo, pues se interopuso en los dos.

Caí dormida casi al instante en que me senté en el coche. Recuerdo una breve discusión sobre a quién iba a dejar primero en casa. Me desperté justo cuando Harry estacionaba delante de mi puerta. Jane no estaba, por lo que imaginé que la habría dejado ya en su casa, No estoy segura de cómo averiguo mi dirección, pero en aquel momento no le di importancia.

Me despedí de Harry delante de mi edificio, de piedra arenisca rojiza, y subí a casa. Por suerte, mi madre no llegaba hasta después de las siete de la mañana, cuando finalizaba su turno, y mi hermano pequeño, Niall, estaba durmiendo en su habitación.

Dolorida, me despojé del ridículo atuendo con el que Jane me había vestido y me puse una camiseta holgada. Tomé el celular con la intención a cargar pero, antes de conseguirlo, me derrumbé en la cama con el teléfono en la mano.

‘Dulces sueños – Harry’

Era un mensaje de texto de Harry y se me aceleró el corazón.

De un modo u otro, mientras dormía en su coche, Harry debía de haber buscado mi número de teléfono en mi celular y añadido su número en mi aparato.

En otras circunstancias, aquello me habría parecido espeluznante, pero en este caso me hizo sentir feliz y aliviada. Cerré mi teléfono, lo dejé sobre la mesita y me quede dormida al instante.

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NOTA DE LA AUTORA:

*Hola chicas, espero que les este gustando, ACLARO: la nove la hago en base a HARRY, los demás personajes van de acuerdo a sus personalidades, aclaro esto porque no quiero que dejen de leer la nove (por cierto me encantan sus comentarios de sigue y que aman la nove, me inspiran a seguir pero me gustaría que haya más likes) ni que se enojen conmigo por que creen que yo pienso que de verdad son así ( PERDON SI MAREO, MÁS ADELANTE SE DARÁN CUENTA DE LO QUE HABLO) pero no es que creea que uno de los chicos sea como el personaje, ubico a los chicos por su personalidad, no por lo que hace.

¿Blood or love? {Harry Styles /Zayn Malik y tu}/ Terminada<3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora