"Zayn" Parte 1

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Jane siempre había sido obsesa de la ropa, pero de repente también yo tuve la sensación de que en mi armario o había ropa suficiente. De hecho no era tanto cuestión de cantidad de ropa, lo que significaba que todas mis pertenencias estaban limpias y bien dobladas o colgadas, pero nada me parecía adecuado. En el momento en que sonó el teléfono, debía de llevar ya más de cincuenta cambios de vestuario.

-Lo sé, lo sé -dije jadeando al levantar la llamada.

-Sólo quería asegurarme de que no me plantabas -dijo Harry. Por suerte, parecía más sorprendido que enfadado-. Estoy fuera esperando.

-Salgo en un minuto. -Colgué el teléfono y corrí hacia el espejo para echarme un último vistazo. Niall, que había sido mi asesor de imagen, estaba sentado en la cama entre las montañas de ropa que había ido descartando.

-¿Harry? -me preguntó Niall, tratando de sonar como si no le diera importancia al asunto.

-Exactamente -murmuré casi ausente, mientras trataba de asimilar mi atuendo.

Al final me había decantado por un vestido azul oscuro tipo túnica que me llegaba justo por encima de las rodillas, unas medias opacas y unas bailarinas. No estaba segura de si iba lo suficientemente informal, o demasiado informal, o qué se yo. Y en aquel momento me sentí como una estúpida y quise volver a cambiarme.

-¡Esto es horroroso!

-Estás estupenda -dijo Niall, regañándome. Seguro que estaba ya harto de mis gimoteos y de tantos cambios de ropa como había llevado a cabo durante las tres últimas horas. Quería causar buena impresión-. Y Harry está esperando. No tienes tiempo para cambiarte otra vez.

-¿Me prometes que estoy bien? -le pregunté, mirándolo.

-Sí. Les encantarás. Y si no les gustas a ellos, a mí sí me gustas. ¡Y ahora vete! -Niall se levantó y se dispuso a echarme de la habitación.

-Está bien -refunfuñé, pero Niall siguió empujándome hasta la puerta de la casa.

Eché a correr hacia el coche de Harry antes de que me diera por cambiar de idea. Había venido a buscarme otra vez con el Jeep y me alegré ante la perspectiva de poder disfrutar de un paseo a una velocidad sosegada.

-Estás estupenda -dijo un sorientte Harry en cuanto entré en el coche.

-Qué va. -Moví el retrovisor para poder inspeccionarme en él. Me había pintado la raya más gruesa de lo habitual en mí, lo qu eme proporcionaba un aspecto más dramático y maduro que me gustaba.

-De acuerdo, estás horrorosa -dijo Harry riendo, y salió zumbando.

-¿Te importaría ir más despacio? -Con los nervios, se me subió el estómago a la boca y se me ocurrió que podría fingir fácilmente que estaba mareada, y aque aquello no se apartaba de la verdad. No me atraía en absoluto la idea de llegar a nuestro destino en diez segundos.

-¿Tan nerviosa estás? -Me di cuenta de que Harry estaba sinceramente preocupado, y aflojó un poco.

-No -mentí.

Devolví el retrovisor a su lugar y me hundí en el asiento. Temía el encuentro con Liam, y temía asimismo ver de nuevo a Zayn, aunque por otro lado me excitaba la idea de coincidir otra vez con él. Odiaba aquella capacidad que parecía tener mi cuerpo de engendrar emociones tan contradictorias.

-No es tan terrible. Liam te encontrará encantadora.

-¿Quieres dejar ya de convencerme de que todo el mundo me encuentra encantadora? -le solté-. Al final me volverás paranóica.

-Eso que has dicho no tiene ningún sentido. -Harry me miró de reojo, sentada a su lado petrificada, y suspiró-. Lo de Zayn no tuvo importancia.

-No quiero hablar de Zayn -repliqué apretando los dientes, pero no era eso exactamente lo que pensaba. Lo que sucedía era que no podía hablar de él. El corazón se me desbocó sólo de pensar en Zayn. Era como si en el Jeep no hubiera oxígeno suficiente para respirar.

Harry se dió cuenta de que no tenía ganas de hablar y puso música. Sonaron los Smashing Pumpkins, cantando algo sobre una bala con alas de mariposa.

A pesar de haber disminuido la velocidad, el recorrido hasta casa de Harry transcurrió con rapidez. Cuando estacionamos en el garaje, mi corazón latía de tal manera que estaba segura de que iba a morir de un momento a otro. Pensé en comentárselo a Harry, pero su expresión seria me dio a entender que lo sabía de sobras.

-Tienes que calmarte, ___. -Me tocó la mano para tranquilizarme y, sorprendentemente, funcionó.

-¿Qué es esto? ¿Otro de tus superpoderes? -le pregunté en cuanto noté que mi corazón ya no iba a explotar.

-¿Qué? -Harry seguía serio, pero vi las comisuras de su boca torciéndose en una sonrisa cuando me oyó pronunciar la expresión "superpoderes".

-Lo de tranquilizarme o lo de hacerme sentir lo que tú sientes. -Esperaba que eludiese la pregunta o que me respondiera con uno de sus típicos gestos de indiferencia, pero se puso más serio si cabía y arrugó la frente.

-¿Que sientes lo que yo siento? -Ladeó un poco la cabeza, mirándome con curiosidad.

Había muchas probabilidades de que estuviera exagerándolo todo. Harry era carismático y excitable, de modo que sus emociones acababan siempre dominando la situación. Pero eso no significaba que yo sintiera lo mismo que él sentía.

-No en sentido literal, claro. Es sólo que cuando te propones tranquilizarme, suelo tranquilizarme. O lo del otro día cuando te pusiste nervioso con lo de aquel perro...; sentí que te tensabas y por eso me asusté tanto. Pero seguramente es lo que le sucedería a cualquiera.

-Hmmm... -No lo vi muy convencido. Retiró la mano y abrió la puerta del Jeep-. Pues ya que ahora te sientes tranquila y feliz, entremos antes de que se te pase el efecto.

-Buena idea -dije, y bajé del coche.

-¿Me estás diciendo que de verdad se pasa el efecto? -Corrió a mi lado, y me sentí realmente extraña situada en el otro lado de aquel juego de preguntas y respuestas al que constantemente jugábamos. Rodeé mi cuerpo con mis propios brazos y me encogí de hombros-. No, en serio. No comprendo cómo funciona eso que dices.

-Tampoco lo comprendo yo. Simplemente daba por sentado que tú sabías de qué te estaba hablando. -Habíamos llegado a la puerta que daba acceso a la casa y Harry se detuvo, con la mirada perdida.

-A menos que...

-¿A menos que qué? -le pregunté.

-Nada. -Negó con la cabeza, queriendo olvidarse del tema.

-¡Harry! -dije en tono de protesta, y me sonrió.

-Y ate lo contaré luego. -Eso era toda una novedad, y me sorprendió.

-¿De verdad? -pregunté esperanzada.

-No. Vamos. -Y antes de que pudiera seguir discutiendo, Harry abrió la puerta y entró en la casa-. ¡Hola, Matilda, cariño, ya estamos en casa

¿Blood or love? {Harry Styles /Zayn Malik y tu}/ Terminada<3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora