Hay tantos Entrenadores que parece que entré a una dimensión sólo para nosotros. Veo a los miembros de la Elite siendo vigilados por sus guardaespaldas. Los Entrenadores como yo se presentan con otros y hay algunos que están presumiendo sus mejores capturas. Sheryl Crown ya va avanzando por el pasillo que conduce a la arena donde se llevan a cabo las batallas. Enciendo la cámara y comienzo a tomar fotografías de cada cosa que veo.
Definitivamente estoy en el paraíso.
Luego de fotografiar toda la primera sala del edificio, me dirijo al mismo punto donde perdí de vista a Sheryl. Compro unos nachos con queso extra y una limonada bien fría en la zona de comida y me dirijo a las gradas para observar las batallas. Sheryl está sentada justo en primera fila y tiene sobre las piernas un paquete grande de rosetas de maíz. Esbozo una sonrisa y me abro paso para sentarme cerca de ella.
Es temprano aun así que no hay demasiados Entrenadores viendo las batallas. Lo normal es que durante el día todos se dediquen a conocerse y durante la noche, el improvisado estadio en miniatura se llena de todos los asistentes al evento para ver a los valientes que se atreven a retar a la Elite.
Dejo mi bolso entre Sheryl y yo, ella está absorta mirando la batalla de dos Entrenadores. Un Raticate contra un Vileplum.
—Hola —saludo a Sheryl cuando ella finalmente se mueve para toma un puñado de botanas.
Me fulmina con la mirada y vuelve a mirar la batalla.
—Deberíamos luchar —le ofrezco con una enorme sonrisa—. Te apuesto a que puedo vencerte sin problemas.
—Tú eres Tipo Fuego, yo soy Tipo Agua —me responde vagamente—. Puedo vencerte sin problemas.
Alardea porque sabe que yo ganaré.
—¿Desde hace cuánto eres Entrenadora? —le pregunto tras tomar un sorbo de limonada.
Pero no me responde.
El Vileplum sale ganador en la batalla y los dos Entrenadores son remplazados por dos más. Uno de ellos es un muchacho alto, lánguido, de piel blanca y cabello negro. Usa una pequeña coleta y dos delgados mechones caen sobre su rostro. Viste un traje negro con motivos dorados y sus ojos son pequeños y oscuros. El segundo es castaño y muy apuesto, viste una cazadora roja y pantalones azul marino. El chico castaño luchará con un Bellsprout y el moreno elije un Voltorb.
Miro de nuevo a Sheryl, se ve bastante aburrida. Supongo que quiere presenciar una batalla de Entrenadores cuyo favorito sea el Tipo Agua.
El Bellsprout está muy bien entrenado, pero hay algo al fondo de la arena que llama mi atención. Hay en las gradas, al otro lado, un hombre que nos mira fijamente. Es alto, fornido, moreno y usa gafas oscuras. ¿Quién usa gafas oscuras en un sitio cerrado? ¿Y por qué nos mira?
—Mierda —dice Sheryl y la miro.
Ella está viendo igualmente hacia el frente. Una chica, quizá unos dos años mayor que yo, está hablando con el hombre de las gafas oscuras. Viste con ropas demasiado entalladas de colores oscuros. Es rubia y lleva un moño de color negro en su cabeza.
—Cobby —me dice y me toma de la mano—. Tú y yo. Una pelea. Ahora.
Me atraganto con los nachos y empiezo a toser. ¿Qué? ¿Así? ¿Ni siquiera va a provocarme o algo parecido? ¿Qué pasa con las personas de Phoenix? En casa, las cosas jamás fueron así. Siempre me provocaban cuando había que pelear. ¿Y cómo se supone que venza a alguien que entrena al Tipo Agua, si yo soy Tipo Fuego?
Ni siquiera me permite responderle y me arrastra hasta la arena.
El chico castaño me dedica una sonrisa encantadora y me quiero ruborizar, pero es imposible cuando una tejana te está llevando a rastras al matadero. Me deja en mi lado de la arena y fulmina con la mirada a otros dos Entrenadores para que se vayan. ¿Podría ser más prepotente?
ESTÁS LEYENDO
Pokemon I: La Guarida de Flareon
FanficSiempre supe que terminaría así, siempre supe que éste era mi destino. Lo supe desde aquél día en el que acepté la misión de reunirlos a todos. Todas esas decisiones me llevaron a ese punto. Si tan sólo hubiera aceptado ayuda, si tan sólo no me hu...