Capítulo I

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 No quiero levantarme.

La cama de mi habitación de hotel es tan cómoda que me encantaría quedarme aquí para siempre. No es para nada como el colchón heredado que obtuve cuando mi hermano tuvo su habitación propia. Como sea, tengo que apresurarme.

¡Hoy es el primer día del evento de A.E.P.A!

Aparto las sábanas y veo tres mensajes de texto en mi teléfono celular. Todos van de parte de mi madre. Me he olvidado de llamarla y seguramente ya estoy en problemas. Pulso la tecla para llamar. Me responde al cuarto tono.

—¿Qué pasa contigo? —Me reclama—. ¿Se puede saber por qué no me llamaste? ¡Hablé con los padres de Julie y ella se ha reportado con ellos cada media hora!

—¿No se supone que no se pueden usar los celulares mientras dura el vuelo? —le pregunto altaneramente.

Me castigará cuando vuelva, lo sé.

—¿Estás ya en el hotel? —me pregunta y puedo escuchar a su molesto perro danés ladrando de fondo.

—Sí —le respondo y me siento bien conmigo misma al saber que no le estoy mintiendo.

—Llámame más seguido o será el último viaje escolar que hagas.

Amo a mi madre sobreprotectora.

—Te amo —me dice para rematar.

—Te amo, mamá —le respondo con una sonrisa y termino con la llamada.

Moriré cuando vuelva a casa.

A las nueve en punto salgo del hotel vestida con un conjunto de color azul marino.

Tomo un taxi y le paso una pequeña tarjeta en la que va escrita la dirección a la que me dirijo. Nos detenemos en el primer semáforo y puedo ver a una chica vestida de tejana por la ventanilla. Ella va en otro taxi. Usa ropas de color blanco, una blusa azul celeste bajo la chaqueta tejana y un sombrero de... ¿Vaquera? Va leyendo una revista que habla sobre la Elite. Me ilusiono al pensar que ella también se dirige al evento de la A.E.P.A. Lo compruebo cuando veo el collar con forma de Pokebola que lleva al cuello.

Nos ponemos en marcha nuevamente y mientras avanzamos, verifico que haya traído conmigo la cámara fotográfica, mi teléfono celular y mi billetera.

Todo en orden.

¡Ya quiero llegar!

El viaje duró casi una hora, pero finalmente estoy aquí.

La Elite organiza la reunión en un edificio construido especialmente para sus eventos. Es enorme y las paredes son de un reluciente color blanco. Veo de nuevo a la chica tejana avanzar hacia el interior y se pierde entre la multitud de Entrenadores. No puedo evitar esbozar una enorme sonrisa cuando me acerco al módulo de inscripción.

Tengo que formarme y casi por obra del destino termino detrás de la chica tejana. No baja su revista y hay quince Entrenadores antes de nosotras. Sin poder disimular mi emoción, le doy un par de golpecitos en el hombro derecho con mi dedo índice.

—Hola —le digo cuando ella se gira y me mira con auténtico desprecio.

Su flequillo rubio cae parcialmente sobre su ojo derecho. Sus ojos son azules y su blanca piel se ve quizá demasiado pálida entre tantas ropas blancas.

—Hola —me dice con indiferencia y vuelve a lo suyo.

—Soy Perla —le digo—. Perla Cobby, de New Jersey.

—¿Me importa? —me dice vagamente y pasa una página de su revista.

—¿Cómo te llamas?

—Si te lo digo, ¿me dejarás en paz? —dice ella sin mirarme.

Le contesto afirmativamente, aunque no pretendo hacerlo.

—Sheryl Crown —dice—. De McAllen, Texas.

Debí suponerlo cuando la vi vestida de tejana.

—¿Cuál es tu Tipo favorito? —le pregunto—. A mí me encanta el Tipo Fuego.

Avanzamos en la fila y ella pasa otra página de su revista.

—Agua —me responde vagamente—. ¿Vas a dejarme en paz?

Definitivamente tiene un carácter fuerte.

—¿Cuál es tu Pokemon favorito? —le pregunto—. El mío es Cyndaquil.

—Vaporeon —me responde—. ¿Ya vas a...?

—¡Yo también tengo un Vaporeon! —Exclamo dando una palmada—. Nunca lo traigo conmigo porque prefiero el Tipo Fuego, pero...

—¿Sabes algo, Cobby? —me dice exasperada y se gira para mirarme—. Si vuelves a hacerme una pregunta estúpida, te aplastaré a ti y tu estúpido Cyndaquil.

Me vuelve a dar la espalda y la veo colocarse los auriculares en los oídos.

Dios, qué chica tan neurótica.

Tras quince minutos de estar formada, finalmente es mi turno de usar el módulo. Tengo que inscribirme para que me entreguen una pequeña identificación, mi programa de eventos y el resto de parafernalia que le dan a los que van pasando por el módulo.

La persona que lo atiende es una mujer de unos veinte años, rubia y que viste una camiseta blanca con la imagen de un Goldeen. Usa un escote de infarto... Desearía poder lucir ropa así y que se me viera tan bien.

—¿Nombre? —me pregunta amablemente.

—Perla Cobby —le respondo y ella introduce la información en el ordenador portátil que tiene enfrente.

—¿Edad?

—Dieciséis años.

—¿De dónde vienes?

—New Jersey.

—Pasa por aquí.

Me indica un banquillo donde he de sentarme para que me tome una fotografía.

Tarda cinco minutos en entregarme mi identificación que debo firmar antes de poder entrar. Me da también el programa de eventos, un par de botones y camisetas conmemorativas, un adorno para los bolígrafos con la forma de un Weedle y finalmente me permite entrar.

Atravieso las puertas del edificio y es como si estuviera en el paraíso.

Pokemon I: La Guarida de FlareonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora