Capítulo XII

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     Seguimos a Skyler por un largo pasillo. Ella va al frente de nosotros y detrás hay dos sujetos con gabardina. La Pokebola de Diamond va en la mano de Skyler, se niega a soltarla. La verdad es que me agrada saber que ella está resguardando la Pokebola. No quisiera que ninguno de esos otros animales con gabardina la tuviera en su poder.

     Ahora lo que más me preocupa es conocer al líder de la Elite. No estaría tan aterrada si no hubiera visto las armas que un par de ellos llevaban en las manos.

     ¿En qué diablos me he metido?

     Finalmente llegamos a las puertas dobles y entramos a una pequeña sala de conferencias. Hay una mesa redonda de color negro y siete sillas. Al fondo de la habitación, frente a una enorme pantalla de plasma, hay un enorme sofá para una sola persona. La pantalla está encendida y sólo se ve una deslumbrante luz blanca que recorta la silueta del sofá. Los sujetos de gabardina se quedan cerca de la puerta para evitar que escapemos y Skyler avanza hasta ocupar un asiento junto al enorme sofá. Hay una máquina sobre la mesa y Skyler presiona un botón.

     —Bienvenidos.

     Es la misma voz distorsionada que habló con nosotros por teléfono cuando se nos encomendó la misión. Entonces, el sujeto que está sentado en ese sofá es el líder de la Elite. ¿Por qué está de espaldas? ¿Y porqué distorsiona su voz? Skyler agacha la mirada y cruza las manos tras su espalda. Es una actitud demasiado sumisa. Sheryl la fulmina con la mirada. Me imagino que le enfurece la forma en la que Skyler se está comportando.

     —Siéntense.

     Ocupamos los asientos y el sofá gira velozmente. No lo suficiente para evitar que vea su perfil recortado por la luz. Es un sujeto de piel blanca, cabello negro y ojos pequeños. ¡Es el legendario líder de la Elite! ¡¡Lo tengo frente a mí en éste momento!!

     —Díganme qué fue lo que hicieron.

     No parece tan amigable como era cuando nos habló de nuestra misión.

     Definitivamente estamos metidos en un lío.

     — ¿No escucharon?

     —No tiene que ser tan agresivo —le dice Sheryl con violencia—. Estábamos dando un paseo y de repente despertamos gracias a que Skyler nos desconectó las vías intravenosas.

     ¡Gracias, Sheryl! No me creo capaz de responder las preguntas de ese hombre.

     —Que no vuelva a repetirse —dice él—. Pueden dar paseos por toda la ciudad. El bosque y los límites de nuestro asentamiento están totalmente fuera de su alcance. ¿Entendieron?

     Nos miramos confundidos. Algo no está bien.

     — ¿Entendieron?  —repite él con más firmeza.

     —Sí —decimos al unísono.

     — ¿Qué era esa cosa azul que nos inyectaban?  —le espeta Sheryl.

     Está furiosa. Skyler intenta negar con la cabeza pero se arrepiente para no verse tan obvia.

     Sé que no saldremos vivos de esto.

     —No les importa —responde él y mira a Skyler—. Haz aparecer el mapa. ¡Ya!

     ¡Qué tipo tan horrible! ¿No tiene educación? ¿Nunca le enseñaron modales? ¿Le cuesta mucho pedirle a Skyler las cosas por…? ¡¡Qué lindo!! ¡¡Un mapa holográfico!! ¡¡Y es de color púrpura!!

     Me encanta la tecnología de la Elite. ¡Siempre me sorprende!

     —La Guarida de Flareon se encuentra en esa montaña —dice el líder y señala la montaña con un lasser de color rojo.

     Es la misma montaña que alcanza a verse desde nuestra suite.

     —Para llegar, tienen que recorrer todo el bosque —sigue explicando—. Debería tomarles tres o cuatro días llegar hasta la montaña. Estando ahí, tienen que atravesar un laberinto que los conducirá a la Guarida. ¿Entienden?

     Le respondemos para evitar hacerlo enfurecer.

     —El único camino que pueden tomar para llegar a la montaña se encuentra en éste punto —dice y Skyler vuelve a señalar con el lasser—. Es una entrada a la ciudadela que se encuentra al otro lado, cerca de los bares y el casino.

     ¿Hay un casino? ¿Y bares? ¿Qué tipo de vida llena de vicios tienen los de la Elite?

     —Pueden descansar hoy y partirán mañana por la mañana. Ahora lárguense y más vale que no intenten salir a explorar nuevamente.

     — ¿Y cuánto pretende pagarnos?

     ¡No, Sheryl, no lo hagas enfadar!

     Se hace el silencio. ¡Estamos muertos!

     — ¿Qué te hace pensar que voy a pagarte? ¡Ya eres parte de la Elite, no pidas más!

     Grita de tal forma que tengo que agachar la mirada. No lo sé, son reflejos. Como si fuera una señal, los hombres de gabardina nos toman por los hombros y nos hacen salir a punta de empujones de la sala de conferencias. La mirada angustiada de Skyler nos sigue hasta que se cierran las puertas.

     Todo esto me da muy mala espina.

Pokemon I: La Guarida de FlareonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora