Recuerdos profundos y borrosos

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—Escucha —agarró mis hombros—

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—Escucha —agarró mis hombros—. No es así, yo no...

—¡No me toques! —siseé histérica.

—Oye, no necesitas hacer eso. —Me alejé de él hacia el otro extremo de la habitación—. No he matado a nadie. Y no porque sea un vampiro significa que soy un asesino o que mate a la primera persona que se me cruce. —Hizo una mueca—. Bueno, sí maté a esta otra persona, ¡pero porque él me atacó primero!

—¿Hipnotizaste a Amy para que olvidara su dolor? —pregunté, intentando unir los cabos sueltos de mi cabeza—. Por supuesto que lo hiciste ¿Quién más podría? Eso es solo obra tuya.

—No, no lo hice. Y no me gusta ser acusado por cosas que no tuve nada que ver ¿Por qué lo haría en primer lugar? Ni siquiera sé de lo que me estás hablando ¿Quién demonios es Amy?

No podía saber si estaba tan alterado como yo, pero sus cejas arqueadas y su tono preocupado, me hizo sentir que iba en serio.

—Han asesinado a la madre de una nueva amiga —expliqué, soltando un suspiro mientras me sentaba en el borde de la cama—. Y han dicho que fue atacada por un animal del bosque. Pero es obvio que no pudo ser así.

Adam frunció el ceño.

—Muy bien —dijo finalmente—. ¿Recuerdas a esos dos hombres que te siguieron en la noche del sábado? Uno de ellos está muerto, pero el otro no lo estaba. Al menos no en ese entonces. Pudo ser él. Forestville ha estado lleno de vampiros desde hace mucho tiempo.

—De acuerdo —dije—. Cuando fui al edificio a buscarte, me topé con un...Vampiro. —Incluso el decirlo parecía irreal y estúpido—. Pero murió.

—Y yo vi esta noche a otra cantidad siendo atacados por estas personas, así que ya deben estar todos muertos —dijo, luego me miró fijamente—. ¿Cómo es que sobreviviste a eso, por cierto?

—Se hizo cenizas en cuanto la luz solar alumbró su cuerpo —dije, y lo miré también—. Yo abrí esa ventana y estaba totalmente sellada, era imposible que alguien pudiera abrirlo sin ayuda de un destacador. Pero yo lo hice sin ningún esfuerzo. Y cuando lo vi desaparecer de esa forma... Entonces, lo acepté.

—¿Puedes decirlo en voz alta?

—Era un vampiro. Y yo lo soy también.

—No, no lo eres. Estas en transición para ser uno. Pero eres casi igual de fuerte, por eso escuchas muy bien o eres muy rápida. Pero no tienes sed todavía. Todo es muy irregular...

«Sed» repetí en mi mente.

—Podrás controlarte totalmente una vez que esté hecho.

Suspiré entrecortadamente.

—¿Algo más que deba saber?

—Tú cuerpo está sufriendo los cambios. Por eso necesito que tengas cuidado. Solo puedo hipnotizarte porque todavía eres humana, cuando completes el proceso no podré hacerlo más.

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